El Madrid se enreda y golea
Tras media hora de zozobra, la entrada de ?zil dispara a los de Mourinho ante un Rayo Vallecano que tard¨® en darse por vencido
De un partido de momentos imprevisibles, de sombras y luces, sac¨® provecho el Madrid para sellar una goleada y sacudirse algunos fantasmas. No fue un Madrid imperial, como puede destilar el marcador, sino un equipo borroso al inicio, orgulloso despu¨¦s y desatado en el ¨²ltimo tramo. Los madridistas pasaron por todas las fases posibles, lo que no es una buena se?al cuando un conjunto de su graduaci¨®n se mide en su casa ante un adversario novel. Pero en estos d¨ªas, para el Madrid un simple resultado ya es bals¨¢mico. Sea ante el adversario que sea. Aunque para ello tenga que corregir la alineaci¨®n a la media hora. Lo hizo Mourinho al dar vuelo a ?zil por Lass, sin importarle dejar al equipo a la intemperie en la cocina. Es el modelo que m¨¢s le gusta al portugu¨¦s: la caballer¨ªa sin riendas. Ante el Rayo le sali¨® bien y solvent¨® un enredo considerable ante un contrario que mantuvo el tipo durante muchos minutos.
REAL MADRID, 6 - RAYO, 2
Real Madrid: Casillas; Ramos, Varane, Albiol, Marcelo; Alonso, Lass (?zil, m. 29); Di Mar¨ªa, Kak¨¢ (Khedira, m. 60), Cristiano; e Higua¨ªn (Benzema, m. 60). No utilizados: Ad¨¢n; Arbeloa, Granero y Callej¨®n.
Rayo: Dani Gim¨¦nez; Tito, Arribas, Jordi, Casado; Movilla, Javi Fuego, Michu (Trashorras, m. 69), Piti (Dani Pacheco, m. 67), Lass; y Tamudo (Delibasic, m. 55). No utilizados: Cobe?o; Garc¨ªa, M¨ªchel y Susaeta.
Goles: 0-1. M. 1. Michu. 1-1. M.39. Cristiano. 2-1. M.45. Higua¨ªn. 3-1. M. 51. Cristiano, de penalti. 3-2. M. 55. Michu. 4-2. M. 67. Varane, en acrob¨¢tico remate. 5-2. M. 73. Benzema. 6-2. M. 84. Cristiano, de penalti.
?rbitro. Paradas Romero. Expuls¨® a Di Mar¨ªa, por doble amarilla (m. 56) y amonest¨® a Arribas, Movilla, Lass y Dani Gim¨¦nez.
Unos 72.000 espectadores en el Santiago Bernab¨¦u.
En plena tempestad, el Madrid no tuvo sosiego. Doce segundos tard¨® el Rayo en hurgar en la herida. Lass, distra¨ªdo, perdi¨® la pelota de forma parvularia. Tamudo avanz¨®, solt¨® un zapatazo y el bal¨®n bot¨® a un palmo del flequillo de Casillas, que solo pudo despejar. Antes que nadie lleg¨® Michu al rechace. Un gol para medir el grado de ansiedad del Madrid tras una semana entre tinieblas, con el eco del gru?ido de la hinchada, contrariada por las ¨²ltimas turbulencias. Pero el equipo no reaccion¨® hasta que lo hizo su t¨¦cnico, cuando rectific¨® la alineaci¨®n a la media hora. ?zil, sospechosamente reserva en las ¨²ltimas jornadas, relev¨® a Lass, y el Madrid, con todo el pelot¨®n de delanteros salvo Benzema, ayer el suplente de turno, toc¨® la corneta con m¨¢s empe?o que f¨²tbol. El Rayo, intr¨¦pido y dicharachero hasta entonces, se sinti¨® atropellado, con demasiadas estrellas a su alrededor.
Lejos de aprovechar la deforestaci¨®n provocada por Mourinho en el medio campo, zona que nunca ha sido siquiera de paso en los esquemas del t¨¦cnico portugu¨¦s, el conjunto vallecano perdi¨® el hilo, m¨¢s aplicado en achicar que en mantenerse altivo. En plena efervescencia local, algunos de sus chicos contribuyeron a la causa blanca. El primero, Tito, al que se le resbal¨® la pelota en un saque de banda ofensivo. Meti¨® gas Kak¨¢, m¨¢s activo que en los ¨²ltimos tiempos, conect¨® con Cristiano y el remate del portugu¨¦s se filtr¨® entre las piernas del portero Dani. Dos concesiones en una misma jugada. Toda una condena cuando se producen ante futbolistas como CR y Kak¨¢. Sin respiro, a unos segundos del descanso, Alonso ejecut¨® una falta lateral, la defensa visitante tir¨® mal el fuera de juego y Ramos, al l¨ªmite reglamentario, super¨® a Dani en su mala salida a¨¦rea. Higua¨ªn sopl¨® el bal¨®n bajo el larguero.
Con dos patinazos rayistas, el Madrid logr¨® retorcer el resultado y sobreponerse a una primera media hora de espantos, lo que tard¨® en aparecer ?zil. De entrada, Mourinho volvi¨® a tocar las teclas. Esta vez, lo pagaron el alem¨¢n, Benzema y Arbeloa, al que destron¨® un suplente eterno, Albiol. Fue el Madrid destemplado de la ¨²ltima semana, espeso, con un punto de decaimiento, con las l¨ªneas muy separadas, sin auxilios. Un sue?o para el Rayo, que se sinti¨® en el para¨ªso, con gobierno en el medio, sin rasgu?os en retaguardia y con su Lass de agitador, un quebradero para Marcelo, al que nadie socorri¨®. El joven africano, ¨¢gil, veloz y descarado, simboliz¨® como nadie lo sucedido en los primeros 30 minutos.
En la otra acera, Di Mar¨ªa como s¨ªntoma. El argentino es ahora la imagen de este Madrid tan proclive a la crispaci¨®n. Di Mar¨ªa ejemplifica como ninguno al Madrid m¨¢s confuso, el que se precipita sin venir a cuento, ese equipo con momentos en los que es incapaz de jugar con equilibrio t¨¢ctico y mental. Di Mar¨ªa quiso hacer de todo y casi todo lo hizo mal. Si en Valencia, ante el Levante, fue el pir¨®mano que saco de quicio a su gente, ante el Rayo se gan¨® la expulsi¨®n de forma inocente cuando quedaban 35 minutos. Con una tarjeta bien ganada en el primer acto, dio un manotazo a la pelota en una jugada intrascendente en el medio campo. Por suerte para su equipo, el mejor Kak¨¢ en muchos meses hab¨ªa propiciado poco antes un penalti de Movilla que transform¨® Cristiano. Michu acort¨® distancias, pero con el formato de Mourinho al Madrid no le importa quedarse con 10 si ello agiganta al adversario y este le concede espacios. Con pista, el Madrid es casi ¨²nico, es su mejor registro. Est¨¢ gestado para el v¨¦rtigo, para el f¨²tbol a la carrera.
Hinchado el Rayo, Varane dej¨® su primera huella en Chamart¨ªn. Un tanto que no est¨¢ al alcance de cualquiera, lo que hace pensar que el franc¨¦s tiene un repertorio t¨¦cnico impropio de un central. Su remate de espuela en un c¨®rner, en pleno vuelo y desequilibrado por un defensa rival, fue magn¨ªfico, pict¨®rico y efectivo. Ah¨ª lleg¨® la rendici¨®n rayista. Y el sedante definitivo para el Madrid, que en d¨ªas de zozobra necesitaba como nunca despejar algunas dudas. Lo hizo con el marcador, engordado por Benzema y otra vez CR de penalti. El juego est¨¢ por llegar. Y el Madrid plet¨®rico de la Supercopa, tambi¨¦n.
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