El Zaragoza, por los suelos

Juegan al escondite los jugadores del Zaragoza, que repelen a la pelota de entre sus botas, como si fuera m¨¢s un problema que una bendici¨®n, la misma que les ha llevado, precisamente, hasta Primera Divisi¨®n. Les falta confianza, quiz¨¢ tacto y pie, y una escaleta, toda vez que frente al Racing, equipo tambi¨¦n deslavazado, carecieron de toque, pase y f¨²tbol. M¨¢s atrevido, impulsado por el criterio de Colsa, la vehemencia de Diop y el ingenio de Acosta, result¨® el Racing. Pero se top¨® con Roberto, el ¨²nico que puede usar las manos y que lo hace de maravilla -incluso ha salvado de mayores desaguisados al Zaragoza-, hasta que lo determin¨® Bernado, al quite en un saque de esquina. Victoria del Racing, que trepa en la tabla; hundimiento del colista, con un partido m¨¢s y ya a cinco puntos del pen¨²ltimo.

Empecinados en mostrar sus realidades sociales, los equipos se enredaron con la pelota y en el pase, casi siempre inexacto. Son dos clubes en quiebra, con el aficionado irritado -hasta el punto que han desterrado al presidente del palco-, con el precipicio a la vuelta de la esquina. Y su juego no reanima ni repara, por m¨¢s que Manolo Jim¨¦nez, que se estren¨® en el banco aragon¨¦s, exija en los entrenamientos alegr¨ªa; palabrer¨ªa al fin y al cabo porque el equipo se limit¨® al contragolpe, con Luis Garc¨ªa como trampol¨ªn y Postiga como punto final. Dos hombres para todo el caudal ofensivo; demasiado f¨¢cil para el Racing de Juanjo Gonz¨¢lez, entrenador hasta que se diga lo contrario, que propone algo m¨¢s sencillo y pragm¨¢tico, m¨¢s efectivo.

Sin alarde alguno, este Racing no pretende protagonismo, sino que resulta indefinido en campo ajeno. Pero se construye con tino, al son de Colsa y al arrebato de Diop, an¨¢rquico en lo t¨¢ctico porque se personifica en todas partes, porque en vez de pulmones cuenta con bombonas de ox¨ªgeno incombustibles. Y tiene disparo, como ese que le dio con el tobillo y se perdi¨® por la l¨ªnea lateral, como esa folha seca que no vio puerta de chiripa, como ese saque de esquina que Bernardo cabece¨® a la red.

Cumplido con el requerimiento del gol, se desentendi¨® de la ofensiva el Racing y se deslig¨® un ¨¢pice el Zaragoza de la racaner¨ªa. Insuficiente, en cualquier caso, para fabricar f¨²tbol como por arte de magia. No hay chispa ni juego, y menos remate (solo uno de Luis Garc¨ªa y un larguero de Edu Oriol en todo el duelo). Tampoco resultados.