Xavi se pone el frac

Aseguran que Xavi ha encargado un traje en la tienda Serra Claret de Manresa para la gala del lunes en que se entregar¨¢ el Bal¨®n de Oro. No es que crea que va a salir ganador de una votaci¨®n que seguramente premiar¨¢ de nuevo a Messi, sino que simplemente quiere sentirse en la sala igual que en la cancha y, por tanto, se vestir¨¢ como merece el director de orquesta del Bar?a. Xavi juega con frac, no por guapo y elegante, sino por marcar el estilo de su equipo con independencia de que juegue o no Messi. El f¨²tbol azulgrana se despliega a partir de m¨²ltiples tri¨¢ngulos, siempre a la b¨²squeda del tercer hombre, del jugador que crea la superioridad. El punto de apoyo es siempre Xavi.

Igual le da c¨®mo le miren los jueces, Xavi se gusta y se siente importante. Alrededor del volante, Messi, Cesc, Iniesta, Thiago, extremos y volantes, han completado partidos estupendos y marcado buenos goles. Ayer le toc¨® a Cesc, que termin¨® muy bien las combinaciones Xavi-Alves, y despu¨¦s a Messi. El tri¨¢ngulo de anoche fue Xavi-Alves-Cesc hasta que apareci¨® La Pulga, cuya gripe fue tan misteriosa como el cambio del c¨¦sped. El dolor de barriga le va y viene al argentino en cuesti¨®n de horas y a la hierba le alcanz¨® con las Navidades para arraigar. Jug¨® bien el Bar?a, con y sin Messi, en una noche fr¨ªa e intensa, la mejor receta para digerir los turrones, desperezar y coger el tono.

Al Barcelona le llev¨® dos minutos y medio pasar del medio campo, incapaz de superar la presi¨®n de Osasuna, un equipo vitalista y entusiasta, en racha desde noviembre, despu¨¦s de tomar 15 goles en sus visitas al Camp Nou y Bernab¨¦u. Las alineaciones son coyunturales para Mendilibar. Incluso en partidos como el de anoche en que le faltaban seis notables y su l¨ªder Ra¨²l Garc¨ªa. La mayor¨ªa de sus equipos se distinguen por su esp¨ªritu combativo, su valent¨ªa y tensi¨®n competitiva, nunca dan un paso atr¨¢s si no es por obligaci¨®n. Ayer, pr¨¢cticamente durante un cuarto de hora, convirtieron a Pinto en el protagonista del Bar?a. Tuvieron 14 minutos de gloria en el Camp Nou.

Apretaba Osasuna y el Bar?a no encontraba la l¨ªnea de pase, ni con Piqu¨¦ ni con Busquets. Imposible superar la l¨ªnea de presi¨®n navarra y, por tanto, se suced¨ªan las cesiones a Pinto, que no es Vald¨¦s. M¨¢s que angustia se contaron momentos de preocupaci¨®n en la hinchada por temor a un mal pase, a una pifia, a un gol sorpresa de Osasuna. Hasta que apareci¨® Thiago con un excelente cambio de orientaci¨®n hacia la banda derecha, abierta por Alves; el brasile?o toc¨® para Xavi y el interior par¨® y aguard¨® el instante preciso para asistir al espacio a Cesc; el volante, bien perfilado e infalible en el tiro, no perdon¨® nada m¨¢s pisar el ¨¢rea.

El f¨²tbol de Osasuna se expone a goles como los del Barcelona: resulta tan dif¨ªcil vencer el achique de espacios en el ¨¢rea propia como f¨¢cil contar ocasiones en la contraria a la que se supera la divisoria. La efectividad azulgrana fue estremecedora: transform¨® las dos oportunidades que tuvo en 20 minutos. El 2-0 fue especialmente celebrado por bello. Perseverante en la recuperaci¨®n, el Bar?a conect¨® con Xavi y el interior volvi¨® a habilitar a Cesc. El portero inici¨® la salida en cuanto vio ceder a Sergio, gesto que no pas¨® inadvertido para un volante que marca muchos goles: Cesc levant¨® la pelota sobre Asier con un toque tan pausado como certero, mitad cuchara, mitad globo, definitivo.

Los detalles t¨¦cnicos fueron tan interesantes como la intensidad y velocidad del juego del Bar?a, nuevamente ordenado a partir del 3-4-3, con Alves de extremo derecho y Cesc por detr¨¢s de Pedro o de Cuenca, que se intercambiaron como falsos 9. A la que el Bar?a se calm¨® y encontr¨® el punto de pausa necesario a su juego, una vez dio con su sitio en la cancha, atac¨® sin desmayo a Osasuna. Los navarros aguantaron entonces a pie firme, serios, dispuestos a dar sentido a la vuelta en la irreductible Pamplona. Aunque ahora sab¨ªa c¨®mo darle salida al bal¨®n por fuera y llegaba con facilidad con los mediapuntas, no encontraba el Barcelona la porter¨ªa navarra, muy bien resguardada por Asier.

As¨ª las cosas, y despu¨¦s de que el ¨¢rbitro se desinteresara por cuanto ocurr¨ªa en el ¨¢rea de Osasuna y los barcelonistas perdieran gas y tino, Guardiola sac¨® a Messi. A La Pulga le bast¨® con media hora para cambiar la marcha, revolucionar la contienda y poner un par de goles m¨¢s para dejar la eliminatoria sentenciada, el cuarto y ¨²ltimo, a pase naturalmente de Xavi. Al Reyno de Navarra conviene ir abrigado porque nadie ha podido todav¨ªa con Osasuna en su casa. Cuatro goles, sin embargo, parecen una renta definitiva para el Bar?a, puede que incluso suficiente como para que Xavi descanse por un d¨ªa y pueda ponerse el traje, que no el puro en la boca, porque ya no se puede fumar tampoco en el Camp Nou.