El Levante prolonga su dicha

Lejos la resignaci¨®n y las limitaciones presupuestarias, Rayo y Levante interpretan cada partido como un alarde de convicci¨®n. Pero las apreturas del calendario sit¨²an a sus entrenadores ante el dilema de la escasez. Anoche en Vallecas, ambos med¨ªan su entrega y voluntarismo, sus respectivos estados de gracia y su forma de gestionar los recursos.

Juan Ignacio Mart¨ªnez reclut¨® para la cita a los mismos hombres ?salvo la baja obligada por lesi¨®n de Javi Venta? que tres d¨ªas antes hab¨ªan completado la gesta de ganar al Madrid. Sandoval en cambio, en v¨ªsperas de su visita al Bernab¨¦u el s¨¢bado, decidi¨® dosificar de inicio a alguno de los soldados m¨¢s acreditados de su tropa como Movilla y Tamudo. La ebullici¨®n y el oficio se impusieron a la prudencia.

El conjunto granota, lejos de entregarse a la autocomplacencia que sigue a la haza?a, se remang¨® desde el pitido inicial, contuvo la efervescente salida de los rayistas y martille¨® la porter¨ªa rival con una contundencia y efectividad inusitadas. Primero Valdo, tras aprovechar un centro p¨ªcaro de Kon¨¦; y despu¨¦s Ballesteros, que traslad¨® su corpach¨®n contundente al ¨¢rea vallecana, desnudaron la endeblez de los centrales del Rayo y descosieron el encuentro con dos cabezazos de manual.

A la vuelta de los vestuarios, Sandoval recompuso su pizarra y desmelen¨® a los suyos a pelando a la heroica. Movilla, Pacheco y Tamudo tocaron a rebato y el Rayo se entreg¨® a un empuje febril. El propio Tamudo alent¨® la remontada rescatando el despeje de M¨²nua tras errar un penalti, y el partido se convirti¨® en un batiburrillo de ansiedad, pundonor y descontrol. Ni siquiera la expulsi¨®n de Botelho detuvo al Rayo. Pero para entonces ya era tarde para enmendar el borr¨®n y las concesiones del primer tiempo.

Rayo 1 - Levante 2