Una Espa?a de mecha corta

La estrella de Espa?a por poco se apaga a las primeras de cambio. Insulsa y desentonada por la falta de rodaje, porque reci¨¦n arranc¨® la pretemporada, la selecci¨®n de Del Bosque firm¨® las tablas ante el empuje y la endiablada velocidad de M¨¦xico, que a punto estuvo de celebrar su fiesta por todo lo alto. Solo un remate postrero de Silva a pase de Xavi evit¨® la derrota y que se doblara Espa?a, cumplidora con el contrato federativo, pero ahogada sobre el c¨¦sped, sin recursos porque se le atrancaron las piernas y se le fundi¨® el cerebro.

Convencida por sus argumentos y laureles, Espa?a entiende que el estilo de juego es innegociable. Ataca en largo y juega en corto. Comprende el pase como una virtud y el remate como una consecuencia del juego colectivo. No renunci¨® a sus constantes en el embriagador y palpitante estadio Azteca, pero afront¨® el duelo en reserva, con la gasolina bien justita. Calor, humedad y altitud. Ahogo. Demasiados inconvenientes para manejar el duelo, para presionar la salida del rival y domar la voracidad de la tricolor, tan entusiasmada con el duelo que no fueron pocos los aficionados que, enamorados del f¨²tbol espa?ol, optaron por acudir al estadio antes que a las concentraciones de los hinchas del Chivas, que disputaba horas despu¨¦s la final de la Copa Libertadores ante el Internacional de Porto Alegre. Pero Espa?a era un equipo de mecha corta.

Condescendiente a su manera, Del Bosque ten¨ªa pensado dar un m¨¢ximo de 15 minutos de juego a los internacionales del Bar?a, inactivos desde que se coronaran en el Mundial. Pero Puyol y Busquets, que aseguraron no haberse tocado la barriga durante el verano, le reclamaron su cuota de protagonismo. Luego aparecieron los dem¨¢s, menos Villa, exigidos por el resultado. No chirriaron porque el resto de Espa?a est¨¢ desentrenada, porque los rivales corr¨ªan que se las pelaban, entonados por su competici¨®n. Para M¨¦xico solo hab¨ªa una v¨ªa de juego. Su t¨¦cnico, Meza, lo ten¨ªa claro: aguardar en campo propio, robar en la medular y conectar de forma escopetada con las l¨ªneas avanzadas. Poco toque y mucha verticalidad. Aunque a buen ritmo, lo que incomodaba sobremanera a Espa?a. As¨ª, Chicharito perdi¨® el bal¨®n al tiempo que se tir¨® a la lona. El rebote cay¨® en Torrado, que lanz¨® un pase interior a Vela, en fuera de juego, pero avispado porque sali¨® de la zona y permiti¨® al ya incorporado Chicharito afrontar a Casillas, toda vez que Arbeloa y Puyol se perdieron en el marcaje. El delantero del Manchester United, predestinado con el gol, no fall¨®. Un toque raso y a la red. Un golpe de realidad. Espa?a, descascarillada en lo f¨ªsico, se funde sin el bal¨®n.

Por m¨¢s que teji¨® desde atr¨¢s y no prest¨® el cuero hasta la medular, Espa?a se perdi¨® en el pase y la resoluci¨®n. Se le presupon¨ªa un tono competitivo notable porque resulta excelente en el juego posicional. Pero eso sirve en el aspecto ofensivo, con la pelota anudada a los pies. No carbura, en cualquier caso, cuando hay que presionar en terreno ajeno, cuando se debe mezclar en la zona de los tres cuartos o resolver en los metros finales. Falt¨® ritmo, escasearon las piernas y, por consiguiente, siempre se lleg¨® tarde. Tampoco espolearon el duelo las tres novedades de Del Bosque. Monreal corri¨®, pero lo hizo sin la pelota. Bruno regal¨® demasiados balones. Y s¨ª que se rebel¨® un ¨¢pice Cazorla, inquieto y vertical, que lanz¨® un zambombazo con la zurda desde 30 metros que el larguero escupi¨®.

Los pu?ales de Giovani dos Santos y Vela por los flancos, el juego de entrel¨ªneas de Chicharito y las llegadas de Guardado fueron demasiado castigo. Un ferrari contra un seiscientos. Busquets no extendi¨® sus tent¨¢culos, Cesc no acert¨® a dar un pase a derechas, a Mata no se le vio y Llorente ni oli¨® el bal¨®n. Ni siquiera la lluvia y el viento que acompa?aron al segundo acto, refrescaron al equipo, que obtuvo id¨¦nticos resultados con Silva, Navas, Xabi Alonso y Sergio Ramos. Tocaba Espa?a en la zona ancha, pero no filtraba pases al ¨¢rea adversa, donde no hab¨ªa siquiera delantero centro, reservado Villa. Todo vari¨® cuando Xavi se sum¨® al encuentro porque, por instantes, se retom¨® el toque de primeras, la circulaci¨®n fluida y el cerco al marco contrario. Lanz¨® Pedro y prob¨® fortuna Silva. Y, a la que Xavi ley¨® el desmarque de Silva, el gol entr¨®. Nunca es tarde si Xavi juega.