El Athletic ya huele a Bielsa

El Athletic tiene una tradici¨®n que pesa para lo bueno y para lo malo. A veces es un impulso su juego recio, voluptuoso, visceral, y a veces un lastre esa afici¨®n al culturismo y a la confianza de que tarde o temprano llegar¨¢ el premio perseguido. Ese juego al segundo toque cuando el f¨²tbol transita ya por el cuarto, el quinto o el d¨¦cimo si hace falta. En Bratislava, media hora de Bielsa, de bielsismo, de juego al toque, al pie, que no es necesariamente lento (a pesar de la altura de la hierba del Pasienky Stadium), vali¨® medio mundo.

Gan¨® el Athletic, con alg¨²n nudo en la garganta, porque el acierto ante el gol es un asunto individual que a estas alturas no se entrena. Pudo en esa media hora no ya sentenciar el partido, sino disfrutarlo, pero a Llorente le falta un cent¨ªmetro para ajustar sus disparos y el resto se ha acostumbrado tanto a no marcar que se desorienta en el ¨¢rea peque?a. Con un poco de pr¨¢ctica, ese juego coral, ese amor al bal¨®n (tan vilipendiado en otras ocasiones) hubiera liquidado de un plumazo a un Slovan muy b¨¢sico y con una afici¨®n desmedida a los tobillos rivales que solo un ¨¢rbitro permisivo como Alon Yefet, que al parecer no conoce el dolor, permiti¨® con indiferencia.

Bielsa ya tiene su l¨ªder. Indiscutiblemente es Muniain, ayer jugando por dentro, entre l¨ªneas, haciendo y moviendo la sopa. El peque?o gran futbolista dirigi¨® a un Athletic magistral que se permiti¨® el lujo de construir el primer gol con un pase soberbio de Llorente y una dejada de Muniain que Susaeta empuj¨® a la red.

Era otro Athletic, aunque Bielsa a¨²n no ha resuelto todas las dudas. Tiene un boquete en la izquierda que le cost¨® un sorprendente empate en el primer ataque de un Slovan picapedrero. Asignatura pendiente que por momentos le hizo dudar al Athletic de sus renovados principios. Lo arregl¨® Muniain, tras un sombrero y un toque sutil. Muniain, el l¨ªder, el jefe chiquit¨ªn, el perseguido por los defensas eslovacos, el que crea tanto peligro que a veces se lo crea a sus compa?eros. Y luego vuelta al control del bal¨®n, al desperdicio de ocasiones (Iturraspe, Llorente...) para sufrir innecesariamente y construir la primera victoria de Bielsa en un Athletic que ya tiene su estilo, su perfume.

Quiz¨¢s dud¨® m¨¢s de lo necesario ante un equipo que apenas ten¨ªa al marfile?o Bagayoko aprovechando el boquete defensivo del Athletic por su costado izquierdo. Un equipo b¨¢sico frente a un equipo renovado, que ha necesitado apenas un par de meses para redescubrir las virtudes del bal¨®n y entregarse al liderazgo de Muniain, ya el jefe.