Ibaka vuela en Zaragoza

Como si de hacer honor al carpe diem se tratara, Serge Ibaka despleg¨® ante el CAI Zaragoza el muestrario completo de sus habilidades, en un reguero de brincos que desafiaban la gravedad para taponar a los jugadores del Zaragoza y para machacar su aro. Tal vez acuciado por el fin del cierre patronal de la NBA, para el que hay un principio de acuerdo, el p¨ªvot de origen congole?o pareci¨® decidido a hacer que el conjunto blanco de por bien empleados los dos meses que le firm¨® al jugador, cuya fogosidad derriti¨® al Zaragoza (67-84), donde dej¨® una envidiable tarjeta de presentaci¨®n (15 puntos, 9 rebotes, 4 mates y 6 tapones).

El Madrid arranc¨® como si de un Gran Premio de f¨®rmula 1 se tratara, con el acelerador pisado a fondo. Pocius hizo de estilete ante la baja de Rudy y en seguida entreg¨® el mando a los blancos, que comenzaron con un parcial de 2-10. El Zaragoza, abrumado, solo encontraba respuestas en un muy acertado Wright. Pero tras ¨¦l se extend¨ªa el desierto. Ni siquiera Hettsheimeir, el segundo jugador m¨¢s valorado de la Liga Endesa, hac¨ªa acto de presencia, achicado entre los cent¨ªmetros de Begic y el m¨²sculo de Ibaka.

El jugador de los Thunder se adue?¨® de la zona en cuanto sali¨® del banquillo. Empez¨® a sumar tapones y cambiar las trayectorias de los tiros zaragozanos. Tanto pavor infundi¨® su figura que en ocasiones ni siquiera le hac¨ªa falta saltar. Su mera presencia o cercan¨ªa bastaba para encoger mu?ecas y provocar errores. Por si fuera poco, el p¨ªvot tampoco requiere que los sistemas del equipo est¨¦n dise?ados para ¨¦l o que el bal¨®n pase por sus manos durante mucho tiempo. Su condiciones atl¨¦ticas casi infinitas le permiten taponar bajo su canasta, correr el contraataque y terminar la jugada hacia abajo en el campo rival.

Con el aro blanco sellado, la habitual facilidad del conjunto de Laso para sumar puntos despeg¨® al Madrid en el marcador, m¨¢s all¨¢ de los 15 puntos de diferencia. En la reanudaci¨®n, Aguilar trat¨® de insuflar esperanzas en el conjunto ma?o, acudiendo a uno de sus recursos m¨¢s socorridos, el lanzamiento exterior. Pero Mirotic se mostraba presto a no dejar crecer las ilusiones e Ibaka regresaba al parqu¨¦ para volver a echar el cerrojo y seguir sumando en ambos tableros. Tambi¨¦n se signific¨® Carroll, cuyo ca?¨®n anotador no descansa ni cuando el partido transita pl¨¢cido, en un duelo anotador con Wright. Pero todo lo importante ya hab¨ªa ocurrido antes y la mayor¨ªa lo hab¨ªa protagonizado Ibaka. Una exhibici¨®n que, pese a sufrirla en sus propias carnes, el Pabell¨®n Pr¨ªncipe Felipe quiso reconocer, ovacion¨¢ndole en su ¨²ltima caminata hasta el banquillo.

Liga Endesa: CAI Zaragoza 67-84 Real Madrid

El partidazo de Ibaka