Ernesto, acostumbrado a lo ins¨®lito
El ex canterano del Real Madrid particip¨® en el 'Alcorconazo', estuvo en los hist¨®ricos ascensos a Segunda de Alcorc¨®n y Guadalajara y ahora lidera la categor¨ªa de plata con el equipo alcarre?o
Ernesto G¨®mez (Madrid, 1985) no tard¨® en tenerlo claro. "Desde peque?o, desde el d¨ªa que di el salto al Madrid con 12 a?os". Ya entonces sab¨ªa que lo suyo era dar patadas a un bal¨®n. Desde entonces han pasado 14 temporadas para que aquel ni?o futbolista se haya convertido, desde el extremo izquierdo, en una de las claves del sorprendente l¨ªder de Segunda Divisi¨®n, en un camino salpicado de algunos sinsabores y peque?os milagros, digeridos con filosof¨ªa.
El primer bandazo fue tener que dejar la cantera blanca sin haber alcanzado el primer equipo, el "sue?o" de todo jugador, reconoce, "pero no le guardo ning¨²n rencor, todo lo contrario, estoy muy agradecido por todos los 10 a?os que pas¨¦ all¨ª". Tras ello, un curso sin muchos minutos en Segunda, con el M¨¢laga, y dos fases de ascensos frustradas al segundo escalaf¨®n del f¨²tbol espa?ol con la Ponferradina. El pre¨¢mbulo de los imposibles que estaban por llegar.
Todo comenz¨® con el famoso Alcorconazo, el inconcebible 4-0 que el conjunto alfarero le endos¨® al Real Madrid y que dio la vuelta a medio mundo. Un hito al que, sin embargo, Ernesto -que marc¨® uno de los goles- est¨¢ lejos de agarrarse: "Fue un momento hist¨®rico, de los que siempre vas a recordar para contar pero... No hab¨ªa que darle la importancia que se le dio. A veces, hasta trat¨¢bamos de olvidarlo. A nivel de club, el objetivo importante era el ascenso".
Y all¨ª volvi¨® a aparecer la figura de Ernesto. El Alcorc¨®n perd¨ªa 0-2 ante el Ontinyent en el partido decisivo y, tras empatar, a¨²n necesitaba un ¨²ltimo gol, que lleg¨® en el descuento, tras un pase del extremo izquierdo. Despu¨¦s, la locura. Invasi¨®n de campo y 20 minutos de suspensi¨®n de partido en los que los alcorconeros tuvieron que cambiarse de camisetas, rotas o capturadas como bot¨ªn por los aficionados durante la prematura celebraci¨®n del primer ascenso a Segunda en la historia del club. ?Una capacidad especial para brillar en los momentos cr¨ªticos? "No creo. Es cierto que puse el centro, pero al final fue el defensa el que meti¨® el bal¨®n. Y yo eso no lo s¨¦ hacer a prop¨®sito", explica entre risas Ernesto.
Sin embargo, el fin de la temporada le guard¨® una mueca extra?a: su salida del equipo, despu¨¦s de haber sido uno de los hombres importantes. "Simplemente no contaron conmigo. Nos pas¨® a m¨ª y a otros tres o cuatro de los que ¨¦ramos m¨¢s o menos fijos. Los equipos tienen derecho a planificar la temporada como quieran, pero s¨ª es cierto que me extra?¨®", relata con una mezcla de amargura y comprensi¨®n. Vuelta a la Segunda B para luchar otra vez por subir, ya con el Guadalajara, y Ernesto, de nuevo, citado con la ¨¦pica. Tras haber dado la asistencia del primer gol de la remontada en el ¨²ltimo partido, le toc¨® en suerte encargarse de transformar el penalti decisivo, en el minuto 86. "Solo pens¨¦ en c¨®mo tirarlo. Si te pones a pensar en lo que subir significa para la afici¨®n, el equipo, la ciudad... Te vuelves loco. Adem¨¢s, lo tir¨¦ mal, porque el portero adivin¨® el lado", afirma, insistiendo en dar p¨¢tina de normalidad a su idilio con lo extraordinario.
Una costumbre que no abandona ahora, mientras disfruta sin pretensiones del liderato del Guadalajara: "Nos lo tomamos con tranquilidad. Si en enero seguimos por estos puestos ya comenzaremos a pensar en otras cosas, pero de momento....". Para ese primer puesto, el concurso de Ernesto (tres goles, cuando hab¨ªa marcado 10 en las cuatro temporadas anteriores) ha sido fundamental, como reconoce Anibal -el Pichichi de la categor¨ªa con cuatro dianas- uno de los m¨¢s beneficiados por sus pases, su aut¨¦ntica especialidad. "Ahora, en Segunda, ha encontrado una motivaci¨®n nueva que tal vez ya no ten¨ªa en Segunda B despu¨¦s de varios a?os en la categor¨ªa. Est¨¢ demostrando lo buen futbolista que es y que hasta se le puede quedar peque?a la Segunda Divisi¨®n". Un fulgurante inicio que Ernesto, que sue?a con jugar en Primera, se toma con naturalidad, pese a no encontrar explicaci¨®n a su inusual acierto de cara a porter¨ªa: "No s¨¦. Se me hace raro marcar tantos goles. Un penalti un d¨ªa y otro un par de golitos. Nunca me hab¨ªa desatado como goleador... pero bueno, est¨¢n ayudando a sumar puntos. De momento, este es mi reto profesional m¨¢s grande. Nunca hay que ponerse barreras, pero esto ya sabemos c¨®mo es. Si llegas a jugar en Primera piensas en jugar en Europa, y luego en la selecci¨®n, y el que llega a la selecci¨®n en jugar un Mundial o una Eurocopa. Esto va as¨ª".
Entre goles y asistencias, ascensos y milagros, Ernesto -que visitar¨¢ hoy Riazor (16.00, Marca TV) encuentra tiempo para estudiar una carrera, Psicolog¨ªa, que tal vez facilite comprender la manera en la que interioriza todo lo vivido. "La verdad, no es tan dif¨ªcil compaginarlo con el f¨²tbol".
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