Efectividad celeste

Ni le sobra f¨²tbol al Celta ni le faltan indecisiones en la zaga, pero al menos ha recuperado la pegada que la temporada pasada le llev¨® a liderar la categor¨ªa ante de sufrir un monumental desplome. Ayer tres fogonazos le bastaron para golear en terreno del Murcia, que sali¨® con la codicia que se le supone a un reci¨¦n ascendido, pero acab¨® desfondado y desanimado, superado por un equipo que supo gestionar su ventaja a base de amasar la pelota en la medular y prender la mecha de la dinamita que gasta, de los tres delanteros que aline¨® Paco Herrera, siempre dispuestos a la ayuda, pero sobre todo al desmarque y al remate. Jugar con ese tr¨ªo, en el que se alinearon Bermejo y David para desmentir cualquier debate sobre incompatibilidad, ofrece adem¨¢s otro valor: fija a la zaga y al menos a un mediocentro del rival.

El Celta gan¨® porque golpe¨® con acierto, pero tambi¨¦n porque tuvo la fortuna de hacerlo en el momento que m¨¢s le pod¨ªa favorecer. El penalti que transform¨® De Lucas en la ¨²ltima jugada de la primera parte lo ejemplifica. Pit¨® el final el ¨¢rbitro y el equipo de Herrera se vio en ventaja tras 45 minutos desiguales. Hab¨ªa hecho lo m¨¢s complicado: adelantarse sin mayores merecimientos con una conexi¨®n entre Bermejo y David en la que el delantero fichado del Xerez cay¨® unos metros atr¨¢s para sacar un medido pase a la espalda de la zaga. Pero el Murcia replic¨® de inmediato con un gol que retrata a un buen delantero, Kike. El penalti, una mano de Amaya quiz¨¢s involuntaria, pero cuando menos temeraria, rescat¨® al Celta justo cuando Herrera pod¨ªa poner orden en la caseta, organizar ayudas para que Pedro no fuera una pesadilla para Hugo Mallo o arengar a los centrales, nada proclives a la fiereza.

Puede que el Celta creciera tras el receso o que el Murcia fuera a menos. Seguramente lo que ocurri¨® se explica en ambas direcciones. Apret¨® de inicio el equipo local, Kike de nuevo inquiet¨® a Yoel, que crece poco a poco, y el lateral ?scar S¨¢nchez tambi¨¦n lo intent¨® sin ¨¦xito, pero el que marc¨® fue De Lucas, un golazo en un libre directo escorado con la pelota pr¨®xima a la l¨ªnea de fondo. La coloc¨® de manera precisa en el palo largo y el meta Alberto la vio pasar como una exhalaci¨®n. Ah¨ª se acab¨® de fundir el Murcia, que ya llegaba tarde a la presi¨®n y comenz¨® a ir detr¨¢s de la pelota, defecto que se acuci¨® con los movimientos de Herrera, que acab¨® con los tres delanteros sentados a su vera y con una prole de centrocampistas tocando en un rondo eterno, tan s¨®lo inquieto por la mala defensa en las acciones a bal¨®n parado, tambi¨¦n eterno defecto.