Graeme Mc Dowell impone su sobriedad y se lleva el U.S. Open
El norirland¨¦s conquista en Pebble Beach su primer grande y se convierte en el primer europeo en conquistarlo desde Tony Jacklin en 1970.- Tiger y Mickelson, que se disputaban el n¨²mero uno mundial, empatados en la cuarta posici¨®n
Ni el regreso aclamado y esperado por aficionados, televisiones y compa?eros de Tiger Woods, ni el inicio de una nueva era marcada por el dominio de un Phil Mickelson que pod¨ªa prolongar en Pebble Beach un reinado iniciado en Augusta y adornarlo con el n¨²mero uno del mundo, ni, tampoco, consagraci¨®n de un joven tranquilo y aparentemente inmutable llamado Dustin Johnson. Nada de eso. El U.S. Open ha coronado a un norirland¨¦s de 31 a?os llamado Graeme McDowell, que con un juego sobrio y menos fallos que sus rivales, as¨ª es este torneo, se ha llevado la 110? edici¨®n del segundo grande del a?o despu¨¦s de terminar tres sobre el par en el ¨²ltimo d¨ªa y al par en el acumulado.
Un campo, Pebble Beach, preparado de manera dur¨ªsima por los responsables de la USGA y que ten¨ªa varias trampas esperando a los jugadores, que han ido cayendo v¨ªctimas de un recorrido infernal, y eso que el viento no ha incidido mucho.
El primero, un desfigurado Dustin Johnson que part¨ªa como l¨ªder (-6) y que ha terminado 11 sobre el par en el d¨ªa, +5 en el total tras perder cinco golpes en dos hoyos con evidentes s¨ªntomas descontrol en el swing, nunca en un rostro imperturbable. Pero para imperturbable el campe¨®n, un golfista sobrio, que ha sabido administrar sus errores (cuatro bogeys y un birdie) para terminar imponi¨¦ndose a un grupo de ilustres perseguidores que no han podido con el campo y a los que les ha faltado empuje.
En los momentos en los que McDowell, primer europeo que se lleva el U.S. Open desde que lo hiciera Tony Jacklin en 1970, no ha sabido rematar (en el hoyo 15, en el bogey del complicad¨ªsimo hoyo 17) sus rivales no han estado a la altura. Solo un franc¨¦s, Gregory Havret, invitado sorpresa a una fiesta en la que nadie le esperaba, ha plantado cara. Durante toda la jornada se esperaba su ca¨ªda pero ha sido el ¨²nico que ha llegado con opciones al green del 18. Al final ha terminado segundo con uno sobre el par.
Tiger y Mickelson han terminado empatados en cuarto lugar, tres sobre el par en el total, a tres golpes del vencedor. Su lucha diferida por el n¨²mero uno del golf mundial ha quedado en nada y Woods sigue una semana m¨¢s, y van 263, al frente del ranking a pesar de un torneo del que ha asegurado que no ha sacado nada bueno: errores en hoyos decisivos y seis bogeys para el ganador de 14 grandes, que nota la falta de competici¨®n y que ha estado lejos de la exhibici¨®n hist¨®rica que dio en este mismo escenario hace 10 a?os.
Por su parte, Mickelson ha estado apagado a pesar de un inicio fulgurante, con un birdie en el hoyo 1 y una grandiosa salida de un b¨²nker de calle en el 2. El esperado ataque no se ha producido finalmente y el californiano ha acumulado un +2 que le ha dejado sin opciones. Incluso la televisi¨®n se ha despegado bastante de ¨¦l durante la cobertura. Ya no habr¨¢ Mickelson Slam.
La otra estrella del la ¨²ltima jornada, Ernie Els, es quien m¨¢s cerca ha estado de un ataque al liderato, que ha llegado a compartir con McDowell en -4. Big Easy, que este a?o lleva dos victorias que le han alejado de la ¨¦poca de sequ¨ªa a la que hab¨ªa llegado por una grave lesi¨®n de rodilla y un hijo autista, ha perdido fuerza en los hoyos 10 y 11, dos pares cuatro muy complicados en los que ha salido con tres golpes extra.
De los espa?oles, Sergio Garc¨ªa ha sido el m¨¢s destacado y ha terminado con +9 en el total, puesto 22. Su ¨²ltima vuelta, en la que ha llegado a ir -2, parec¨ªa que iba a proyectar al jugador espa?ol a puestos m¨¢s altos, pero algunos fallos y una actitud que no llega a ser del todo positiva han acabado con sus posibilidades.
El campo, al m¨¢s puro estilo U.S. Open, no ha dado un momento de respiro: la espectacularidad de las vistas y paisajes convive con greenes peque?os, r¨¢pidos y bien protegidos, un rough denso y golpes tensos con el oc¨¦ano bordeando las calles. Esto ha pasado factura a los jugadores: s¨®lo en los tres partidos principales, con todos los favoritos en liza, han acumulado 23 golpes por encima de par.
En este contexto, un McDowell seguro y sobrio ha sabido ser el que menos fallaba o el que lo hac¨ªa en el momento m¨¢s adecuado. Su victoria es una buena noticia para el golf europeo y para el capit¨¢n de la Ryder Cup que se celebra en Celtic Manor, Gales, Colin Montgomery.
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