Osasuna barre al H¨¦rcules

Tiene trabajo Esteban Vigo con la ONU del H¨¦rcules. Por ejemplo, controlar las jugadas a bal¨®n parado. Los tres goles de Osasuna llegaron por el mismo camino, aunque por vericuetos diferentes. El primero fue una desconexi¨®n entre Pe?a y Calatayud que por poco no es autogol, pero que fue gol al ejecutar Monreal la cesi¨®n que sancion¨® el ¨¢rbitro.

El segundo fue clamoroso: un central, Lolo, cabecea una falta lanzada por Pu?al en el segundo palo. Lolo no es precisamente un tipo que pase inadvertido. Casi ning¨²n central pasa inadvertido. El tercero lo marca Vadocz desde el suelo en otra acci¨®n a bal¨®n parado. Definitivamente, el H¨¦rcules nunca estuvo en el partido. Nunca estuvo Trezeguet, muy poquito Drenthe y apenas algo Cristian, cuando sali¨® en la segunda mitad.

Osasuna estuvo de principio a fin, bien comandado por Pu?al y Nekounam, adictos al trabajo gris; por Aranda, un delantero impagable, aunque no meta goles, y, sobre todo, por Juanfran, uno de esos pocos tipos que son capaces de dirigir a su equipo desde un costado del campo. La tarde que le dio a Pe?a, el capit¨¢n del H¨¦rcules, no la olvidar¨¢ en mucho tiempo. El Flaco fue decisivo en Osasuna. Le dio superioridad, capacidad, como Nekounam le dio la tranquilidad para no desbocarse. Los goles los metieron otros, pero sobre ambos se construy¨® el triunfo de Osasuna ante uno de sus rivales, poco hecho, eso s¨ª; demasiado acobardado. Un bal¨®n al larguero frente a tres goles es poco bagaje.