El Madrid tropieza con Farmar

Un martillo pil¨®n. Una descarga el¨¦ctrica imposible de cortocircuitar. Jordan Farmar arruin¨® las expectativas de un combativo Madrid de romper su gafe en Tel Aviv. Los de Laso, casi siempre a remolque, se sostuvieron en el partido hasta el final pero sucumbieron ante la brillante actuaci¨®n del base estadounidense.

Ansiosos por comprobar el tacto del bal¨®n, los NBA de cada equipo se retaron desde el primer minuto. Farmar por el Maccabi y Rudy por el Madrid desataron las hostilidades. Las briosas penetraciones del base, excompa?ero de Pau Gasol en los Lakers rivalizaban, sin tiempo para el respiro, con la artiller¨ªa del escolta blanco desde el per¨ªmetro. Lo de Farmar fue el anticipo de una noche iluminada, lo de Rudy, un arrebato de clase que qued¨® diluido por la falta de tino en los momentos cruciales.

El jugador de los Nets, que -como Rudy e Ibaka en los blancos- participa en la Euroliga gracias al par¨®n de la NBA a consecuencia del lockout, fue un martillo para el conjunto madridista, que acab¨® entregando la victoria ante su incontenible e incontestable actuaci¨®n: 27 puntos, cuatro rebotes y cinco asistencias para un 35 de valoraci¨®n.

El duelo arranc¨® desatado, con un ritmo muy del gusto de los hombres de Laso. El Madrid llegaba a Tel Aviv invicto y con la escarapela de mejor ataque de la competici¨®n con 92,5 puntos por partido -cerca de 20 puntos m¨¢s que el conjunto israel¨ª-. Pero su esp¨ªritu firme fue incapaz de superar la intensa rotaci¨®n del cuadro de Blatt en una pista inabordable para los blancos en los ¨²ltimos 15 a?os.

Ibaka, con una semana de rodaje, se sum¨® a la causa a los pocos minutos. M¨²sculo, intimidaci¨®n y resortes que elevaron el list¨®n acreditando el lujoso cartel de la noche. La batalla se traslad¨® a la zona con un tr¨¢nsito febril. Begic intentaba contener la fuerza desbordante de Schortsanitis mientras Ibaka y Hendrix se las ten¨ªan tiesas en un intercambio de canastas. La bocina que decretaba el final del primer cuarto son¨® como el gong que da por concluido un asalto box¨ªstico. El primer intercambio de golpes termin¨® en un el¨¦ctrico empate a 21. Pero con el paso de los minutos, el Maccabi fue imponiendo su poder¨ªo, el cuajo para tramitar con constancia y concentraci¨®n los duelos endiablados y doblegar al rival por galones. Esa faceta en la que el Madrid a¨²n no est¨¢ licenciado a pesar de que con Laso el equipo no dimite ante la adversidad.

Ni la metralleta de Carroll (18 puntos), en un apasionante mano a mano con Devin Smith, ni el dominio en el rebote gracias al trabajo de Begic e Ibaka. Nada pudo con Farmar.