Sergio y Tiger, a la cola

Dos regresos al golf marcaron el pasado fin de semana. El de Tiger Woods, debutante en la temporada en el Open de San Diego, su campo preferido. Y el de Sergio Garc¨ªa, que volv¨ªa a coger los palos despu¨¦s de cinco meses alejado del verde para disputar el torneo de Bahr¨¦in, segundo de la gira asi¨¢tica. Ni uno ni otro brillaron, pese a sus buenas primeras jornadas.

Tiger es un misterio. Cada vez que vuelve a jugar amenaza con su definitivo regreso, con volver a ser esa m¨¢quina de jugar al golf que era hace dos a?os. Pero pasan los torneos y El Tigre sigue siendo humano. Falla golpes que antes embocaba con una facilidad insultante. Ha bajado a la tierra, sobre todo en el green. El putt que antes acertaba para conseguir un birdie, ahora lo falla y se conforma con el par. Ah¨ª est¨¢ su humanizaci¨®n. Por alguna raz¨®n que va m¨¢s all¨¢ de su t¨¦cnica para golpear -puede que el motivo est¨¦ en su cabeza, en su concentraci¨®n, puede que en su confianza, en el hecho de que ya no se vea como el n¨²mero uno-, El Tigre ha perdido lo que le hac¨ªa ¨²nico, esos golpes lejanos en el green que colaba como nadie m¨¢s lo ha hecho en el circuito. Su maravilloso juego corto se ha esfumado de repente. Ni siquiera Torrey Pines, su casa, ha podido resucitarle. Woods llevaba desde 2002 sin hacer una vuelta por encima del par en ese campo. Este fin de semana ha hecho dos, las dos ¨²ltimas, para acabar en el puesto 44, a nada menos que 15 golpes de un Bubba Watson que plant¨® cara a un gran Phil Mickelson y se llev¨® el torneo de San Diego.

Tampoco mejor le fueron las cosas a Sergio Garc¨ªa, 30? en la cita de Bahr¨¦in , a 10 golpes de Paul Casey. El brillo espa?ol se lo llev¨® una vez m¨¢s, y van pasando los a?os como si nada (tiene 47), Miguel ?ngel Jim¨¦nez, segundo a un golpe del brit¨¢nico. Sergio Garc¨ªa copi¨® la actuaci¨®n de Tiger. Bien al principio, con cinco bajo el par en la primera jornada, se vino abajo luego. Despu¨¦s de cinco meses sin tocar los palos, aguantar cuatro jornadas en lo alto es una empresa complicada. El Ni?o necesitar¨¢ toda la paciencia que pueda para volver a pelear por los t¨ªtulos.