A la salud de Messi

Hay partidos aparentemente desiguales que se miden m¨¢s por los detalles que por el marcador, que se da por descontado, ya sea para bien o para mal. Ayer hubo uno en el Eden Stadium de Praga, y a efectos de inventario fue especialmente productivo para el Bar?a, superior en el juego y en el resultado, cumplidor con cuantos registros se hab¨ªa propuesto superar nada m¨¢s salir del Camp Nou, imparable con el viento a favor. Uno a uno, de forma natural, sus retos se fueron cumpliendo sin discusi¨®n y con el excelso Messi como hilo conductor de la historia del Barcelona.

Vald¨¦s bati¨® el r¨¦cord de imbatibilidad de Miguelito Reina; Messi no solo alcanz¨® sino que super¨® la barrera de los 200 goles (202) y ahora se propone destronar a C¨¦sar (235); Guardiola celebr¨® su partido 200 en el banquillo con una victoria, la 144, y 500 goles; y el Barcelona se clasific¨® para los octavos de final de la Liga de Campeones. A la espera de rendir visita a Mil¨¢n para decidir el liderato, m¨¢s accesible que nunca despu¨¦s del empate rossonero en Minsk, el trabajo colectivo e individual azulgrana fue irreprochable. Poco tuvo que decir el Viktoria.

Se gan¨® Vald¨¦s el premio despu¨¦s de rechazar un tiro de Petrzela, que se hab¨ªa ido como una bala a por la porter¨ªa, vencido solo por el mano a mano y aguante del guardameta del Bar?a. Messi se fabric¨® el gol 200 despu¨¦s de que Cisovsky le derribara en una acci¨®n decisiva para la suerte del partido: penalti y expulsi¨®n del zaguero checo, descontento con la tarjeta roja. La Pulga cambi¨® la direcci¨®n del tiro: apunt¨® suave y a la derecha del portero, abatido antes de tiempo. No quiso el argentino que se dudara de la jugada y de su marca y, por si acaso, meti¨® despu¨¦s dos m¨¢s (202 en 286 partidos y el 104 en los ¨²ltimos 100 encuentros), punto final ambos a la excelsa posesi¨®n del equipo en superioridad num¨¦rica. Y Guardiola dej¨® su huella con una alineaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil de acertar que un pleno al 15.

Las formaciones del t¨¦cnico dan mucho juego. La de ayer era una fotograf¨ªa de la historia azulgrana de los ¨²ltimos a?os. Ausentes Iniesta, Xavi, Mascherano y descartado Villa, se juntaron Alves, Puyol, Piqu¨¦ y Abidal, una l¨ªnea defensiva muy cl¨¢sica y sin embargo in¨¦dita en el ¨²ltimo medio a?o. Y Piqu¨¦ se reencontr¨® al mismo tiempo con Cesc y Messi, cosa que no ocurr¨ªa desde que jugaban en el cadete de ?lex Garc¨ªa. Nada mejor para combatir las im¨¢genes de nostalgia que el retrato del joven Cuenca, la ¨²ltima revelaci¨®n de la Masia, tan feliz como Thiago, un centrocampista total que mezcla igual con los veteranos que con los j¨®venes, lo mismo recupera que remata.

Quiz¨¢ por tanta novedad, al Bar?a le llev¨® un rato dominar la contienda e incluso estuvo expuesto a la vitalidad del Viktoria, excelente en la presi¨®n a la zaga azulgrana, r¨¢pido y selectivo en las transiciones y fogoso en el cierre de su ¨¢rea. A los barcelonistas les costaba salir con la pelota jugada y los checos atravesaban de vez en cuando la divisoria de forma acelerada y peligrosa, excelentes a la hora de atacar el espacio.

Aunque antes el ¨¢rbitro no pit¨® un penalti a Cesc, el encuentro se rompi¨® en una jugada cuando Cisovsky derrib¨® a Messi y dej¨® con 10 al Viktoria. La Pulga transform¨® la pena m¨¢xima y los azulgrana pararon definitivamente su rondo en cancha checa. El segundo gol fue un regalo para el partido por el seguido de pases y combinaciones azulgrana. El Viktoria, sin embargo, se lo tom¨® a mal. Desquiciados y diezmados, los checos afilaron las botas, incapaces de combatir el f¨²tbol del Bar?a y de Messi, asociado a Cesc, a Thiago, a Busquets. A veces parece imposible llegar a la porter¨ªa sin pasar por Messi, sin obtener su bendici¨®n, aunque no tenga nada que ver con la jugada. Hay que saludar a La Pulga. A todos les parece de lo m¨¢s normal y brindan a la salud del argentino, amo y se?or del cotarro cuando golea. Juega y hace jugar el mejor jugador del mundo. Tambi¨¦n en jornadas de entretiempo como la de ayer, partidos para actualizar las marcas y dar fe de vida del Barcelona.

A Guardiola le dio tiempo hasta de refrescar al equipo con vistas a Bilbao con delanteros como Alexis mientras Vald¨¦s segu¨ªa imbatido y Messi ped¨ªa al ¨¢rbitro que alargara el partido, en el descanso y al final, siempre inconformista. Y fue as¨ª como meti¨® el 0-2 primero y, previo taconazo de Piqu¨¦, el 0-4 final, el tercero de una cuenta particular que contempla 13 tripletes. No fall¨® ninguno de los futbolistas que hab¨ªan sido llamados a ser protagonistas. Ni siquiera Cesc, que necesita del gol y marc¨® el tercero, servido por un centro del ofensivo Cuenca. Pocas veces le hab¨ªan ido tan bien las cosas al Bar?a en la embriagadora Praga. Igual a Messi le acaba gustando la cerveza. A su salud.