Rusia, dos d¨¦cadas despu¨¦s
Rusia se ha proclamado campe¨®n del mundo de gimnasia en R¨®tterdam. Y habr¨ªa que escribirlo con may¨²sculas porque las rusas recuperan un t¨ªtulo que se le resist¨ªa desde 1991, cuando todav¨ªa desfilaban tras la bandera de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, y que se hab¨ªan llevado a casa desde 1954 con solo tres excepciones. As¨ª que cuando Aliya Mustafina, su nueva estrella, ha salido al tapiz para realizar su ¨²ltimo ejercicio y el que peor se le da, con americanas y chinas, las anteriores campeonas del mundo y ol¨ªmpicas, respectivamente, esperando ansiosas el desenlace, la presi¨®n no pod¨ªa ser mayor. Sobre todo, para una chica de 16 a?os que se estrena en unos Mundiales y cuya ¨²nica experiencia internacional son los ¨²ltimos Europeos. Sali¨® nerviosa, pero se fue calmando mientras avanzaba su minuto y medio al son del Hijo de la Luna de Mecano y, aunque estuvo lejos de su mejor versi¨®n fue suficiente para devolver todo el orgullo a su pa¨ªs, una de las grandes potencias de este deporte. Estados Unidos se llev¨® la plata y China, el bronce.
El resultado habla de lo bien que est¨¢ funcionando el revolucionado programa ruso, que ha recuperado a algunos de los mejores entrenadores, desperdigados por medio mundo tras la desaparici¨®n de la URSS. Alexandrov, el t¨¦cnico que gu¨ªa los pasos de Mustafina ha vivido y entrenado en Tejas durante 15 a?os. Porque Rusia es un equipo jovenc¨ªsimo -tiene tres gimnastas de 16 a?os, la edad m¨ªnima permitida- que mira descaradamente a Londres 2012. Con optimismo y con una gimnasia bonita e innovadora que intenta recuperar algo del arte que este deporte empez¨® a perder en los noventa.
Y eso que la competici¨®n se puso dif¨ªcil para Mustafina y sus compa?eras a las primeras de cambio. Tras superar con nota el salto se colocaron primeras, pero en el segundo aparato, las paralelas, llegaron los fallos. Algunos estrepitosos, como el de la tambi¨¦n debutante Dementieva, que no lleg¨® a los 13,000 puntos. Muchos pensaron que un equipo tan joven no soportar¨ªa la presi¨®n en una competici¨®n que se mide m¨¢s por los fallos que por los aciertos porque todas las notas cuentan y acabar¨ªa cediendo ante las m¨¢s experimentadas chinas (cuatro de las seis componentes vivieron la gloria ol¨ªmpica en Pek¨ªn) o las explosivas estadounidenses, todo potencia y dificultad. Pero si hubo errores, fueron peque?os, y en cualquier caso, menores que los de sus rivales.
As¨ª que Rusia ha vuelto y con una estrella en ciernes. Mustafina, peque?a, p¨¢lida, de ojos enormes y gesto impasible, ha sido la mejor los dos d¨ªas de competici¨®n en R¨®tterdam y apunta al oro individual y a varios metales por aparatos. Otro dato: la moscovita es la primera gimnasta en 13 a?os que se mete en todas las finales, lo que es m¨¢s llamativo ¨¢¨²n en esta ¨¦poca de especialistas, donde cada vez son menos las gimnastas completas.
Dada la juventud del equipo, y sabiendo que Viktoria Komova, la sensaci¨®n junior que a¨²n no tiene edad para competir pero a la que el peque?o mundo de la gimnasia espera ansiosa, est¨¢ en la rec¨¢mara se puede decir que la nueva Rusia, con el orgullo recuperado, tiene cuerda para rato y para intentar emular a leyendas como Tourisheva, Olga Korbut o Nelly Kim.
Pero esta final deja m¨¢s lecciones: que Estados Unidos, con la mayor¨ªa de sus ol¨ªmpicas a¨²n recuper¨¢ndose de sus giras televisivas y flirteando con la retirada o apartadas ya de la gimnasia, ha perdido un poco de nivel pero produce gimnastas como churros; que China, con fama de fallona, se ha consolidado en lo m¨¢s alto y que Ruman¨ªa, con una interesant¨ªsima Ana Porgras y su seleccionador de toda la vida, Octavian Belu, recuperado, necesita solo un peque?o empuj¨®n para volver al podio.
El jueves (Teledeporte, 17.00) es la hora de los chicos. Aqu¨ª Rusia, lo tendr¨¢ m¨¢s dif¨ªcil porque chinos, japoneses y estadounidenses son en teor¨ªa mejores.
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