El Villarreal se complica la vida

Falto de ambici¨®n en un primer acto insustancial y de acierto en una segunda parte con m¨¢s presencia que esencia, el Villarreal, superior en casi todos los aspectos que confluyen en un terreno de juego, fue incapaz de manifestar en el marcador lo que escasamente produjo en el juego ante un rival c¨¢ndido y sin nada rese?able que sorprendi¨® al final al conjunto amarillo tras un error de Zapata al ceder en corto a Diego L¨®pez y que deja la eliminatoria en el aire.

Desde unas temporadas atr¨¢s hasta la fecha, con Manuel Pellegrini en el pasado y Juan Carlos Garrido en la actualidad, el Villarreal, con ciertos matices, escasos retoques y a pesar de la significativa ausencia de Cazorla, sigue siendo el mismo. Fiel a su estilo, placentero en sus formas, intenta gobernar los partidos en cualquier circunstancia, competici¨®n, escenario o rival. La fluidez y verticalidad en las acciones de ataque resulta fundamental en el ¨¦xito del Villarreal. Cuando esto no ocurre, el conjunto amarillo se pierde en un ejercicio intrascendente, incapaz de inventar nada provechoso, de convertir en nada productivo su ortodoxo despliegue, como en diversas fases del partido ante el Odense.

De inicio, nada sorprendi¨® en la puesta en escena de ambos cuadros. Sabedor de sus limitaciones ante un rival de m¨¢s empaque y calidad, el Odense, tal vez con demasiada edad en sus piernas, pero con m¨¢s rodaje, se encerr¨® en su parcela a la espera del Villarreal, cuyo centro del campo se mostr¨® en principio falto de tacto. Borja Valero y Cani, los encargados de hacer llegar el esf¨¦rico al ¨¢rea contraria, apenas se ofrec¨ªan, demasiado distanciados el uno del otro, mientras Bruno y Marchena se aplicaban m¨¢s en la contenci¨®n. Con escaso vuelo en la ¨¦lite, Oriol y Mario, los laterales que dos temporadas atr¨¢s despuntaban en el filial, apenas profundizaban por los costados. Todo resultaba muy previsible para el equipo de Garrido, incapaz de hacer notar su supuesta hegemon¨ªa.

El Odense, solamente superior en cent¨ªmetros y kilos, se encontr¨® c¨®modo con la situaci¨®n generada gracias a su planteamiento conservador y la escasa finura del Villarreal. El conjunto dan¨¦s pas¨® de contener al rival a interceptar su banal juego y hasta a asomar la cabeza por las cercan¨ªas de Diego L¨®pez. De manera sencilla y ruda, con balones colgados al ¨¢rea desde los laterales y en jugadas a bal¨®n parado, el Odense asust¨® al grupo castellonense, hist¨®ricamente fr¨¢gil en las acciones a¨¦reas, faceta mejorada en principio con la llegada del colombiano Zapata, un central de envergadura, r¨¢pido en el cruce y t¨¢cticamente organizado. Parad¨®jicamente, el Odense tambi¨¦n padec¨ªa en los saques de esquina en su contra. De tres dispuso el Villarreal en el primer acto y en todos ellos estuvo a punto de adelantarse en el marcador. Fue el resultado de la aparici¨®n de Nilmar y, sobre todo, de Rossi. Ante los escasos balones que le llegaban, el italo-estadounidense decidi¨® ir en busca de su est¨ªmulo. Y ah¨ª el Odense comenz¨® a asustarse ante un par de remates que casi se convirtieron en goles.

Entendi¨® el Villarreal que deb¨ªa dar un paso adelante, ser m¨¢s intenso, vertical y veloz en sus acciones ante el Odense, que fue perdiendo decibelios. Para lo bueno y lo malo, lo que sucediera en el terreno de juego depend¨ªa del equipo de Garrido. En 60 minutos de juego los porteros no hab¨ªan tenido la oportunidad de intervenir, si bien el Villarreal amagaba cada vez con m¨¢s frecuencia. Sin embargo, Diego L¨®pez fue el primero en intervenir tras un disparo lejano de Traor¨¦ que desv¨ªo en un gran escorzo. De inmediato, Nilmar, en un gran eslalon, se plant¨® ante Wessels y no pudo superarle. El Villarreal, ahora s¨ª, con m¨¢s ambici¨®n, se lanz¨® a por la victoria ante la simplicidad de un equipo t¨ªpicamente n¨®rdico. Se qued¨® en el casi y con el golpe final del Odense, que le complica la existencia.