Freire sucumbe en la ¨²ltima recta
El noruego Hushovd gana su primer arco¨ªris en Australia
Llegado a la meta, ?scar Freire dio media vuelta y se dej¨® caer, calle Morabool abajo, hasta su hotel, 500 metros m¨¢s all¨¢, junto a la playa. Hab¨ªa terminado sexto. Hab¨ªa descubierto que solo hay una primavera al a?o, que su sue?o de un cuarto Mundial, un hecho ¨²nico en la historia del ciclismo, se dilu¨ªa al mismo tiempo que sus fuerzas se agotaban justo en el lugar en el que deber¨ªan haber florecido, en la ¨²ltima recta, ligeramente en pendiente cuesta arriba, ancha, espl¨¦ndida, la pancarta de meta una presencia imponente, ya ah¨ª mismo.
Faltaban 200 metros. Por la izquierda, pegado a las vallas, Hushovd comenz¨® en solitario su esprint final; por el centro, Breschel, impaciente, con Davis a su rueda. Un noruego, un dan¨¦s, un australiano, el nuevo ciclismo, tres tipos r¨¢pidos y veteranos, hechos, sin embargo, en los equipos de la vieja Europa, el ciclismo de siempre. Para ellos, por ese orden, los tres puestos del podio. Por la derecha, Gilbert, y a su rueda Freire. Gilbert, que hab¨ªa dilapidado su capital en un domingo en el que, como el perejil, se encontr¨® en todos los movimientos, se evapor¨® instant¨¢neamente, Freire, un poco m¨¢s tarde. Acab¨® sexto, triste y derrotado por unos cuantos corredores a los que habitualmente ense?a su rueda trasera. Quiz¨¢s viejo y desilusionado. Concluy¨® as¨ª, con un noruego por primera vez de arco¨ªris un Mundial celebrado por primera vez en el hemisferio sur y en el que Espa?a, acorde a una zona de la tierra en la que el viento del sur lleva el fr¨ªo, el agua gira al rev¨¦s en los sumideros y se juega al f¨²tbol con las manos, corri¨® siempre a contrapi¨¦.
En el que pele¨® mano a mano Italia, el otro gran equipo de los Mundiales de la ¨²ltima d¨¦cada, para acabar los dos destrozados. Aparte del noruego y el dan¨¦s, oportunistas habituales en los Mundiales, acostumbrados a sobrevivir sin una selecci¨®n fuerte, acabaron tambi¨¦n entre los 11 primeros de un esprint que disputaron 25, un esprinter kazajo, un japon¨¦s, un esloveno.
Se corri¨® sin pinganillo por primera vez en muchos a?os, lo que constituy¨® para la inmensa mayor¨ªa de los ciclistas y los directores una novedad tan absoluta que se perdieron, dudaron, sufrieron como cualquier ciudadano actual que se olvida un d¨ªa el m¨®vil en su casa y no sabe qu¨¦ hacer sin consultar cada 20 segundos una pantallita. Bettini, el director de los italianos, astuto y vivo, combati¨® el mono colocando a sus dos corredores reserva, Nocentini y Gasparotto, con una radio en dos lugares estrat¨¦gicos del circuito desde donde recib¨ªan y transmit¨ªan ¨®rdenes a sus compa?eros. El seleccionador de Espa?a, De Santos, debi¨®, en cambio, adelantar al pelot¨®n, bajarse del coche y esperar el paso de sus corredores para dar instrucciones, lo que, llegado el momento, era imprescindible.
Toda la batalla, el naufragio, el error, comenz¨® nada menos que a 80 kil¨®metros de la llegada, cuando a¨²n quedaban por correrse cinco vueltas de un circuito complicado y asfixiante. Tossato, un italiano con capacidad para hacer da?o a la corta, lanz¨® un ataque inesperado en el primer repecho. Era el toque de clar¨ªn al que se sumaron todos los atacantes de su escuadra, Nibali, Visconti, Pozzato, a los que siguieron sus marcadores de otros equipos, Gilbert, Evans, otros. Se form¨® un grupo de 35 en el que Espa?a coloc¨® a tres trabajadores, Plaza, Zubeldia, Barredo, pero a ninguno de sus lugartenientes, pues los hombres de punta que deber¨ªan haber estado atentos, Samuel y Luis Le¨®n, se encontraban por entonces a cola de pelot¨®n.
A partir de ah¨ª, la carrera se convirti¨® en una persecuci¨®n en la que nadie ayud¨® a Espa?a en el trabajo. Luis Le¨®n y Samuel, los de final brillante, debieron sacrificarse para mantener vivo a Freire, mientras en la fuga, Barredo, Zubeldia y Plaza, sin pinganillo para recibir ¨®rdenes, sin referencias, sin informaci¨®n, sufr¨ªan por no saber qu¨¦ hacer. Finalmente, cuando Nibali, en el puente, a dos vueltas del final, ya hab¨ªa explosionado el grupo De Santos, les par¨®. Se abati¨® la fuga, Freire volv¨ªa a estar en disposici¨®n de volar en la ¨²ltima recta, pero a un alto precio. Solo y fatigado, quiz¨¢s despistado, sin fuerzas para explotar, se qued¨® en sexto.
Clasificaci¨®n final
1. Thor Hushovd (NOR) 6h.21:49
2. Matti Breschel (DIN)
3. Allan Davis (AUS)
4. Filippo Pozzato (ITA)
5. Greg Van Avermaet (BEL)
6. ?scar Freire (ESP)
7. Alexandr Kolobnev (RUS)
8. Assan Bazayev (KAZ)
9. Yukiya Arashiro (JAP)
10. Romain Feillu (FRA)
11. Grega Bole (SLO)
12. Dmitriy Fofonov (KAZ)
13. Koos Moerenhout (HOL)
14. Fabian Wegmann (GER)
15. Andre Martins Cardoso (POR)
16. Frank Schleck (LUX)
17. Cadel Evans (AUS)
18. Philippe Gilbert (BEL)
19. Niki Terpstra (HOL) a :07
20. Bj?rn Leukemans (BEL)
...
39. Haimar Zubeldia (ESP) a 5:39.
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