Todos los caminos salen de Roma
Es imposible que Pep Guardiola y Alex Ferguson tomen ma?ana sus decisiones sin tener en cuenta la final de Roma de hace dos temporadas. En ella est¨¢ la clave del partido, en ella hay respuestas a muchas preguntas y en ella se pueden encontrar pistas fiables que te acerquen o alejen del t¨ªtulo. El t¨¦cnico escoc¨¦s ya ha advertido que su obsesi¨®n es desactivar el tri¨¢ngulo Xavi-Iniesta-Messi, pero tambi¨¦n ha confesado que nadie ha dado todav¨ªa con la f¨®rmula para hacerlo. Aunque el gol de Eto'o cambi¨® el rumbo del encuentro en la primera jugada en que el Bar?a encadenaba tres pases despu¨¦s de diez minutos de presi¨®n del campe¨®n ingl¨¦s, tambi¨¦n es cierto que se trataba de la primera acci¨®n tras la permuta del camerun¨¦s y Messi para vestir al argentino de falso nueve.
A partir de ah¨ª, el equipo de Guardiola domin¨® el escenario. Carrick y Anderson saltaban a la presi¨®n sobre Xavi e Iniesta, Messi aprovechaba el espacio a las espaldas de los mediocentros en el tres contra dos mientras los centrales Ferdinand y Vidic dudaban en dar el paso adelante para no descuidar su espalda. Este dibujo aconseja a Ferguson la alineaci¨®n en Londres de otro mediocentro para intentar plantear un tres contra tres, aunque el Bar?a siempre tendr¨¢ una soluci¨®n con Busquets para incorporarlo al rombo y volver a ser un jugador m¨¢s en la zona trascendente. Evidentemente, esta superioridad num¨¦rica no gana los partidos, pero es la mejor manera de generar un espacio c¨®modo con todas las facilidades para que el talento azulgrana se exprese en su justa dimensi¨®n. Si el Manchester United rellena el mediocampo, solo podr¨¢ jugar con un delantero, por lo que Chicharito parece ser el candidato al sacrificio. Si no lo hace, vivir¨¢ a remolque del rival, necesitar¨¢ dos centrocampistas agresivos y capaces de ocupar mucho terreno y deber¨¢ prescindir de Giggs, el productor del juego ofensivo en la zona de creaci¨®n. En Roma, el gal¨¦s pas¨® en el descanso de la media punta a la distribuci¨®n a causa del cambio de T¨¦vez por Anderson y fue cuando el Manchester United perdi¨® el deseado equilibrio abandonando a Carrick en la persecuci¨®n del bal¨®n que tan bien gestiona el Bar?a.
El pasado tambi¨¦n condicionar¨¢ el presente en la salida de bal¨®n azulgrana. La presi¨®n alta del conjunto ingl¨¦s sorprendi¨® inicialmente al grupo de Guardiola, que resolvi¨® las dificultades por la v¨ªa m¨¢s f¨¢cil, no la m¨¢s adecuada para su naturaleza. Vald¨¦s sac¨® en largo durante toda la final, lo que erosion¨® el patrimonio del Bar?a, su juego de posici¨®n y las posesiones largas que le dan control del partido. La primera fase, una de las obsesiones del t¨¦cnico, no estaba tan evolucionada como ahora. Por ejemplo, Busquets a¨²n no se infiltraba entre los centrales para salir en tres contra dos y, adem¨¢s, el Bar?a tampoco contaba aquel d¨ªa con la vida exterior de Alves por la derecha. Hoy ser¨ªa imposible verle renunciar a eliminar la primera l¨ªnea de presi¨®n con el pase.
Guardiola deber¨¢ escoger si abrir a los extremos para alejar las ayudas de los laterales ingleses a la zona central y amplificar la repercusi¨®n de la superioridad num¨¦rica por dentro, reteniendo al lateral como hizo con Puyol en Roma, o estimular las l¨ªneas de pase interiores con Pedro para deja el pasillo exterior a Alves, con el riesgo de arrastrar al hiperactivo Park convirti¨¦ndole en un defensa m¨¢s. Mientras tanto, el lateral izquierdo deber¨¢ vivir permanentemente atento a las vigilancias sobre la velocidad, el desborde y el centro del ecuatoriano Valencia, el gran nuevo argumento para la r¨¦plica vertical del United.
Para cuidar los detalles de Londres conviene pasar antes por Roma.
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