Federer castiga a Ferrer
El n¨²mero dos arrolla al alicantino en su debut en Londres (6-1 y 6-4)
Diego Armando Maradona en la grada y Roger Federer en la pista. Frente a esa conjunci¨®n de astros, primera jornada de la Copa de Maestros, firmada ya la victoria de Andy Murray sobre Robin Soderling (6-2 y 6-4) , David Ferrer acaba diluido, sometido a un amago de silbidos y tremendamente castigado pese a su notable noche al resto: el 6-1 y 6-4 firm¨® su decimoprimera derrota contra el suizo . Sus gritos, la medida de su martirio. ?Qu¨¦ explica eso? ?Qu¨¦ se esconde tras un emparejamiento tan desequilibrado?
Bajo las luces azules del O2 Arena, Federer oblig¨® a Ferrer a visitar un mundo de incomodidades. Si el tenis es un juego de adaptaci¨®n, medida constante de las fortalezas de uno frente a las debilidades del otro, no hay rival m¨¢s contraindicado para el alicantino que el suizo. Donde Ferrer pide ritmo constante, pi?¨®n fijo para imponer el peso de sus golpes, Federer impone cambios constantes de altura, inesperadas dejadas y velocidad atormentante. Donde Federer tiene m¨¢s bajo el escudo, all¨¢ por el rev¨¦s, donde procuran martirizarle sus rivales con bolas altas, Ferrer tiene un golpe plano a dos manos que es una invitaci¨®n para que el n¨²mero dos suelte el brazo. Y donde el ganador de 16 t¨ªtulos grandes deja hueco en su af¨¢n de protegerse el lado d¨¦bil, abierto el flanco derecho, clar¨ªsima la diana, Ferrer no puede proponer casi nada: el rev¨¦s paralelo nunca fue su gran arma.
La suma de esas circunstancias aceleran el juego y obligan al n¨²mero siete del mundo a jugar con un riesgo extremo. Es como un soldado a caballo lanzado en la ¨²ltima carga contra una columna de tanques. Debe forzar con el saque (6 dobles faltas y 54% de primeros saques). Debe apretar con la derecha (30 errores no forzados). Y adem¨¢s, es una tendencia hist¨®rica en sus enfrentamientos, navega siempre contracorriente y en contrasentido: el suizo abre ventajas en el marcador desde el inicio y jam¨¢s juega presionado por un partido decidido en el filo de la navaja.
Maradona vio todo eso desde la grada, mientras rebotaban los rugidos guturales de rabia del alicantino; mientras el n¨²mero siete amagaba y luego estrellaba la raqueta contra el suelo; y mientras Federer, honrando el rojo sangriento de su camiseta, devoraba su primer partido del Grupo B a un ritmo esp¨ªdico (1h27m). Siguiente parada para el suizo, el brit¨¢nico Andy Murray. A Ferrer, que ya camina por el alambre, le espera el sueco Soderling, tambi¨¦n el martes. Esto es Londres: la Copa de Maestros no permite respiros.

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