Espa?a solo teme el campo
El cuidado c¨¦sped en las instalaciones en Potch, una antigua cancha de rugby de la que se encargan 20 trabajadores, satisface a los internacionales en su primer entrenamiento
Ante la duda de c¨®mo encontrar¨¢n el terreno de juego de Durban, el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en el debut contra Suiza, Xavi recuerda: "Si el campo est¨¢ bien, no tememos a nadie; si est¨¢ mal, nos puede ganar cualquiera".
Espa?a depende tanto de la pelota que solo teme el estado de los terrenos de juego donde competir¨¢ a partir del pr¨®ximo d¨ªa 16. Nadie como la roja precisa de un tapete para jugar y por eso, ayer, los chicos de Vicente Del Bosque se intercambiaron miradas de satisfacci¨®n y complicidad nada m¨¢s pisar el terreno del campus de la North West University, donde trabajar¨¢n hasta que terminen la competici¨®n. Con raz¨®n: el c¨¦sped es un tapete. "El campo est¨¢ estupendo", reconoci¨® Fernando Hierro, el director deportivo de la federaci¨®n. Los jugadores le dieron la raz¨®n durante el entrenamiento, un rondo enorme disputado en medio campo con el que Del Bosque busca incentivar el control del bal¨®n en base a un juego combinativo a dos toques.
Pero la experiencia lleva a la inquietud. A los jugadores les sobran razones. "Tienen presentes los partidos de la Copa Confederaciones, ser¨¢ por eso", tercia Del Bosque, que tampoco olvida. Como la mayor parte de la delegaci¨®n espa?ola, tiene fresco el recuerdo del partido de la Copa Confederaciones contra Estados Unidos. Aquella noche, en Bloemfontein, los norteamericanos terminaron con 35 partidos de imbatibilidad de la roja. Nadie busc¨® entonces excusas, pero el campo jug¨® en su contra. "Nos cost¨® mucho darle ritmo al partido porque el bal¨®n botaba mal", rememora Piqu¨¦. "Hacemos da?o cuando jugamos de primera o a dos toques. Para nosotros es b¨¢sico que la pelota bote bien y resbale en los pases", insiste Xabi Alonso.
Reci¨¦n llegado a Sud¨¢frica, al equipo le consol¨® ver el buen estado del c¨¦sped. Probablemente ignoran que hace solo cuatro semanas unas inesperadas lluvias desbordaron el r¨ªo Mooi, algo extraordinario en estas tierras. El diluvio a punto estuvo de arruinar la inversi¨®n de la municipalidad y los desvelos de los responsables de la Universidad de acondicionar el viejo campo de su equipo de rugby, los Tawana.
Seg¨²n explic¨® Annette Kombring, responsable del Comit¨¦ de Organizaci¨®n Local (LOC), fue necesario recurrir a ingenieros y trabajadores que estaban terminando de acondicionar la nueva pista del aeropuerto para que levantaran diques de contenci¨®n que protegieran el c¨¦sped. El problema, si existe, se lo encontrar¨ªan en el estadio, pero hasta que no lleguen a Durban, es una inc¨®gnita. "Ah¨ª no podemos hacer nada, manda la FIFA", se resignan en la Federaci¨®n, donde se da por hecho que el comit¨¦ organizador aprendi¨® de lo ocurrido en algunos estadios durante de la Copa Confederaciones del a?o pasado. "Conf¨ªo en que est¨¦n mejor que el a?o pasado. Si el campo est¨¢ bien, somos capaces de retar al mejor equipo del mundo, pero como est¨¦ mal, a sufrir: nos puede ganar cualquiera, se nos complica mucho", asume Xavi.
Espa?a necesita la hierba cortadita, regada y un firme plano porque, de lo contrario, el bote del bal¨®n se hace imprevisible, el control se complica y la pelota no corre, as¨ª que el juego se ralentiza. "Xavi, con un control, se salta dos jugadores. Si el campo est¨¢ bien, los controles salen solos, no pierde tiempo, as¨ª que piensa m¨¢s r¨¢pido. La pelota suele ser siempre nuestra, pero hay que poder jugarla", insiste Del Bosque. "Para nosotros, es un aspecto trascendental. El control es un gesto natural que nuestros jugadores no necesitan ni pensar. Si el campo est¨¢ bien, con un buen control, Xavi se salta dos l¨ªneas de pase, les permite sentirse c¨®modos", prosigue el seleccionador.
Cuenta la leyenda que siendo Alfredo di St¨¦fano entrenador del Valencia, se hart¨® de ver a los jugadores lanzar pelotazos al aire y par¨® el entrenamiento. "El bal¨®n es de cuero y el cuero sale de la vaca", les dijo. "La vaca come hierba", a?adi¨®. Y cerr¨®: "As¨ª que hagan el favor de devolver la pelota al c¨¦sped". Y eso pretende Espa?a.
Ayer lo hizo en un ejercicio de control espectacular que dej¨® muy satisfecho a Del Bosque. Terminado el trabajo, 20 personas sustituyeron a los futbolistas. Son trabajadores locales que se dedican a permitir que Espa?a tenga un tapete sobre el que entrenarse.
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