?zil quita foco a Mourinho
El alem¨¢n se gana al Bernab¨¦u en el debut oficial del t¨¦cnico tras un discreto partido ante un p¨¢lido Osasuna
Advertido del bingazo herculano en el Camp Nou, el Madrid tard¨® un acto en despeinarse. Tras un discret¨ªsimo primer tiempo, funcion¨® el div¨¢n de Mourinho, que demandaba un estreno acorde con su prestigio. A la vuelta de la caseta, el Madrid se sacudi¨® las telara?as , subi¨® los decibelios y resolvi¨® la contienda. Lo hizo con un resultado raqu¨ªtico, pero Osasuna nunca le puso en peligro. El Madrid est¨¢ por enhebrarse, a¨²n no es un equipo de grandes pinceladas, pero con su reconversi¨®n en el segundo acto dej¨® algunas huellas interesantes: la hinchada del Bernab¨¦u fue agradecida con ?zil, un tipo de futbolista que no siempre ha encajado bien en Chamart¨ªn (Vel¨¢zquez, Guti...), y, de forma sorprendente, dej¨® claro a Cristiano, al que protest¨® en alguna ocasi¨®n, que se le ha acabado el periodo de gracia.
Madrid 1 - Osasuna 0
Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Carvalho, Pepe, Marcelo; Khedira, Xabi Alonso: Cristiano Ronaldo, ?zil (Granero, m.88), Benzema (Pedro Le¨®n, m.70); e Higua¨ªn (Di Mar¨ªa, m.90).
Osasuna: Ricardo; Dami¨¢ (Oier, m.63), Lolo, Fla?o, Monreal; Juanfran, Pu?al, Nekounam, Camu?as; Soriano (Pandiani, m.75); y Aranda (Masoud, m.67).
Goles: 1-0, m.48: Carvalho.
?rbitro: Teixeira Vitienes (colegio c¨¢ntabro). Amonest¨® a Cristiano (53) y Marcelo (83) por el Real Madrid, y a Pu?al (19) y Aranda (44) por Osasuna.
Incidencias: encuentro correspondiente a la segunda jornada de Primera divisi¨®n, disputado en el estadio Santiago Bernab¨¦u ante 68.000 espectadores.
No arranc¨® el Madrid con ese aire casi marcial que ha distinguido siempre a los equipos de Mourinho. Tuvo una puesta en escena ap¨¢tica, un tanto funcionarial, con la pelota cosida por concesi¨®n de Osasuna, pero con un juego poco chisposo, demasiado en trance. El t¨¦cnico portugu¨¦s se present¨® al Bernab¨¦u con todo el batall¨®n, con Cristiano y Benzema abiertos a los costados, Higua¨ªn para cerrar el ataque y ?zil de nexo con medios y atacantes. No le falt¨® empe?o a ninguno de ellos, ni siquiera a Benzema, activado m¨¢s que de costumbre. Y, por supuesto, a Cristiano, que con el Madrid nunca dimite, por mucho que le adelanten el alta m¨¦dica para una simple segunda jornada de Liga. A estas alturas del curso su regreso pareci¨® precipitado, pero ya se sabe que con Mourinho no hay treguas.
Al Madrid le cost¨® dar hilo al juego, por su propia parsimonia y por el acoso de su adversario, bien fortificado y siempre con el interruptor a punto, decidido a cortocircuitar a su rival. P¨¢lido el Madrid, Osasuna se sinti¨® en el para¨ªso, sin otro sobresalto que un par de desmarques de Higua¨ªn en direcci¨®n a Ricardo. Con Aranda aislado, el equipo de Camacho no tuvo predicamento ante Casillas. Su partido era otro.
Hasta que intervino Mourinho, se supone. De vuelta del descanso, el Madrid meti¨® el turbo, ya no fue el conjunto cansino del primer tramo. Con mayor v¨¦rtigo y todos sus jugadores m¨¢s tensionados, pronto logr¨® la ventaja. El gol de Carvalho fue un claro ejemplo del nuevo tiempo. Osasuna lanz¨® una falta lateral y se vio con un gol en contra que retrat¨® al otro Madrid. Un tanto con muchos detalles: Khedira lanz¨® de primeras a ?zil, que hab¨ªa despegado por la derecha como no lo hab¨ªa hecho antes. El alem¨¢n, el m¨¢s chisposo de la noche, fren¨® a tiempo para asistir a Cristiano, que lleg¨® como una manada por el centro del ¨¢rea. Su disparo lo rechaz¨® Ricardo, pero esta vez el portugu¨¦s no sufri¨® una rabieta por su error, sino que caz¨® el desvi¨® del meta osasunista y concedi¨® el gol a su compatriota. Excelente se?al: un defensa central que hab¨ªa llegado de caza, de ¨¢rea a ¨¢rea. Un premio a la voluntad y la ambici¨®n de Carvalho.
En ventaja y con mucha mejor disposici¨®n, el Madrid sac¨® de rueda a Osasuna, que padeci¨® un asalto tras otro. El Madrid ten¨ªa ¨ªmpetu y alg¨²n rastro art¨ªstico, con arabescos de Cristiano y toques de viol¨ªn de ?zil, que, sin ¨¢ngulo ante Ricardo, hizo una caranto?a a la pelota que casi le obedece hasta la red. Minutos antes, el meta visitante respondi¨® con una magn¨ªfica parada ante Higua¨ªn, que, de existir, recibir¨ªa un bal¨®n de oro al futbolista que mejor se desmarca, su gran especialidad. No es un ariete convencional, ¨¦l necesita un paisaje mayor. Su relaci¨®n con el gol es proporcional a su capacidad para entender los espacios. Es curioso, se aleja de la porter¨ªa para llegar antes a ella. Su juego est¨¢ muy definido, lo contrario que el de Benzema, poco concreto, ni siquiera cuando, caso de ayer, se deja ver. Visto que el marcador estaba por debajo del juego, Mourinho despach¨® al franc¨¦s e incrust¨® a un centrocampista, Pedro Le¨®n. El tiempo favorec¨ªa a Osasuna, al que Ricardo mantuvo vivo hasta el final de la jornada. Una diana, solo una, le har¨ªa feliz; pero en Pamplona el gol tiene un sobreprecio extraordinario. Hay dos osasunas, uno apreciable sin bal¨®n y otro sin dictado cuando le cae la pelota a los pies. Entonces no tiene discurso. El del Madrid est¨¢ por ver. Si es el del primer periodo, tendr¨¢ la carga de la hinchada. De momento, con un aprobado justo en el segundo, ya est¨¢ delante del Bar?a, que se hizo terrenal, y ha ganado para la causa a ?zil, junto a su equipo el primer gran triunfador en Chamart¨ªn.
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