Sergio Rodr¨ªguez prolonga la magia

El Madrid de Messina comienza a doctorarse en el territorio del car¨¢cter. En esos segundos finales donde tiembla el pulso, flaquean las voluntades y se ofusca la mente, los blancos se est¨¢n barnizando de la confianza que aportan las victorias ag¨®nicas.

En plena cuenta atr¨¢s a falta de dos segundos y seis d¨¦cimas para el final del partido, Sergio Rodr¨ªguez anot¨® tres tiros libres consecutivos con la frialdad de qui¨¦n corta el cable que desactiva un explosivo. El duelo se march¨® a la pr¨®rroga y ah¨ª, el Madrid que ven¨ªa de los infiernos agarr¨® una victoria ante el rocoso Efes Pilsen que le permite liderar con contundencia el grupo G de la Euroliga con tres victorias en otros tantos partidos y sobre todo le aporta una enjundia competitiva de la que adolec¨ªan los pupilos de Messina tiempo atr¨¢s.

El duelo arranc¨® torcido para los madridistas. Rakocevic pronto cogi¨® su fusil y tom¨® medidas al per¨ªmetro con su mu?eca infalible y su porte reivindicativo. Se sum¨® Thornton y entre ambos sellaron un parcial de 2-14 que oblig¨® a Messina a remangarse el traje a las primeras de cambio. La primera medida, dar entrada a Tucker para paliar desde el 6,75 la ofuscada jornada de Tomic. La segunda, rendirse a la evidencia de que Mirotic es un superclase en estado de gracia que ha decidido que ha llegado su momento. Siete puntos de la perla montenegrina metieron a los blancos en el partido y ajustaron las diferencias hasta el 18-19 con el que concluy¨® el primer cuarto.

Superado el primer arre¨®n del Efes, el conjunto madridista convirti¨® el encuentro en un intercambio de golpes. Su¨¢rez y Tucker afinaban el pulso desde el per¨ªmetro para los blancos mientras Vujcic martilleaba en la pintura aprovechando el aturdimiento de Tomic. Messina experiment¨® con un quinteto que agrupaba en pista a Prigioni, Llull y Sergio Rodr¨ªguez secundados por Tomic y Mirotic. La prueba sali¨® bien y el Madrid encontr¨® la primera ventaja del choque con un 31-30 mediado el segundo cuarto. Pero los de Estambul son un grupo p¨¦treo y experimentado. Duro de pelar. Para entonces, el dominio en el rebote y la dupla Vujcic-Rakocevic hab¨ªan alterado sobremanera el libreto de Messina. Los blancos llegaban al choque con la mejor defensa de la competici¨®n, con una media de 66,6 puntos por partido, y con la mejor marca reboteadora (40,8 por encuentro) en territorio europeo. Adem¨¢s, el conjunto madridista firmaba una trayectoria irreprochable en la controvertida Caja M¨¢gica. Diecis¨¦is triunfos consecutivos (diez en la Liga ACB y seis en Euroliga). Pero los de Perasovic pusieron en cuesti¨®n ese curr¨ªculum desde el comienzo y decidieron medir hasta el extremo el cach¨¦ de un grupo en gestaci¨®n.

Al descanso se lleg¨® con el duelo tensionado (40-46). "Es un partido delicado por su importancia. Ser¨¢ una prueba para nuestros j¨®venes. Una prueba de paciencia y de agresividad", apunt¨® Messina en la previa. La prueba fue de car¨¢cter. Con las defensas desabrochadas y las mu?ecas engrasadas el pulso gan¨® quilates. Sin Velickovic castigado, con Felipe sometido a la peculiar rotaci¨®n de Messina, y Llull m¨¢s mustio que de costumbre; Prigioni, Fisher y Tucker se echaron el equipo a la espalda. Pero los blancos no encontraban ant¨ªdoto para Thronton y Rakocevic que crecieron bajo el mando de Tunceri.

Una antideportiva de Nachbar sobre Felipe con 67-71 a falta de seis minutos evit¨® el despegue del Efes. Pero la inercia distanciaba poco a poco a los de Perasovic (70-76) mediado el ¨²ltimo cuarto. Tocaba apretar los dientes y dar un paso al frente. La cuesti¨®n era m¨¢s de personalidad que de pizarras y entonces surgi¨® el br¨ªo competitivo de Prigioni. Con el partido en el alambre el base argentino anot¨® un triple que situaba a su equipo a un solo punto y complet¨® la heroicidad con un robo que sell¨® el empate (76-76) a falta de 16 segundos. En el siguiente ataque Gonlum se postul¨® a h¨¦roe inesperado y anot¨® un triple que pareci¨® definitivo. Pero a falta de dos segundos el bal¨®n cay¨® en manos de Sergio Rod¨ªguez. Obligado por la circunstancia busc¨® el triple. Sufri¨® una falta que le llev¨® hasta la l¨ªnea de tiros libres. Tres tiros para contener la respiraci¨®n, para suspender las pulsaciones y para abrir la puerta a una pr¨®rroga que sab¨ªa a gloria a los blancos. Ya no se les escap¨® el partido. Hab¨ªan aprobado el examen del car¨¢cter.