Espa?a aterriza en Johanesburgo
Los de Del Bosque viajaron con dos guardias civiles en el avi¨®n y en Johanesburgo les esperaban 25 m¨¢s para reforzar su seguridad
Debe de ser impactante sentir el aliento de todo un pa¨ªs encima de la nuca. No parece serlo tanto para Xavi, quien junto a Casillas encabezaba con una amplia sonrisa al grupo de internacionales espa?oles mientras el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, escenificaba el adi¨®s institucional a la selecci¨®n en Las Rozas. "No os dej¨¦is llevar por la euforia", proclamaba el dirigente mientras cientos de aficionados esperaban en el campo de entrenamiento para contemplar las evoluciones de los jugadores por ¨²ltima vez antes de partir hacia Sud¨¢frica. Apartado, como siempre, Vicente del Bosque segu¨ªa sus evoluciones. "Es un seleccionador audaz", indicaba Lissavetzky.
Cincuenta expedicionarios, entre futbolistas, t¨¦cnicos y medios desplazados partieron a las 23.30 despu¨¦s de ejercitarse con suavidad. Sin Iniesta, entre algodones por su edema, y con la ilusi¨®n por bandera. Les acompa?aron en el avi¨®n dos guardias civiles y otros 25 les esperaban ya en Johanesburgo para velar por su seguridad como refuerzo del dispositivo sudafricano.
Se acab¨® el periodo de pruebas. A partir de hoy ya se disparar¨¢ con munici¨®n de pesado calibre. Tras la sesi¨®n de trabajo, los jugadores se dirigieron al hotel de concentraci¨®n en Barajas, al que fueron llegando con cuentagotas a lo largo de la tarde con el objetivo de cenar juntos y tomar el camino del aeropuerto. Ning¨²n detalle se deja para la improvisaci¨®n. Los t¨¦cnicos deseaban que los futbolistas llegaran cenados al avi¨®n, en el que tendr¨ªan una misi¨®n fundamental: descansar.
La idea era que bebiesen mucho l¨ªquido y durmieran al menos ocho de las 10 horas previstas de desplazamiento hasta tierras africanas. El que lo deseara podr¨ªa tomar relajantes musculares para conciliar m¨¢s f¨¢cilmente el sue?o. Tambi¨¦n ayudar¨ªa el hecho de que viajasen en Bussines Class, por lo que los jugadores han gozado de un amplio espacio para poder reposar.
La selecci¨®n ha aterrizado en Johanesburgo pasadas las 9 de la ma?ana. Espa?a es la ¨²ltima selecci¨®n en llegar. En el ¨¢nimo de todos est¨¢ tambi¨¦n ser la ¨²ltima en regresar, con la ansiada Copa. En el coqueto enclave de concentraci¨®n de Espa?a, en Potchefstroom, al que se desplazan ahora en autob¨²s los hombres de Vicente del Bosque, esperan ya un buen n¨²mero de miembros de la delegaci¨®n, como los cocineros, que ya han preparado el desembarco de jugadores y t¨¦cnicos.
Preocupa el asunto de la seguridad, pero lo justo. El Ministerio del Interior ha tranquilizado a los componentes de la delegaci¨®n espa?ola al afirmar que las zonas en las que se mover¨¢n los jugadores son absolutamente seguras. La expedici¨®n, adem¨¢s, contar¨¢ con varios agentes de la Guardia Civil que han reforzado el dispositivo de seguridad de la selecci¨®n. "Desde la embajada en Sud¨¢frica nos han dicho que podemos estar tranquilos", afirmaba el propio Lissavetzky.
Pero para tranquilidad la de Xavi, que ha llenado su maleta de libros y discos compactos de toda clase. "Al final, har¨¦ lo que m¨¢s me gusta, que es ver una gran cantidad de partidos", proclamaba el centrocampista, alma de un grupo con ganas de comerse el mundo. Xavi, como Casillas y Marchena, ya sabe lo que es ser campe¨®n del mundo en ?frica. Fue en Nigeria, en el Mundial sub 20 de 1999. Ahora, impulsados por un pa¨ªs al que han acostumbrado a ganar, quieren serlo con la absoluta para elevar a los altares a la mejor generaci¨®n de futbolistas de la historia de Espa?a.
La inc¨®gnita por ahora tan solo la pone Iniesta. El centrocampista espa?ol, que se retir¨® del amistoso contra Polonia con molestias y es duda para el debut contra Suiza el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, ha hecho carrera continua mientras sus compa?eros se ejercitaban con el bal¨®n.
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