Un Athletic de los pies a la cabeza

Daba gusto ver jugar a Barkero, sutil, elegante, activo, inteligente. Y solo con una pierna, la izquierda. La otra le apoyaba en el suelo. Y daba gusto ver correr a De Marcos como si disputara series de cien metros cada tres o cuatro minutos. Unas para atr¨¢s, para frenar las acometidas del rival; otras hacia adelante, para romper defensas y asustar porteros. Se ve¨ªa lo primero, lo de Barkero; se notaba lo segundo, lo de De Marcos. Barkero era el artista; De Marcos, el jefe. Por eso parec¨ªa que el encuentro era del Levante cuando en realidad lo ten¨ªa el equipo de Bielsa agarrado del cuello, del ¨¢nimo. M¨¢s a¨²n cuando a los 10 minutos un c¨®rner de Susaeta o cabece¨® en el punto de penalti Amorebieta como quien se levanta del sof¨¢ para empujar un bal¨®n lanzado por su sobrino. Ballesteros y Nano, ofuscados por la presencia imponente de Llorente y Javi Mart¨ªnez se olvidaron de Amorebieta, que no es un tipo que pase desapercibido, precisamente. Parec¨ªa un debate entre dos, pero hab¨ªa un tapado, Javi Mart¨ªnez, sobre el que se ha posado un debate impostado en cuanto a su debe ser central,

como quiere Bielsa, o centrocampista, como quieren algunos, solo cuando el Athletic no gana. Si tuviera que opinar Kon¨¦, dir¨ªa que juegue... de centrocampista, lejos de ¨¦l, muy lejos. Porque Javi Mart¨ªnez fue el pulpo del ¨¢rea que malgast¨® toda la fortuna que el Levante amasaba en los aleda?os del ¨¢rea. Si robar es delito, Javi Mart¨ªnez se gan¨® ayer la cadena perpetua. Y por su culpa el Levante, bien defendido por Xavi Torres y armado por Barkero, pareci¨® menos de lo que realmente era, un equipo bien construido, pero con poca pegada.

Javi Mart¨ªnez, de mariscal, dio confianza al Athletic que a poco del descanso vivi¨® una jugada sorprendente de De Marcos, en su en¨¦simo hect¨®metro, para asistir a Llorente y ponerle el bal¨®n sobra la l¨ªnea de gol para que lo atusara con el flequillo. Si hab¨ªa alguna duda sobre el cansancio de De Marcos, el vitoriano la super¨® con creces. No par¨® ni un minuto de correr, aunque eso a veces le cueste descontrolar el toque y fallar algunas ocasiones cuyo esfuerzo exigir¨ªa m¨¢s recompensa. Lo cierto es que la intensidad rojiblanca acab¨® con un Levante descolorido, con Barkero ya ocult¨® en la hojarasca del centro del campo del Athletic y Kon¨¦ asumiendo el poder de su carcelero Javi Mart¨ªnez. El navarro se permiti¨® incluso una arrancada de ¨¢rea a ¨¢rea que no acab¨® en nada pero que encendi¨® San Mam¨¦s. Las candilejas de un estadio coreando su nombre, sobrevolando el debate posicional y atendiendo a las cualidades del futbolista.

Y as¨ª tras varios disparos errados por un Levante ya muy disminuido, y tras dos acciones made in Muniain, bien fabricadas, pero mal rematadas, lleg¨® el gol de San Jos¨¦, en un saque de esquina, cuando Juanfran fue expulsado ?no se sabe el motivo de su segunda amarilla? para que a Bielsa ya le parezca menos excepcional que su equipo marque tres goles. Y los tres de cabeza, sin un balonazo. Era la ejemplaridad de un equipo de los pies a la cabeza.

Un equipo que piensa con los pies y golpea con la cabeza. Algo as¨ª como una reversi¨®n de su f¨²tbol tradicional que lo ¨²nico que explica es que todo nace del sentimiento colectivo y la habilidad individual. En la mezcla est¨¢ el presente y el futuro. Y todo con un Muniain a medio gas y un Iturraspe un tanto ahogado en su despliegue, pero soportado por la exuberancia de Ander Herrera o De Marcos. No era poco el rival que hab¨ªa enfrente, un equipo al mejor estilo de Juan Ignacio Mart¨ªnez (que ya despunt¨® en Cartagena). Pero hab¨ªa enfrente un equipo de cuerpo entero. Y eso es dif¨ªcil de parar.