La hora de Esteban
Tras tres temporadas como suplente, el meta, de 36 a?os, se hace con la titularidad en el Almer¨ªa, col¨ªder de Segunda
Ten¨ªa solo 13 a?os. Ante todos sus compa?eros, el t¨¦cnico de la selecci¨®n asturiana le puso frente a los dos jugadores m¨¢s altos y le espet¨®: "Y si hay un c¨®rner, ?qu¨¦ haces?". "Lo mismo que siempre, intentar cogerla", respondi¨® el guardameta Esteban Andr¨¦s (Oviedo; 1975). No le pareci¨® suficiente al entrenador, que delante de los dem¨¢s ni?os le descart¨® por su estatura. Han pasado 23 a?os y aquel desprecio es ya solo una desagradable an¨¦cdota en la larga trayectoria de un portero al que sus 177 cent¨ªmetros no le impidieron triunfar pocos a?os despu¨¦s en Primera, donde debut¨® hace casi tres lustros. Hoy, con 36 a?os, aquel ¨¢gil guardameta que deslumbr¨® con sus paradas en sus inicios en el Oviedo sigue a?adiendo en el Almer¨ªa p¨¢ginas a la historia de su carrera. Tras pasar tres campa?as a la sombra de Diego Alves, disfruta al fin de la titularidad. Hoy defender¨¢ el coliderato ante el Recreativo (18.00, Auton¨®micas).
"Yo me siento igual", explica Esteban; "es verdad que antes no me gustaba saber que no iba a jugar hiciese lo que hiciese. Pero la ¨²nica diferencia es que participo m¨¢s y la gente te valora un poco m¨¢s. Mi d¨ªa a d¨ªa es igual". El asturiano respira felicidad en Almer¨ªa. Y no tanto por su nuevo rol como por el entorno. A pesar de su suplencia, siempre se ha encontrado a gusto en el club andaluz. Tanto que, a pesar del descenso, de haber jugado solo 14 partidos ligueros en los tres ¨²ltimos cursos y de tener otras ofertas, no dud¨® a la hora de renovar su contrato por dos a?os este verano. "El club siempre me ha valorado mucho", explica, "me he sentido querido y mi familia se ha adaptado muy bien a la ciudad. En el f¨²tbol hay muchas m¨¢s cosas que los noventa minutos de un domingo".
En cualquier caso, con Alves traspasado al Valencia, Esteban ha encontrado al fin v¨ªa libre para afirmarse bajo los palos. Seg¨²n su entrenador, Lucas Alcaraz, en ning¨²n momento se plantearon la posibilidad de fichar a otro portero. "Su labor est¨¢ siendo muy buena", afirma; "tiene veteran¨ªa, rapidez y saber estar. Su trayectoria va m¨¢s all¨¢ de los ¨²ltimos a?os, ha sido titular en muchos equipos y ha tenido una gran regularidad. Tiene la ilusi¨®n del primer d¨ªa y un bagaje m¨¢s que amplio para saber responder en cada situaci¨®n". Esteban ha jugado los cinco partidos de Liga -ha encajado cuatro goles-, ayudando al equipo a encaramarse a un liderato que comparte con el Guadalajara. "Es el equipo el que gana, el que hace goles o no los encaja. Las actuaciones de un futbolista siempre van unidas a las del equipo, y para m¨ª la temporada del Almer¨ªa est¨¢ siendo magn¨ªfica", concede el guardameta.
M¨¢s all¨¢ de su presente, Esteban es un jugador con mucho callo, que a sus 36 a?os ni se plantea colgar los guantes -lleva nueve sin perderse un entrenamiento-. Desde que el actual seleccionador de Uruguay, ?scar Tab¨¢rez, le hiciera debutar con el Oviedo en 1997, lo ha visto casi todo en el f¨²tbol. Encaj¨® el ¨²ltimo gol de Romario en Espa?a, fue internacional absoluto -y se coron¨® en Europa como sub 21-, sufri¨® tres descensos, vivi¨® ¨¦pocas convulsas en el Atl¨¦tico y el Celta y ayud¨® a alumbrar al mejor Sevilla de los ¨²ltimos tiempos. La ¨²nica pega posible, la escasez de t¨ªtulos. "Tal vez podr¨ªa haber llegado m¨¢s lejos, pero tambi¨¦n haberme quedado", reflexiona; "hay muy poca diferencia entre lo que yo alcanc¨¦ y lo m¨¢ximo, el Madrid o el Bar?a. Quiz¨¢s me falt¨® un pelda?o, pero sub¨ª mucho en la escalera". Ahora encara un ¨²ltimo escal¨®n, que debe llevarle de vuelta a Primera. Una vez m¨¢s, ha llegado la hora de Esteban.
Un admirador en el banquillo
Entr¨® en las categor¨ªas inferiores del Oviedo con 10 a?os, hace una d¨¦cada, cuando Esteban todav¨ªa defend¨ªa el arco del primer equipo en la m¨¢xima categor¨ªa. Era su ¨ªdolo. "Para m¨ª representaba la m¨¢xima posici¨®n que se puede alcanzar en el f¨²tbol", cuenta Diego Garc¨ªa (Oviedo; 1990), el portero suplente del Almer¨ªa. A¨²n hoy guarda en su habitaci¨®n una foto firmada entonces por quien ahora es su compa?ero de equipo. "Era muy ¨¢gil", recuerda; "yo intentaba aprender de ¨¦l. Me costaba imitarle porque tenemos condiciones diferentes, pero me fijaba en detalles, c¨®mo atacaba el bal¨®n, c¨®mo le pegaba...". Su reencuentro se produjo a mediados del curso pasado, cuando Garc¨ªa, portero del filial, empez¨® a entrenarse con el primer equipo. Ahora es su segundo portero y puede aprender cada d¨ªa de quien le inspir¨® en sus inicios: "Le respeto mucho y tenerle casi de profesor significa mucho para m¨ª".
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