Lo viejo, lo nuevo y lo de siempre
Velits, que est¨¢ en el podio, se machaca para ayudar en el 'sprint' de Salamanca a la tercera victoria de Cavendish
Antes del GPS hab¨ªa br¨²julas y mapas, y Ezequiel Mosquera, que mientras Franco agonizaba naci¨® en Santiago -el 19 de noviembre del 75, exactamente-, es de esos, de los de la br¨²jula, como los marinos. Sal¨ªa a entrenarse despu¨¦s de aparcar la sierra en el aserradero de la familia, y trabajaba tan cuidadosamente que conserva los 10 dedos, todo un s¨ªmbolo, y en el manillar de la bicicleta en vez de un cuentakil¨®metros colgaba una br¨²jula. Le ve¨ªa llegar as¨ª su compa?ero David Garc¨ªa y se asustaba, pues sab¨ªa que acabar¨ªa meti¨¦ndole por montes y veredas desconocidas, que se perder¨ªan, que echar¨ªan seis, siete horas y no sabr¨ªan d¨®nde acabar¨ªan, ni c¨®mo, solo con la br¨²jula para orientarse.
As¨ª vivi¨® durante a?os en un ciclismo, el portugu¨¦s, que no ofrec¨ªa m¨¢s salida que la mera supervivencia. Varios a?os despu¨¦s, ya en los tiempos del GPS, del SRM, del ciclismo cient¨ªfico, ya sin br¨²jula marcando el Norte, Mosquera, "un t¨ªo bravo", como lo aclama su ex compa?ero Iv¨¢n Ra?a, ya regresado al triatl¨®n, un viejo de casi 35 a?os que debut¨® en la Vuelta a los 32 y qued¨® quinto, se encuentra en v¨ªsperas de ganar la ronda espa?ola, a 38s de la victoria, al menos, y una etapa, la de ma?ana, la de la Bola del Mundo, para decidir. "Que llueva, que llueva", dice Mosquera, un gallego guiado por el ¨²ltimo gallego que gan¨® la Vuelta al frente de un equipo gallego que puede que siga existiendo o puede que se acabe en lo m¨¢s alto.
A Ezequiel le gustar¨ªa hablar de lo que queda de Vuelta, de la largu¨ªsima y dura etapa de ma?ana por Gredos y los montes hasta Toledo, de sus rivales, pero la gente solo le habla del pelotazo que va a dar, de c¨®mo a sus a?os por fin podr¨¢ fichar por un equipo en el que m¨¢s que en sobrevivir pueda pensar en hacer algo grande, y algo de dinero. "Por fin a poder vivir bien del ciclismo y de l¨ªder, la recompensa a lo trabajador que es", dice Ra?a.
A Ezequiel, que le cae bien a todo el mundo, le espera Nibali, que viste de rojo y es joven, que no conoce el tiempo de las br¨²julas, pero que tambi¨¦n es trabajador. Lo viejo y lo nuevo en el ciclismo es siempre lo de siempre, una cuesti¨®n de car¨¢cter. Nibali, el l¨ªder por 38 segundos, se escap¨® de casa, se meti¨® en un barco y se fue de Sicilia a Toscana persiguiendo un sue?o, el de ser ciclista. Gianpaolo Caruso, otro siciliano en la Vuelta, m¨¢s protot¨ªpicamente siciliano todav¨ªa que Nibali, peque?o, de piel morena, prefiere quedarse en Siracusa, sufrir menos la melancol¨ªa.
De Peter Velits, el m¨¢s nuevo, y el m¨¢s lejano, a 1m 59s de Nibali, de los pretendientes, se supone que cura su melancol¨ªa, que la debe de sufrir pues es eslovaco y corre en Espa?a dentro de un equipo norteamericano con jefes alemanes y un l¨ªder ingl¨¦s, compartiendo habitaci¨®n con su hermano gemelo, Martin. Tiene 25 a?os, como Nibali y piernas tan finas como las de Contador, pero representa, como su equipo, el Columbia, lo m¨¢s nuevo, lo que se lleva ahora en el ciclismo global, el gusto por la cantidad, el elogio de lo colectivo. Gan¨® la etapa en Salamanca su compa?ero Cavendish, la tercera en esta Vuelta en la que sigue aunque piensa en el Mundial, pues quiere acabar con el maillot verde, la 61? victoria de su equipo este a?o. Fue fundamental en su victoria no tanto el habitual lanzamiento de Goss como el trabajo de Peter Velits, que est¨¢ para todo, y que se arriesg¨® y se desgast¨® para subirlo a la cabeza a dos kil¨®metros de la meta.
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