Am¨¦rica es celeste
Uruguay, liderado por Luis Su¨¢rez y Forl¨¢n, se proclama con facilidad campe¨®n ante una gris Paraguay
Martino le puso hormig¨®n en el camino de Uruguay al gol pero olvid¨® que un charr¨²a es capaz de comer piedras. Los de Tab¨¢rez aceptaron el reto nada m¨¢s empezar y encararon el ¨²ltimo escollo en el camino a la Copa Am¨¦rica dispuestos a destrozar cualquier impedimento que les pusiera por medio la afortunada selecci¨®n paraguaya, injustamente clasificada para la final. Fue justo que Lugano levantara el t¨ªtulo, porque atac¨® bien y defendi¨® mejor.
Las intenciones de Martino estaban tan claras que se dej¨® a Lucas Barrios y Estigarribia en el banquillo y acumul¨® efectivos en el centro del campo. La de Uruguay, a¨²n m¨¢s. Se fue a por los guaran¨ªes nada m¨¢s empezar y a los diez minutos ya hab¨ªa sacado cinco veces de esquina, Lugano hab¨ªa puesto en funcionamiento a Villar y hasta forzaron un penalti, en la misma jugada, por mano de Ortigoza, al evitar un gol bajo los palos. A los 11 se termin¨® el pulso cuando Luis Su¨¢rez se aprovech¨® de un rebote, se busc¨® el sitio metiendo el cuerpo como solo ¨¦l sabe hacerlo y lanz¨® cruzado a la derecha de Villar, que esta vez no pudo evitar lo inevitable.
Uruguay, 3-Paraguay, 0
Uruguay: Muslera; Maxi Pereira, Lugano, Coates, Mart¨ªn C¨¢ceres (God¨ªn, m. 90); ?lvaro Gonz¨¢lez, Diego P¨¦rez (Eguren, m. 71), Ar¨¦valo, ?lvaro Pereira (Cavani, m. 65); Forl¨¢n y Luis Su¨¢rez. No utilizados: Juan Castillo; Victorino, Hern¨¢ndez, Lodeiro, Rodr¨ªguez y Abreu.
Paraguay: Justo Villar; Piris, Da Silva, Ver¨®n, Marecos; Riveros, Ortigoza, V¨ªctor C¨¢ceres, Vera; Valdez y Zeballos (Lucas Barrios, m. 78). No utilizados: Diego Barreto; Marcos C¨¢ceres, Alcaraz, Osvaldo, Estigarribia, P¨¦rez y Edgar Barreto.
Goles:1-0. M. 12. Luis Su¨¢rez. 2-0. M. 42. Forl¨¢n. 3-0. M. 90. Forl¨¢n.
?rbitro: Salvio Fagundes (Brasil). Amonest¨® a V¨ªctor C¨¢ceres, Diego P¨¦rez, Mart¨ªn C¨¢ceres, Maxi Pereira, Vera y Coates.
Unos 67.000 espectadores en el Monumental de Buenos Aires.
En 11 miserables minutos Uruguay ten¨ªa el partido donde pretend¨ªa, y Paraguay hab¨ªa dicho adi¨®s a la Copa Am¨¦rica porque no ten¨ªa otro plan que no fuera esperar y tirar contras a la carrera de Zeballos y de Haedo Valdez. Lo de atacar en est¨¢tico era algo que no contemplaba. No lo hab¨ªa necesitado para llegar hasta el Monumental y tampoco parece saber c¨®mo hacerlo. En desventaja en el marcador ya no le quedaba otro remedio y no supo aplicarlo, claro.
Uruguay, tan pancha, busc¨® cobijo y se dispuso a jugar como m¨¢s le gusta, cerrando el camino a Muslera. Los de Martino, equipo plano, sufrieron tanto cuando no ten¨ªan el bal¨®n como cuando les toc¨® moverlo, y aunque le echaron coraje y hasta llegaron a rematar una vez al palo, no les alcanz¨® nunca. Hab¨ªan llegado sumando un empate tras otro, con el gancho, y ayer qued¨® patente que no merec¨ªan el lujo de jugar una final.
Uruguay es una selecci¨®n forjada a fuego lento, sin rendijas, siempre atenta en la anticipaci¨®n, que bascula de memoria tremendamente solidaria en los apoyos, que muerde por recuperar el bal¨®n y sale como una flecha en busca de Luis Su¨¢rez, un jugador poco elegante, pero determinante por su capacidad de trabajo y, sobre todo, porque cada vez que se activa genera un problema. En una de esas, a la media hora, el delantero del Liverpool se las ingeni¨® para dejar solo a Forl¨¢n camino del ¨¢rea, pero en el mano a mano con Villar el portero paraguayo le gan¨® la mano al delantero del Atl¨¦tico.
Hubiera sido muy injusto que Forl¨¢n se fuera sin marcar de esta Copa Am¨¦rica. Llevaba 12 partidos con la selecci¨®n sin ver puerta, desde el partido por el tercer y cuarto puesto en el Mundial de Sud¨¢frica, algo ins¨®lito en un goleador de su calibre. Ayer, a la segunda, no perdon¨®. Ar¨¦valo, un demonio, se la rob¨® a Ortigoza casi en la frontal del ¨¢rea paraguaya, una presi¨®n muy trabajada, y se la dio al 10. Le peg¨® con la zurda y con el alma y al final, grit¨® gol. Que Uruguay es un equipo qued¨® patente en la celebraci¨®n: salt¨® el banquillo entero a festejarlo con su compa?ero, mostrando que ese nosotros del que siempre habla el maestro Tab¨¢rez es axioma en su selecci¨®n. Nieto e hijo de campeones de Am¨¦rica, la historia estaba escrita para El Cacha, que redonde¨® su actuaci¨®n marcando el tercer gol en el descuento. Uruguay ya tiene 15 t¨ªtulos; Am¨¦rica es otra vez celeste.
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