"No quiero parar aqu¨ª"
Djokovic lleg¨® al t¨ªtulo tras despedir a su t¨¦cnico, reconstruir el saque y sufrir una crisis personal
A las 17.00 de la tarde australiana del lunes, Novak Djokovic se presenta sonriente en el aeropuerto de Melbourne, donde le empiezan a rodear los curiosos. "Me marcho", dice en castellano mientras recibe su billete de primera clase con direcci¨®n a Singapur. El campe¨®n del Abierto de Australia se despide hablando de Albacete y Murcia, la tierra de la que conversa con Nicol¨¢s Almagro; del "guapo Fernando", que es Verdasco, al que pedir¨¢ consejo sobre c¨®mo divertirse en Las Vegas antes de que comience la gira estadounidense (Indian Wells y Miami), donde tiene la posibilidad de arrebatarle al suizo Roger Federer el n¨²mero dos del mundo; y de que en su calendario, probablemente, no est¨¦ la primera ronda de la Copa Davis, que Serbia disputa contra la India. "Quiz¨¢s no me necesiten...". 'Nole' bromea en el aeropuerto, pero se toma muy en serio lo que hace en la pista.
El triunfo del serbio es la historia de una catarsis. Campe¨®n del Abierto de Australia 2008, el n¨²mero tres pas¨® tres a?os en busca de su segundo grande. Prob¨® a unir a su equipo al estadounidense Todd Martin, ex n¨²mero cuatro, mientras manten¨ªa a su t¨¦cnico de siempre, Marian Vajda. Puesto frente a esa hidra de consejos, dos voces opuestas, dos opiniones contrarias, empezaron los desatinos. Su movimiento de saque qued¨® hecho un ortop¨¦dico nudo. A principios de 2009, cambi¨® de raqueta y tard¨® meses en adaptarse. Entr¨® en el mundo de los negocios y flirte¨® con la pol¨ªtica, lo que le ocasion¨® desagradabil¨ªsimas situaciones a resultas de su postura a favor de la uni¨®n entre Kosovo y Serbia. Entr¨® en crisis.
"Despu¨¦s de Wimbledon 2010", dijo nada m¨¢s ganar el t¨ªtulo en Melbourne, su segundo grande; "algo cambi¨® en mi cabeza. Fue una lucha mental, porque estaba intentando separar mi vida privada de la profesional. Soy una persona sensible", explic¨®. "Consegu¨ª solucionar esos problemas. Superar esa crisis personal y seguir intentando dedicarme al deporte fue un gran ¨¦xito para m¨ª como persona", a?adi¨®. "Siento que soy mucho mejor jugador ahora que hace tres a?os", prosigui¨®. "Soy m¨¢s fuerte f¨ªsicamente, m¨¢s r¨¢pido y estoy m¨¢s motivado mentalmente en la pista".
He aqu¨ª algunos cambios. Todd Martin ya no trabaja con Djokovic: "No funcionaba". Su servicio ya no hace da?o a la vista: "Todo el mundo me criticaba. He tenido que trabarlo muy duro". Ha ganado el torneo cediendo solo una manga y desde dos premisas: movilidad ("el secreto son mis plantillas", brome¨®) y servicio.
"Sent¨ª que pod¨ªa llegar a cualquier pelota y realizar una transici¨®n rapid¨ªsima de la defensa al ataque", resumi¨® el serbio sobre sus impresionantes movimientos laterales. "Utilic¨¦ muy bien el saque en los momentos cruciales para abrir la pista y dejar libre el lado contrario para lograr un golpe ganador. Fui paciente cuando fue necesario. Cambi¨¦ mucho los ritmos..."
Hay voces apocal¨ªpticas que hablan de cambio de guardia. Agoreros que dicen que Federer, intocable en la Copa de Maestros 2010, est¨¢ viejo. Desmemoriados que olvidan que Rafael Nadal lleg¨® a Melbourne tras ganar tres grandes seguidos. Djokovic se sonr¨ªe en el aeropuerto, y para esas opiniones solo tiene carcajadas. "No hay dudas de que siguen siendo los dos mejores, los m¨¢s dominantes. Se merecen respeto...pero no quiero parar aqu¨ª".
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