Lorbek apuntilla un pulso descomunal

Lorbek pronunci¨® la ¨²ltima palabra para el Bar?a Regal en el apasionante discurso de dos equipos entregados en cuerpo y alma a un intercambio descomunal, de canastas, de trampas defensivas, de errores forzados y no forzados, de enredos y desenredos t¨¢cticos, dos equipos sometidos a una tensi¨®n may¨²scula durante much¨ªsimos minutos, desde el principio hasta casi el final, hasta que se colaps¨® el Caja Laboral.

El Barcelona se gan¨® el pase a la final, en la que tendr¨¢ la oportunidad de sumar su tercer t¨ªtulo consecutivo, tras desatacar un marcador que reflej¨® la intensidad, la lucha a brazo partido a la que se entreg¨® en pie de igualdad durante casi todo el tiempo con el Caja Laboral. El equipo de Dusko Ivanovic, arrancado por Lampe, sostenido por San Emeterio, alimentado por Teletovic, se desvaneci¨® en el ¨²ltimo cuarto. No fue capaz de seguir respondiendo por m¨¢s tiempo a tanto intercambio, al juego de aluvi¨®n de un Bar?a capaz de asimilar el nefasto d¨ªa de Navarro, que fall¨® los nueve tiros que intent¨® y se qued¨® en tres puntos, los que obtuvo desde la l¨ªnea de tiros libres. El Caja Laboral, pese a que logr¨® cinco m¨ªseros puntos en el ¨²ltimo cuarto, nunca dej¨® de transmitir la sensaci¨®n de que lleg¨® hasta el l¨ªmite, de que vendi¨® muy cara, car¨ªsima, su piel.

Anulado Navarro, y en ello tuvo mucho m¨¦rito tanto Pau Ribas como la defensa de equipo del Caja Laboral, tuvo que superarse Erazem Lorbek. El p¨ªvot esloveno fue un paso m¨¢s all¨¢ en la ya de por s¨ª espl¨¦ndida temporada que est¨¢ cuajando y cerr¨® el duelo con 26 puntos, cuatro rebotes y tres asistencias. Lorbek fue el sost¨¦n del Barcelona, el seguro de vida en ataque durante las fases en las que Navarro, Marcelinho, igualmente fuera de foco, e incluso Eidson y Mickeal, a los que les cost¨® acabar viendo canasta. Sada le enmend¨® la plana al base brasile?o y esa fue otra de las claves: logr¨® reducir a la m¨ªnima expresi¨®n los da?os que suele causar Pablo Prigioni.

Ivanovic sorprendi¨® alineando en el quinteto inicial a Lampe, el p¨ªvot polaco que ha reaparecido hace poco despu¨¦s de una grave lesi¨®n. Tan capaz de percutir desde debajo del aro como desde la media distancia, Lampe marc¨® el paso y tir¨® de su equipo. Junto a San Emeterio y la buena din¨¢mica de juego del Caja Laboral, el Barcelona se vio de buenas a primeras sin la onda precisa para mantener el tipo (4-12). El s¨ªntoma m¨¢s evidente fue que en esos compases iniciales el Barcelona perdi¨® muchos m¨¢s balones, falto de fluidez y de sincronizaci¨®n, algo que qued¨® patente en el par de ocasiones en las que agot¨® la posesi¨®n sin llegar a tirar. Pascual recompuso a los suyos, le dio cuerda Sada, envi¨® a Rabaseda a frenar a San Emeterio y con Lorbek y tambi¨¦n V¨¢zquez y Ndong logr¨® revertir el panorama inicial. A partir de ah¨ª la igualdad fue extraordinaria.

El toma y daca puso a prueba la dureza f¨ªsica y mental de las dos escuadras. Cualquier peque?o detalle, cualquier acci¨®n, pod¨ªa marcar el punto de inflexi¨®n. No hac¨ªa falta llegar al ¨²ltimo minuto. As¨ª fue. El Barcelona, por detr¨¢s tras el tercer cuarto (48-52), embisti¨® como un toro en el ¨²ltimo tramo. Lampe puso el 51-54. A partir de ah¨ª, Ndong, un rebote de ataque con canasta y tiro adicional de Mickeal, y una serie de intercambios de fallos concluida por fin con otra canasta de Ndong y un triple de Lorbek abrieron una brecha importante: 62-54.

Quedaba un mundo, casi cinco minutos, pero el desgaste hab¨ªa sido tal que el triple de Bjelica signific¨® el canto del cisne para un Caja Laboral indomable en su esfuerzo, pero que ya fue incapaz de volver a anotar un solo punto m¨¢s ante un Bar?a que concluy¨® al galope, volando hacia su tercera final consecutiva.