Cuesti¨®n de momentos
Granada y Osasuna empatan (1-1) un partido que ambos pudieron ganar
En un partido en el que ambos equipos sufrieron la falta de aire en sus cuerpos, Osasuna y Granada terminaron por empatar sin saber muy bien porqu¨¦ ninguno hab¨ªa sido capaz de ganar. Los navarros, porque se pusieron por delante, y los andaluces porque les falt¨® tiempo.
Reconocibles ante el mismo reflejo, Osasuna sali¨® resguardado en un abrigo espeso hilvanado por Pu?al y Ra¨²l Garc¨ªa. El tejido deb¨ªa soportar los tirones de un Granada descarado, decidido a conseguir su segunda victoria como local, que pronto se llevar¨ªa el primer golpe. En un centro blandito de Lamah, encontr¨® petr¨®leo Ra¨²l Garc¨ªa que aprovech¨® el regalo de Diakhat¨¦, y s¨®lo tuvo que empujar el bal¨®n a la red. Ah¨ª fue cuando el Granada, sinti¨® ese golpe en el est¨®mago que te deja K.O. m¨¢s tiempo del que deseas.
GRANADA, 1-OSASUNA, 1
Granada: Roberto; Nyom, Diakhat¨¦, Mainz, Siquiera (M.35, Romero); Jara, Yebda, Mois¨¦s (M. 45 Fran Rico), Martins (M.40, Geijo); Ben¨ªtez y Uche. No utilizados: Abel, G¨®mez, I?igo L¨®pez y C¨¦sar.
Osasuna: A. Fern¨¢ndez; Bertr¨¢n, Fla?o, Rub¨¦n, Dami¨¢; Cejudo (M. 67, Calleja), Pu?al, Ra¨²l Garc¨ªa (M.78, Nekounam), Lamah (m. 80, Ibrahima); Nino y Kike Sola. No utilizados: Ricardo, Lolo, Raitala y Lekic.
Goles: 0-1 M. 28. Ra¨²l Garc¨ªa. 1-1 M. 63 Rico.
Teixeira Vitienes amonest¨® a Yebda, Mois¨¦s, Uche, Rico, Rub¨¦n y Kike Sola.
Estadio Los C¨¢rmenes, unos 14.000 espectadores.
Osasuna se sent¨ªa c¨®modo anclado en su campo, basando el control del partido en combinaciones cortas, dirigidas con criterio por Cejudo. Rara vez se adentra en terreno movedizo, siempre con la mirada alta y el gesto tranquilo. Todo lo contrario que Lamah, atra¨ªdo por el barullo, capaz de salir o perderse.
Enredado en una madeja de la que no encontraba salida, el Granada corr¨ªa el peligro de diluirse. La ausencia de Martins -lesionado tras un mal gesto- como v¨ªa prioritaria ralentizaba demasiado la salida del bal¨®n y lo que es peor, anulaba las subidas de sus laterales. Sin embargo, si algo tiene el conjunto andaluz es fe en todo lo que hace, y a veces ya sabe, termina por mover monta?as.
Cuando m¨¢s oscuro parec¨ªa ser el t¨²nel, Rico empalmaba a la red un bal¨®n precioso a media altura, que retumb¨® en las gradas del campo. Golpe en el costado al rival, que sinti¨® por primera vez que se le empezaban a soltar los nudos. A partir de ah¨ª, el tambaleo no llev¨® a ninguno a la lona, por falta de tiempo, y el marcador no volvi¨® a moverse.
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