Euforia granota

A las ¨®rdenes de Ballesteros, el Levante se funde en una pi?a de gritos y abrazos. Un grupo de obreros del bal¨®n acaba de firmar un a?o m¨¢s en la ¨¦lite. Tan acostumbrada a sufrir, la grada granota se frota los ojos de tanto disfrutar. Acude al Ciutat de Val¨¨ncia con la sonrisa, sin el pesimismo hist¨®rico ni el victimismo ancestral. Al rev¨¦s. Sabe que va a ganar y gana.

Lanzado por una euforia contagiosa, el Levante se pone por delante antes de que el rival se haya dado ni cuenta. Le bast¨® con la direcci¨®n de Iborra y la finalizaci¨®n de Rub¨¦n y Juanlu para liquidar a un H¨¦rcules sin coraz¨®n: ni siquiera cuando Trezeguet acort¨® distancias en el minuto 82, a pesar de que, en el ¨²ltimo minuto, un centro de Pulhac desde la izquierda estuviera a punto de empatar.

Henchido de orgullo, el Ciutat de Val¨¨ncia despidi¨® a su equipo con todos los honores al final de la primera parte. El Levante hab¨ªa arrollado a un H¨¦rcules inerte. Los m¨¢s diminutos, Rub¨¦n y Juanlu, trituraron a golpe de cintura a la r¨ªgida defensa alicantina. Fuera del banquillo, de pie y con los brazos cruzados, en manga corta pese a un viento g¨¦lido, Djukic era pura impotencia. Portillo abroncaba a Pulhac y Abel Aguilar por la laxitud en los marcajes. Ni ¨¦l ni Valdez recibieron un bal¨®n en condiciones. Drenthe hac¨ªa la guerra por su cuenta. Una guerra poco provechosa.

Sin tiempo a desperezarse, Rub¨¦n Su¨¢rez envi¨® una falta a la escuadra. La hinchada granota atron¨® cuando vio asomar la cresta afro de Caicedo por la banda para calentar. Tard¨® en entrar y el Levante se adormeci¨® un rato, coincidiendo con la llegada de Trezeguet. El franc¨¦s acort¨® distancias en su und¨¦cimo tanto del campeonato, el primero fuera de casa. Los jugadores del H¨¦rcules ni lo celebraron. Como si no creyeran en la remontada. A pesar de que, ya en el ¨²ltimo minuto, un centro de Pulhac se pase¨® por el larguero de Mun¨²a. El Levante vive en un guateque toda la segunda vuelta.

Levante 2 - H¨¦rcules 1