Y Quir¨®s choca contra un buggy

?Qu¨¦ hac¨ªa ah¨ª ese coche? Fue en el hoyo ocho, un par cinco. ?lvaro Quir¨®s, que es un pegador soberbio, el mejor del circuito europeo, una polea humana con sus 1,90m de estatura y sus largu¨ªsimos brazos, conect¨® un drive marca de la casa. La bola vol¨® y vol¨® por el cielo de M¨¢laga, tanto que super¨® los c¨¢lculos del conductor de ese coche de mantenimiento, un buggy sin techo, que se cre¨ªa lo bastante alejado de Quir¨®s como para no sufrir ning¨²n riesgo y se hab¨ªa situado en el borde de la calle. Mal calculado. No hay que subestimar al gaditano. Su bola vuelva m¨¢s que la de nadie. Con tan mala suerte para ¨¦l en esta ocasi¨®n que toc¨® en el coche y, en lugar de volver a la calle, se march¨® a los ¨¢rboles. Como la pelota de tenis que da en la red y cae para el lado incorrecto en la pel¨ªcula Match Point, de Woody Allen. Quir¨®s acab¨® con conceder el hoyo ante su amigo Martin Kaymer, con el que se med¨ªa en los cuartos de final del Mundial Match Play. Un duelo con constantes alternativas, pero casi siempre con el espa?ol a remolque. Quir¨®s solo estuvo en una ocasi¨®n por delante; Kaymer, en 10, incluida la decisiva, la del ¨²ltimo hoyo.

Pese a ganar sus tres partidos anteriores, Quir¨®s anduvo con mala cara todo el torneo, sin encontrar el punto a su juego. Hasta que en el hoyo 16 se fue al bunker y casi levant¨® la bandera blanca ante Kaymer. El alem¨¢n se col¨® en semifinales y el domingo se enfrentar¨¢ al ingl¨¦s Luke Donald en un duelo por el n¨²mero uno del mundo. Poulter y Colsaerts, el sorprendente belga, se ver¨¢n las caras en la otra semifinal. En juego est¨¢ el n¨²mero uno del mundo. Una vez eliminado en octavos Westwood, el trono se lo juegan Donald y Kaymer. El que gane el torneo, si lo gana alguno de los dos, ser¨¢ el nuevo rey mundial a partir del lunes. As¨ª de movido est¨¢ ahora el golf.

El coche que estorb¨® a Quir¨®s fue una trampa m¨¢s en un campo, el de Finca Cortes¨ªn, que es una delicia para el espectador y una tortura para el golfista, tantas son sus subidas y bajadas, sus rampas y pendientes, un tobog¨¢n constante de mil alturas en el que los jugadores han de sacar m¨¢s que nunca el comp¨¢s y la calculadora para medir al mil¨ªmetro sus golpes. Los 18 hoyos se convirtieron en un desaf¨ªo en tres dimensiones. Y no digamos ya los 36, puesto que los vencedores de los octavos por la ma?ana se encararon de nuevo al recorrido y al rival de turno en los cuartos de la tarde. Doble raci¨®n de golf, una exigencia f¨ªsica, t¨¢ctica, estrat¨¦gica y mental de m¨¢ximo nivel, m¨¢s si cabe todav¨ªa en la modalidad de match play, que no da un segundo de respiro. Pasi¨®n pura.

Los nervios pod¨ªan jugar una mala pasada a cualquiera. Si por la ma?ana cay¨® el n¨²mero seis del mundo, McIlroy, por la tarde le acompa?¨® a casa el tambi¨¦n norirland¨¦s McDowell, el cinco mundial, eliminado por la cenicienta, Colsaerts. As¨ª es el impredecible match play.

Resultados de los octavos de final: Quir¨®s gana a Noh (uno arriba); Kaymer gana a Kjeldsen (tres y dos); Colsaerts gana a Vegas (uno arriba); McDowell gana a McIlroy (tres y dos); Schwartzel gana a Fisher (uno arriba); Donald gana a Edfords (en el desempate); Molinari gana a Baddeley (tres y dos); Poulter gana a Westwood (uno arriba).

Resultados de los cuartos de final: Kaymer gana a Quir¨®s (dos arriba); Colsaerts gana a McDowell (dos y uno); Donald gana a Schwartzel (dos arriba); Poulter gana a Molinari (dos arriba).

Semifinales: Kaymer contra Donald; Colsaerts contra Poulter.