Muere Joe Frazier, el boxeador que tumb¨® al m¨¢s grande
El p¨²gil estadounidense acab¨® con la imbatibilidad de Muhammad Al¨ª.- Ha fallecido por un c¨¢ncer de h¨ªgado a la edad de 67 a?os
Las muchas sombras del boxeo, su dureza intolerable, sus trampas, no han podido evitar que muchos de sus protagonistas hayan pasado a la historia del deporte y de la vida. El pugilismo, te¨®rica lucha noble, vive de la est¨¦tica morbosa y atractiva que busca la demolici¨®n del rival a trav¨¦s de una esgrima con brazos y pu?os. Mientras languidece en muchos pa¨ªses, a¨²n tiene caldo de cultivo sobrado en otros que llevan en sus ra¨ªces un poso de violencia y cuyos habitantes siguen dispuestos a jugarse sus neuronas para salir de la pobreza.
Muhammad Al¨ª, antiguo Cassius Clay, siempre ha estado en cabeza de las listas de los atletas m¨¢s grandes. Su categor¨ªa como boxeador inigualable, con un estilo y movilidad propios de un peso ligero cuando era un pesado, se ha adornado a¨²n m¨¢s con su vida heterodoxa: su verborrea, su negativa a ir a la guerra de Vietnam, su conversi¨®n al islamismo. Pero si Al¨ª fue muy grande en la dorada d¨¦cada del boxeo en los setenta, en gran parte lo fue por sus enfrentamientos con otro grande, pero discreto, que dif¨ªcilmente hubiera alcanzado su fama: Joe Frazier, que muri¨® ayer en Filadelfia a los 67 a?os, v¨ªctima de un c¨¢ncer de h¨ªgado. Al¨ª, dos a?os mayor que ¨¦l, arrastra desde hace d¨¦cadas la enfermedad de Parkinson.
Frazier, un p¨²gil que embest¨ªa, de estilo completamente distinto, y mucho m¨¢s bajo, con 1,82 metros frente a los 1,91 de Al¨ª, fue de los pocos capaces de ganarle. Lo hizo en el primero de sus tres legendarios combates. De hecho, Al¨ª estaba invicto hasta ese 8 de marzo de 1971, fecha en la que se enfrentaron en la que se considera una de las mejores peleas del boxeo. Frazier, que lleg¨® a derribar una vez a Al¨ª en ese combate, perdi¨® los dos siguientes, en los que dej¨® la impronta de su bravura. En el siguiente, celebrado en 1974, en el Madison Square Garden de Nueva York, solo fue derrotado por puntos cuando todos le daban por acabado tras perder el t¨ªtulo mundial en 1973 ante George Foreman, que le propin¨® una enorme paliza, con seis derribos.
A¨²n resistir¨ªa ante Al¨ª en 1975 en Manila: una aut¨¦ntica batalla entre la humedad y los golpes que acab¨® cuando su esquina tir¨® la toalla en el pen¨²ltimo asalto. El tremendo combate hizo exclamar a Ali: "Nunca he estado tan cerca de morir". Al¨ª agrand¨® su mito, como ocurriera en otra pelea legendaria, la que hab¨ªa librado ante Foreman en Kinshasa (Congo) en 1974. Pero para Frazier fue el final. Fue la cuarta y ¨²ltima derrota en las 37 peleas (27 ganadas por KO) que disput¨®, frente a las 61 (37 KO) de Ali y 81 (68 KO) de Foreman. Todo un s¨ªntoma de que no pod¨ªa encajar m¨¢s tras lograr todos los t¨ªtulos, desde el oro ol¨ªmpico aficionado en Tokio 64 al t¨ªtulo mundial profesional por primera vez en 1968, tras perder Al¨ª la corona por desertar.
A Frazier no se le pod¨ªa catalogar exactamente de juguete roto, como a tantos boxeadores aplastados por los golpes y la marginaci¨®n, pero por poco. Su estilo agresivo, siempre hacia adelante, le oblig¨® a encajar muchos m¨¢s golpes que un estilista. Las neuronas perdidas le dejaron las t¨ªpicas secuelas, como la lentitud al hablar.
De car¨¢cter discreto, a pesar de la fama y el dinero vivi¨® en una finca con una casa modesta antes de trasladarse a un apartamento m¨ªnimo en Filadelfia, encima del gimnasio donde entrenaba a boxeadores sin demasiado futuro. Le apodaban Smokin, aunque a ¨¦l le gustaba el apelativo de "boxeador de Filadelfia", pese a haber nacido en Beaufort (Carolina del Sur). No era una estrella y se ha apagado sin fulgores, en un centro para enfermos terminales.
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