C¨®rdoba, un lugar para jugarse la vida
Como en su d¨ªa hizo Ernesto Ch¨¦ Guevara y Manuel de Falla, hoy Argentina decide su futuro en esta hermosa ciudad
"Dej¨¢ la vida. Jug¨¢ por la gente". El texto sale de un anuncio de una marca deportiva muy conocida, aparecido hoy en muchos diarios argentinos, pero refleja bien lo que le est¨¢n pidiendo los aficionados a su selecci¨®n en su partido de esta noche, frente a Costa Rica. Es impensable no pasar la ronda, pero este pa¨ªs esta dolorosamente acostumbrado a que le sucedan cosas realmente impensables y ahora mira siempre con algo de ansiedad lo que en teor¨ªa deber¨ªa ser tan s¨®lido y seguro como la Manzana Jesu¨ªtica de la ciudad de C¨®rdoba, donde se juega el encuentro.
C¨®rdoba es un buen lugar para jugarse la vida. Es apacible y hermosa, una capital de provincias, plantada al borde las sierras pampeanas y de un r¨ªo tranquilo y ancho, con un mill¨®n y medio de habitantes, de los que m¨¢s de 100.000 son estudiantes universitarios. Porque C¨®rdoba, La Docta, alberga la universidad m¨¢s antigua de Argentina (la cuarta que se fund¨® en Am¨¦rica Latina) y tiene la misma fama que podr¨ªa tener en Espa?a Salamanca. En un pueblo cercano, Alta Gracia, hay dos casas museo dignas de visitarse. En una, peque?a, polvorienta y necesitada de muchos arreglos, se jug¨® la vida, y la perdi¨®, Manuel de Falla, que muri¨®, exiliado y tuberculoso, sin aceptar los honores y dineros que le ofrec¨ªa Franco para que regresara como un ¨ªdolo a su pa¨ªs. En otra, reluciente, cuidada por la embajada cubana, pas¨® su infancia, y probablemente decidi¨® ya jugarse la vida, Ernesto Che Guevara.
Pero no todo son recuerdos melanc¨®licos en C¨®rdoba y en su hermosa Manzana Jesu¨ªtica, hecha de austera piedra y de interiores magn¨ªficos labrados en cedro del Paraguay. La ciudad est¨¢ llena de j¨®venes estudiantes, argentinos y llegados de toda Am¨¦rica Latina, dispuestos a gritar hasta quedarse af¨®nicos esta decisiva noche. El escenario no puede ser mejor, un estadio ol¨ªmpico de futbol que lleva el nombre de Mario Kempes, un jugador que naci¨® en otro pueblo cordob¨¦s, y al que se le apodaba El Matador porque ten¨ªa una facilidad para el gol que daba miedo. Su biograf¨ªa esta publicada en una editorial que se llama quiz¨¢s justamente Homo Sapiens: Kempes fue el primero que advirti¨® que la selecci¨®n colombiana era mucho m¨¢s fuerte de lo que sus colegas pensaban y que podr¨ªa dar una sorpresa. Por el momento, y haga lo que haga Argentina hoy en C¨®rdoba, los colombianos ya han ganado el grupo. Las cr¨®nicas cuentan que Kempes le pas¨® la camiseta a Maradona. Se supon¨ªa que en este torneo, Diego se la dar¨ªa, por fin, a Lionel Messi.
![Messi camina junto a Milito y Cambiasso.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GELW2U6EHANVDK762KBVTGQNCQ.jpg?auth=a9965a9d2c71e9dbb31a284f61dac1d2479ac252673fcf794e05c7070dd51aaf&width=414)
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