Enemigos ¨ªntimos

Antes de la final de Roland Garros, Rafael Nadal contra Robin Soderling, la reflexi¨®n del espa?ol sobre el sueco: "No tengo nada que decir sobre nuestra relaci¨®n. Tuvimos un poco m¨¢s de tensi¨®n de lo normal en un partido de Wimbledon 2007, pero despu¨¦s no hemos tenido ning¨²n problema. Al mismo tiempo que ha mejorado su nivel de juego ha mejorado su nivel como persona. Hablo en serio, en positivo, no en negativo: dice m¨¢s veces "hola" al resto". ?Antes no? "Creo que al principio era muy t¨ªmido".

No parece que Soderling sea t¨ªmido en el partido que le enfrenta a Nadal en Wimbledon 2007. La lluvia extiende el encuentro durante cinco d¨ªas. Los nervios de los dos jugadores est¨¢n de punta. El sueco cree que el espa?ol siempre le hace esperar y, cuando se va a reanudar el partido, no est¨¢ al otro lado de la red. Empieza entonces una batalla que no tiene nada que ver con el tenis.

No es el ¨²ltimo cap¨ªtulo de una rivalidad que traspasa la pista y entra en el vestuario. Nadal arrolla a Soderling en Roma 2009, pero por encima del marcador (6-1 y 6-0) queda la sensaci¨®n de que el partido ha sido igualad¨ªsimo, de que el espa?ol ha peleado cada pelota como si valiera oro, de que quer¨ªa decir algo con el resultado, y de que el sueco intenta enga?arle: cantan fuera una pelota del espa?ol y cuando el juez de silla baja a revisarla ¨¦l le se?ala una marca de bote que nada tiene que ver con esa.

Queda, claro, la gran obra de Soderling : Roland Garros 2009. Nadal es eliminado de Par¨ªs en octavos. No hay exabruptos, pol¨¦micas ni protestas: hay un gigante que juega al tenis que da miedo. Robin Soderling.