Antes el trabajo que el ideario
El t¨¦cnico Pepe Mel, instado por la directiva del Betis y sus amenazas de despido, acepta ejercitar un nuevo sistema de juego
Semana de zozobra en el Betis. La derrota de los verdiblancos del pasado domingo ante la Real Sociedad (2-3, con el gol definitivo en el ¨²ltimo suspiro y desde el centro del campo) puso en la picota al t¨¦cnico Pep Mel; su equipo suma una racha horrible de nueve partidos sin conocer el triunfo, con ocho derrotas y un empate. Efervescente al inicio del curso, cuando gan¨® los cuatro primeros partidos, el Betis ha perdido el toque y el remate para quedarse con un solo punto de m¨¢s que los puestos de descenso. Ante esta situaci¨®n, los dirigentes del Betis se reunieron con Mel el pasado lunes. El hombre fuerte de la entidad y administrador judicial, Jos¨¦ Antonio Bosch, cometi¨® un error en unas declaraciones al confirmar al t¨¦cnico en el banquillo ante Osasuna gracias a que variar¨ªa su hoja de ruta. "Tengo confianza absoluta en que Mel cambiar¨¢ la forma de jugar", desliz¨®. De momento, parece que as¨ª ser¨¢.
"No s¨¦ de f¨²tbol y mis palabras se malinterpretaron. El que habl¨® de un cambio en la forma de jugar fue el mismo entrenador. Es lo que me dijo", aclara ahora el administrador judicial de las acciones que pertenecen al expresidente Manuel Ruiz de Lopera y que son mayor¨ªa en el accionariado b¨¦tico. Bien por convicci¨®n propia o por los consejos de los que mandan en el Betis -el director deportivo, Vlada Stosic, lleg¨® a decir que Mel ten¨ªa que trabajar m¨¢s el aspecto t¨¢ctico-, lo cierto es que hoy, despu¨¦s del d¨ªa de descanso, el t¨¦cnico trabaj¨® con los suyos a pie de campo con una novedad de lo m¨¢s llamativa; un cambio de sistema. Acostumbrado a desplegarse el equipo con un 4-3-3 -esquema con el que ascendi¨® a Primera-, con presi¨®n en campo contrario, una defensa adelantada y la posesi¨®n de bal¨®n como se?as de identidad, Mel ejercit¨® el 4-4-2, con las l¨ªneas m¨¢s juntas y la l¨ªnea de presi¨®n m¨¢s retrasada.
Desde las paredes del Benito Villamar¨ªn, se sisea que el aviso fue rotundo: "O esto cambia o habr¨¢ destituci¨®n". Pero no se cuenta que el fondo del problema es el dinero, toda vez que Mel tiene firmados tres a?os con el club y el despido rondar¨ªa los dos millones de euros. Una cifra imposible para la entidad, sumida en la Ley Concursal. Pero si el equipo se encuentra en zona de descenso durante una serie de jornadas puede ser destituido con una indemnizaci¨®n pactada a la baja. "Seguimos confiando en Mel, es nuestro entrenador y estamos a muerte con ¨¦l", afirm¨® Casto, el portero titular. La afici¨®n, por ahora, tampoco se ha expresado en su contra. Pero el estilo no convence a la directiva y el t¨¦cnico, que prefiere el trabajo al ideario, acepta.
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