Una oda al baloncesto

No fue un partido, fue una oda al baloncesto. Un duelo vibrante, un pulso divertido jugado a la carrera, un festival anotador que gan¨® el Madrid por galones ante un Alicante que pele¨® hasta la orilla y demostr¨® que su condici¨®n de equipo revelaci¨®n no es una etiqueta casual. Sin descanso, ambos equipos se entregaron a un excelso intercambio de canastas sin reparar en cors¨¦s t¨¢cticos ni amasar la pelota, rivalizando en punter¨ªa y consistencia f¨ªsica. El Lucentum se sostuvo desde el per¨ªmetro y el Madrid en la pintura. Pero dos triples de Carroll certificaron al final el liderato de los de Laso.

Uno de los alicientes del duelo era el regreso de Kyle Singler a la pista que le sirvi¨® de escaparate en Espa?a. Seguramente atendiendo a factores emocionales, Laso le reclut¨® para su quinteto inicial y el plan le funcion¨®. Hiperactivo y aplicado, el estadounidense impuls¨® a los suyos en otro arranque de v¨¦rtigo. Anot¨® cinco de los nueve primeros puntos de su equipo y, secundado por Su¨¢rez y Mirotic, lider¨® un parcial de 0-10 que propici¨® el primer estir¨®n en el marcador a favor del conjunto madridista (6-16, min. 5).

Se march¨® Singler de Alicante pero, incluso sin su jugador franquicia, los de Txus Vidorreta han seguido dando vuelo a su condici¨®n de equipo revelaci¨®n a base de compromiso e intensidad y no quer¨ªan firmar una rendici¨®n tan temprana. Abnegado y meritorio, el Lucentum llegaba a la cita con el billete para la Copa en el bolsillo tras una estimable secuencia de 11 victorias y tan solo cuatro derrotas. Un expediente cimentado desde la fortaleza que han mostrado en su pista, con seis victorias en siete partidos como local.

El Madrid m¨¢s que nadie conoc¨ªa la dificultad de vencer en el Centro de Tecnificaci¨®n, donde los blancos solo hab¨ªan triunfado en dos de sus ocho visitas. Dispuesto a no tropezar de nuevo en la misma piedra, el conjunto madridista, a la carrera, tens¨® la cuerda del partido en un primer cuarto electrizante. A los locales comenzaron a v¨¦rseles las costuras. M¨¢s a¨²n cuando Ivanov, reci¨¦n incorporado tras su lesi¨®n, cometi¨® su segunda falta mediado el primer cuarto. Mucho antes de lo presupuestado. Desatados, como acostumbran, los de Laso se prodigaban en los contragolpes, dominaban en ambas zonas y luc¨ªan su rotaci¨®n hasta sellar un 19-30 al final del primer cuarto.

Con la batalla perdida en la pintura, el Alicante acept¨® el reto del intercambio de golpes. Y lo hizo a lo grande. Ellis y Dewar desenfundaron sus mu?ecas desde el 6,75 y, de tres en tres, apagaron la m¨²sica del guateque que preparaban los madridistas. Entre ambos, tomaron medida al aro rival y reengancharon al Lucentum al partido con un parcial de 14-4 (33-36 a 7m15s para el descanso). Su¨¢rez intent¨® atajar la rebeli¨®n con un triple reconstituyente en plena efervescencia de los locales, pero Rautins y Llompart se sumaron a la cita y agitaron el partido hasta voltearlo. Los de Laso hab¨ªan pasado de dominar por 13 puntos a verse a remolque y condenados al sofoc¨®n.

Si el Madrid hab¨ªa anotado 30 puntos en el primer cuarto, el Alicante se dispar¨® hasta los 33 en el segundo. Un elogio del ritmo y la punter¨ªa. Una fiesta de la canasta que sell¨® un 52-51 al descanso en contraste con la estad¨ªstica de hace justo una semana, cuando los de Vidorreta sucumbieron ante el Bar?a en el Palau con un raqu¨ªtico 65-49. Cuesti¨®n de estilos.

Aturdido por el inesperado arrebato del Lucentum, el Madrid tard¨® en reubicarse en el nuevo escenario y descuid¨® la defensa del per¨ªmetro, donde el conjunto alicantino encontr¨® un fil¨®n. Los de Laso dominaban bajo los aros, con Tomic, Reyes y Mirotic acaparando la producci¨®n ofensiva de los suyos y Begic reforzando el rebote. Hasta 51 puntos y 20 rebotes sumaron entre los cuatro. Pero Rautins, Ellis e incluso Dewar segu¨ªan iluminados desde el 6,75, coleccionando triples hasta llegar a los 15, a dos del r¨¦cord establecido por el propio Lucentum en octubre. Unos no ced¨ªan por dentro, los otros martilleaban desde lejos.

Solo hab¨ªa anotado tres triples el Madrid en 38 minutos, pero con 86-84 a falta de dos minutos, despert¨® Carroll. Tard¨® en llegar, pero apareci¨® en el mejor momento para los suyos y con dos triples hizo que la moneda cayera de cara para el Madrid.