Siete a?os de suspense
Los dirigentes del Madrid, presas del v¨¦rtigo desde 2003, tienen que decidir la estrategia deportiva a seguir
"No hemos debatido nada", dijo esta semana un ejecutivo madridista para explicar que ni en los despachos m¨¢s importantes del club se sabe qui¨¦n ser¨¢ el entrenador que dirigir¨¢ el equipo la pr¨®xima temporada. "Esperaremos a ver qu¨¦ pasa en M¨¢laga"
El futuro del Madrid sigue condicionado por el ¨²ltimo resultado. As¨ª, al d¨ªa, sin un proyecto deportivo firmemente planteado a largo plazo, vive el club desde que la directiva resolvi¨® no renovar el contrato de Vicente del Bosque en mayo de 2003. Florentino P¨¦rez, el presidente entonces, fundament¨® la decisi¨®n en el af¨¢n modernizador, en la b¨²squeda de un gestor refrescante, m¨¢s joven, m¨¢s acorde a los tiempos, m¨¢s espectacular. Ahora el presidente desea reemplazar al entrenador, Manuel Pellegrini, porque cree que carece del poder de persuasi¨®n necesario en un verdadero l¨ªder. Observa en Jos¨¦ Mourinho, el t¨¦cnico del Inter, todas aquellas facultades que cree necesarias en el entrenador del Madrid. Hoy Mourinho est¨¢ en la agenda del Madrid. Despu¨¦s de la final de la Liga de Campeones, el pr¨®ximo s¨¢bado, Florentino P¨¦rez y el portugu¨¦s podr¨¢n negociar libremente.
La directiva madridista tiene una hoja de ruta que contempla constantemente el latido de la afici¨®n. Los mandatarios eval¨²an la voluntad popular mediante encuestas que, hasta ahora, han sido abiertamente favorables a Pellegrini pero que, llegado el fracaso, pueden cambiar. Como dijo un responsable del club hace unos d¨ªas: "Quisiera ver esas encuestas despu¨¦s de que el Madrid pierda la Liga en M¨¢laga".
Del Bosque fue el ¨²ltimo entrenador en cumplir dos temporadas completas consecutivas con el Madrid. Cuando acab¨® su contrato, en 2003, finaliz¨® un compromiso que contrajo con el ex presidente Lorenzo Sanz, que le renov¨® en 2000. Desde entonces, el club contrat¨® a Queiroz, Camacho, Garc¨ªa Rem¨®n, Luxemburgo, L¨®pez Caro, Capello, Schuster y Juande Ramos. Desde entonces, s¨®lo Juande cumpli¨® el contrato que firm¨®, limitado a seis meses. Ni Florentino P¨¦rez ni su sucesor, el malogrado Ram¨®n Calder¨®n, consiguieron respetar los acuerdos firmados con sus entrenadores, siempre v¨ªctimas de crisis deportivas o de problemas institucionales.
Ahora el Madrid afronta un problema que se le repite desde 2003. A falta de pocas semanas para el comienzo del verano no se sabe qui¨¦n dirigir¨¢ al equipo en la pretemporada que se avecina. Este detalle tiene consecuencias profundas en el dise?o de una temporada porque la mayor¨ªa de los clubes empiezan a negociar los fichajes de jugadores en marzo. El Madrid no ha empezado a redefinir su actual plantilla, a la espera de conocer el camino a seguir. Si Pellegrini sigue, como si llega Mourinho, se enfrentar¨¢n a la necesidad de actuar r¨¢pido para vender y para comprar. La improvisaci¨®n ya es inevitable. Le ocurri¨® a Queiroz, que debi¨® rehacer la plantilla sobre la marcha, a Camacho, que no pudo fichar lo que quer¨ªa, a Capello, que debi¨® esperar a las elecciones de 2006 para reorganizar la plantilla, a Schuster, que lleg¨® mientras echaban a Capello con otras ideas, y a Pellegrini, a quien le asignaron algunos jugadores de Capello, otros de Schuster, y otros de Jorge Valdano, el director general, en la t¨ªpica amalgama de todos los veranos en Valdebebas.
Un alto cargo del organigrama del Madrid se mostr¨® preocupado hace unos meses ante la indefinici¨®n que se avecinaba. "Nos vendr¨ªa bien que siguiera Pellegrini porque ya sabemos lo que quiere. Sabemos los jugadores que necesitamos fichar para que el equipo funcione. Sabemos que necesitamos un lateral izquierdo y volantes...". Ahora los t¨¦cnicos del Madrid no saben nada. Valdano y su equipo, m¨¢ximos responsables de la estrategia deportiva, est¨¢n a expensas de que se resuelva la Liga para debatir sobre el futuro del entrenador con el presidente. S¨®lo entonces se podr¨¢n poner a fichar y a traspasar jugadores. Mientras tanto, las oportunidades se esfuman.
El caso de Cesc F¨¢bregas es un ejemplo claro de los prejuicios que acarrea la falta de un proyecto s¨®lido. El Madrid pretende contratar al centrocampista del Arsenal desde hace meses porque necesita un hombre con experiencia que sepa dar "el ¨²ltimo pase". No hay muchos futbolistas con esas caracter¨ªsticas en el mercado. Cesc es uno de los pocos. Sin embargo, el Madrid no ha podido convencerlo de que, si eventualmente ficha a Mourinho, tendr¨¢ cabida en el equipo. En el interludio Cesc ha decidido que si deja el Arsenal lo har¨¢ por el ¨²nico club que le ha ofrecido garant¨ªas: el Bar?a. Si Cesc ficha por el Bar?a sabe que lo entrenar¨¢ Guardiola. Si Cesc ficha por el Madrid s¨®lo sabe que pisa un terreno pantanoso en el que desde hace siete a?os, cada temporada cambian las t¨¢cticas, los esquemas, las referencias, los compa?eros y, con un poco de mala suerte, los presidentes.
A falta de Cesc, el Madrid se ha lanzado a sondear otros mercados. El interior del Sao Paulo, el zurdo Paulo Henrique Chagas de Lima, conocido como Ganso, es quiz¨¢ el mejor pasador que ha dado Brasil desde Zico. Sin embargo, s¨®lo tiene 20 a?os y en el club no se atreven a hacer una apuesta tan arriesgada por un futbolista intermitente e inmaduro. Sigue la b¨²squeda. Sigue el suspense.
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