Los viajes de Batista
El p¨ªvot, descartado en su d¨ªa por la cantera del Madrid, se mide a los blancos con el Efes, su duod¨¦cimo equipo en 11 temporadas
"Mi carrera fue un poco rara", resume con naturalidad Esteban Batista sin ¨¢nimo de cerrar el balance. "Cuando tenga 35 a?os ya har¨¦ repaso, ahora soy joven". El p¨ªvot uruguayo (Montevideo; 1983) regresa hoy a Madrid enrolado en las filas del Efes Anadolu turco para medirse al conjunto de Pablo Laso en la quinta jornada de la Euroliga (20.45, Teledeporte) tras un periplo novelesco bajo los aros. "Con 17 a?os apenas sab¨ªa botar un bal¨®n y mucho menos hacer un reverso", cuenta. Con esa edad, Batista era un jovenzuelo de corpach¨®n imponente que hab¨ªa agotado su cr¨¦dito como "delantero centro tanque" y apuraba sus opciones de dedicarse al f¨²tbol probando suerte como guardameta. Pero el intento no funcion¨® y los rectores de las categor¨ªas inferiores del Nacional le recomendaron que se dedicara a otra cosa. As¨ª lo hizo. Escogi¨® el baloncesto.
Mientras mascaba su decepci¨®n en una tartana de autob¨²s camino de su pueblo, Playa Pascual (a 60 kil¨®metros de Montevideo), un hincha del Club Atl¨¦tico Welcome, impresionado por su contundente chasis, le inst¨® con pasi¨®n a que probara suerte en el baloncesto. Result¨®. "El tren solo pasa una vez en la vida y lo m¨ªo fue un autob¨²s". El Welcome le dio la bienvenida al mundo del parquet y los aros, y ah¨ª arranc¨® una carrera tan inconstante como enigm¨¢tica.
Pronto cogi¨® el tranquillo al mundo de la canasta y encontr¨® acomodo a sus 208 cent¨ªmetros en la pintura. Con apenas dos a?os de rodaje, sali¨® de su pa¨ªs para probar suerte en el baloncesto europeo. Primero lleg¨® al Joventut para medir su talento en un campus de verano. Y, al a?o siguiente, en 2003, le lleg¨® su gran oportunidad, cuando lo fich¨® el Real Madrid, su equipo de f¨²tbol de toda la vida. El conjunto blanco crey¨® haber descubierto un diamante en bruto, pero su pasaporte extracomunitario y su falta de recorrido aconsejaban completar su formaci¨®n fogue¨¢ndole en categor¨ªas inferiores. El Madrid lo cedi¨® al Pozuelo de LEB 2, donde logr¨® promedios de 8.9 puntos y 7,4 rebotes en 23 partidos. En cada entrenamiento con el primer equipo blanco peleaba como un tit¨¢n por ganarse la alternativa. Su descaro no encontraba l¨ªmites. Igual se bat¨ªa en duelo con Hern¨¢ndez Sonseca, al que fractur¨® involuntariamente el c¨²bito, que se fajaba con el let¨®n Kaspars Kambala, que ya por aquel entonces apuntaba sus dotes como boxeador. Pero la impaciencia trunc¨® su aventura madrile?a. El club no encontraba soluciones administrativas para su pasaporte y el jugador no ve¨ªa el momento debutar en la ACB.
En el a?o 2004, volvi¨® a Uruguay para coger carrerilla. En el Trouville de Montevideo, despunt¨® con 20 puntos y 15 rebotes de media por encuentro. Un a?o despu¨¦s, ya como internacional uruguayo, regres¨® a Espa?a para jugar en la LEB Oro en el Aguas de Calpe, pero su parada fue a¨²n m¨¢s fugaz que la anterior. Solo disput¨® ocho partidos, promediando 10.6 puntos y 5,5 rebotes. Su lustrosa participaci¨®n aquel a?o en el Torneo de Las Am¨¦ricas, donde se coron¨® como uno de los mejores p¨ªvots del campeonato firmando dobles figuras (18 puntos y 15,6 rebotes), le abri¨® las puertas de la NBA.
"Despu¨¦s de un partido contra los Heat, Shaquille (O'Neal) me mand¨® sus zapatillas autografiadas como desagravio tras meterme un codazo que casi me deja KO", rememora reduciendo a un amplio anecdotario su periplo en la liga estadounidense. "De Iverson tambi¨¦n me acuerdo. Los 53 puntos que nos meti¨® ¨¦l solito en un partido no se me olvidar¨¢n nunca", rebobina. Apenas 70 partidos en dos temporadas con los Atlanta Hawks le valieron para ganarse el firme inter¨¦s de los Boston Celtics. Pero Batista se decidi¨® por aceptar el dinero, los minutos y el protagonismo que le ofrec¨ªa el Maccabi. En Tel Aviv alcanz¨® el subcampeonato de Europa en la Final Four de Madrid de 2008 tras caer ante el CSKA de Messina. Sin embargo, tampoco encontr¨® la estabilidad. "Las cosas se dieron de una forma extra?a en la segunda campa?a all¨ª. Cortaron a nueve jugadores y nunca se supo por qu¨¦", cuenta.
Su maleta errante le llev¨® al Lyubertsy ruso. "No lo recomendar¨ªa. Cuando llegu¨¦ era invierno y estaban a menos 40 grados. Siempre fui un poco n¨®mada, pero esta vez no pude soportarlo. Desist¨ª". Recuper¨® su h¨¢bitat natural en el Libertad de Sunchales argentino y, a la tercera, hizo carrera en la ACB, convirti¨¦ndose en otra perla de los fichajes buenos, bonitos y baratos del Fuenlabrada. Su meritoria hoja de servicios en el conjunto madrile?o le vali¨® un contrato con el Caja Laboral, donde estaba destinado a consolidar su carrera en Espa?a. Pero, de nuevo sin una clara explicaci¨®n, su br¨ªo languideci¨® bajo el l¨¢tigo de Ivanovic y en Turqu¨ªa encontr¨® su en¨¦sima escapatoria. Su en¨¦sima aventura. Su duod¨¦cimo equipo en apenas 11 a?os de baloncesto.
Hoy regresa a Madrid en las filas del Efes, que ha sorprendido en este arranque de Euroliga asaltando las canchas de Belgrado y Mil¨¢n, al tiempo que perd¨ªa sus dos partidos como local, ante el Charleroi y el Maccabi. En el conjunto turco, varios exjugadores de la Liga espa?ola como Vlado Ilievski, Ersan Ilyasova, Dusko Savanovic, Stanko Barac, Kerem Tun?eri o el propio Batista.
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