Una defensa de ruina

Cuando faltaban dos minutos para el final, Kanout¨¦, asfixiado, no lleg¨® a un saque en largo de Palop. El delantero se rindi¨® despu¨¦s de levantar al Sevilla con un 2-0 en contra, despu¨¦s de emerger como uno de los pocos futbolistas competitivos que le quedan a un equipo que muestra enormes s¨ªntomas de fragilidad tanto en la Liga como en Europa. Condenado por unos errores defensivos impropios de un conjunto de elite, el Sevilla fue arrollado por el PSG y deber¨¢ jugarse su futuro europeo en el ¨²ltimo partido de la fase de grupos de la Liga Europa.

Ser¨¢ en casa, ante el Dortmund, uno de los equipos m¨¢s en forma del continente, aunque al Sevilla le vale el empate para seguir adelante. El problema, no obstante, es m¨¢s profundo y corroe la estructura de un equipo masacrado por las lesiones y marcado por una deficiente planificaci¨®n. En su camino hacia la vulgaridad, solo los destellos de Kanout¨¦ recuerdan un pasado m¨¢s glorioso mientras Gregorio Manzano no acaba de tomarle el pulso a la situaci¨®n. Angustiado por la hemorragia defensiva, inventa una alineaci¨®n tras otra mientras el equipo se despe?a con unos errores impropios de su categor¨ªa, tan b¨¢sicos como dolorosos.

Dos balones a bal¨®n parado en tres minutos mostraron el desconcierto de la zaga andaluza y desmontaron una puesta en escena m¨¢s que decente. Ofreciendo tantas facilidades, es imposible ganar un partido por m¨¢s que la reacci¨®n posterior del equipo fuera formidable. Un soplo de aire fresco protagonizado por tres futbolistas, Perotti, Capel y Kanout¨¦, que se qued¨® en nada despu¨¦s del en¨¦simo desajuste defensivo, aprovechado ahora por Nen¨¦. Todo lo positivo que emerg¨ªa de las botas de Kanout¨¦ quedaba destruido cuando cada acercamiento del PSG se convert¨ªa en gol.

El desastre defensivo fue de tal magnitud que acab¨® por contagiar a Palop y a un jugador como Mart¨ªn C¨¢ceres, hasta ahora sin¨®nimo de seguridad en la zaga. Cuando todav¨ªa se atisbaba al menos la posibilidad del empate, el paraguayo le dio un bal¨®n en bandeja a Hoarau, que hizo el cuarto. Fue la puntilla al mal partido del Sevilla, que todav¨ªa tuvo que soportar las burlas del meta Edel, al que denunci¨® tras el choque de ida por una presunta falsificaci¨®n de su pasaporte.