El club de las extra?as lesiones
Como Banega, otros futbolistas han sufrido curiosos percances: la colonia de Ca?izares, la plancha de Busquets (padre), la v¨ªbora de Romero¡

El percance de Banega, atropellado por su propio coche, evoca otros episodios accidentales en el mundo del deporte. Todav¨ªa hoy se debate sobre qu¨¦ hab¨ªa ocurrido cuando el 7 de noviembre de 1995 Carles Busquets, padre del hoy centrocampista blaugrana y entonces meta titular del equipo, se present¨® en el entrenamiento con las manos inutilizadas. ¡°Me las quem¨¦ con una plancha¡±, adujo. Johan Cruyff, entonces t¨¦cnico del Barcelona, dej¨® una de esas sentencias inolvidables. ¡°No me puedo imaginar a Busi planchando¡±. A lo que el jugador replic¨®: ¡°Tampoco yo veo a Cruyff con una plancha en la mano, aunque, eso s¨ª, yo no tengo chacha¡±. Luego ofreci¨® detalles del episodio por el que acab¨® de baja durante unas semanas. Su mujer estaba planchando y su hijo Aitor y ¨¦l jugaban en el suelo. De pronto el peque?o toc¨® la tabla, esta se desequilibr¨® y cay¨® al vac¨ªo. Se supone que Busquets detuvo la plancha en felina intervenci¨®n antes de que esta impactara en el chico. Se perdi¨® un partido de Liga y regres¨® al siguiente recuperado de quemaduras de segundo grado. Por el camino desminti¨® que las ocasionara un accidente de motocicleta.
Todav¨ªa m¨¢s leyenda origin¨® el frasco de colonia de Santiago Ca?izares, que se cay¨® de la repisa de un lavabo en la primera concentraci¨®n de la selecci¨®n espa?ola previa al Mundial de Corea y Jap¨®n 2002. Fue en Jerez una noche cuando faltaban 14 d¨ªas para comenzar una competici¨®n a la que llegaba como indiscutible en la porter¨ªa. ¡°Sal¨ªa de la ducha, cog¨ª un bote de colonia y me iba a perfumar, se me cay¨® y puse el pie de manera instintiva para que no se rompiera¡±. Pero se parti¨® y de paso seccion¨® un tend¨®n del pie derecho. ¡°Me duele m¨¢s lo an¨ªmico que lo f¨ªsico¡±, acert¨® a diagnosticar Ca?izares, que cedi¨® su puesto como titular a un compa?ero que iba a comenzar a forjar una carrera legendaria con la selecci¨®n, Iker Casillas.
Un hist¨®rico es Mart¨ªn Palermo, delantero argentino retirado hace escasos meses y protagonista de operetas de lo m¨¢s variado. En 1999, cuando estaba a punto de cerrarse su traspaso al f¨²tbol europeo, marc¨® su gol n¨²mero 100 contra Col¨®n de Santa Fe con los ligamentos rotos en la rodilla derecha. Justo dos a?os despu¨¦s, en noviembre de 2001, y ya en Europa, se fractur¨® tibia y peron¨¦ al celebrar un tanto con el Villarreal en el campo del Levante. En una eliminatoria de Copa del Rey, Palermo marc¨® en la pr¨®rroga y fue a fundirse en un abrazo con los aficionados de su equipo. La valla que les separaba cedi¨® y cay¨® con varios aficionados sobre el jugador, que tuvo que pasarse seis meses inactivo.
David Navarro sufri¨® una lesi¨®n en un o¨ªdo fruto de su afici¨®n a la caza
Tambi¨¦n en Valencia sucedi¨® otro suceso que se sale de lo com¨²n. El central David Navarro, que en verano de 2005 era un prometedor producto de la cantera, sufri¨® una lesi¨®n en un o¨ªdo fruto de su afici¨®n a la caza, actividad que entra en el repertorio de prohibiciones para un futbolista profesional. Todo hubiera pasado m¨¢s o menos desapercibido si no fuera porque se desencaden¨® un conflicto con los m¨¦dicos del Valencia despu¨¦s de que estos le recetaran al jugador un medicamento que conten¨ªa sustancias penadas en un control antidopaje. Dolorido en el t¨ªmpano y bajo los efectos del tratamiento, el futbolista no pudo comenzar la temporada al nivel de sus compa?eros y se expuso a una sanci¨®n que no lleg¨® porque no le toc¨® pasar por ning¨²n control.
M¨¢s repercusi¨®n tuvo para el ahora t¨¦cnico del CSKA de Mosc¨², Leonid Slutski, su peripecia en su Volgogrado natal cuando apenas ten¨ªa 19 a?os. Entonces era un prometedor guardameta ya a nivel profesional, pero su carrera se trunc¨® cuando el gato de su vecino se subi¨® a un ¨¢rbol y decidi¨® que de all¨ª no bajaba. Slutski subi¨® a buscarlo y acab¨® estampado contra el suelo con una rodilla destrozada. No se recuper¨® y enfoc¨® su carrera a los banquillos.
Menos consecuencias tuvo para Enrique Romero su fugaz encuentro con una v¨ªbora en el aeropuerto de Noain, en Pamplona. All¨ª aterriz¨® el ch¨¢rter del Deportivo un viernes de septiembre de 2003 para jugar un partido al d¨ªa siguiente contra Osasuna. Nada m¨¢s bajar de las escalerillas del avi¨®n, V¨ªctor S¨¢nchez del Amo, ahora segundo de M¨ªchel en el Sevilla, alert¨® sobre la presencia de una v¨ªbora sobre la pista del aeropuerto. Escu¨¢lida, de poco m¨¢s de una cuarta de tama?o, el ofidio suscit¨® la ternura de los jugadores deportivistas y del utilero del equipo, que lo cogi¨® por la cola. Romero, entonces lateral izquierdo del equipo y de la selecci¨®n, se acerc¨® a verlo de cerca, quiz¨¢s a intentar cogerlo, pero el r¨¦ptil se retorci¨® y le mordi¨® en un dedo. De inmediato saltaron al aire un lamento y la v¨ªbora, que all¨ª se qued¨®, de nuevo sobre la pista. Romero se fue con sus compa?eros hacia el hotel y a la media hora ten¨ªa una considerable hinchaz¨®n desde el dedo hasta el codo del brazo izquierdo. C¨¦sar Cobi¨¢n trat¨® de rebajar la reacci¨®n con antihistam¨ªnicos, pero al final decidi¨® que lo mejor era ingresar al futbolista en un hospital navarro. All¨ª pas¨® la noche y no pudo disputar el partido. Regres¨® con sus compa?eros desde el mismo aeropuerto por el que cruz¨® raudo la pista hacia el avi¨®n.
El ahora t¨¦cnico del CSKA de Mosc¨², Leonid Slutski, se destroz¨® la rodilla tras caer de un ¨¢rbol al que subi¨® en busca de un gato
Tambi¨¦n otros deportistas, no solo futbolistas, pasaron por trances accidentales lejos de su trabajo. Es evidente el paralelismo del percance de Banega con el que sufri¨® el a?o pasado el ciclista Xavi Tondo, cuando se mat¨® despu¨¦s de que su coche se deslizara fatalmente por la rampa de un garaje. Qued¨® atrapado entre la puerta y el veh¨ªculo. No pereci¨®, pero a punto estuvo Greg Lemond, que en abril de 1987, cuando se preparaba para defender el t¨ªtulo del Tour de Francia, el primero que hab¨ªa logrado un ciclista norteamericano, result¨® herido en una cacer¨ªa. Un amigo le confundi¨® con un pavo y llen¨® su cuerpo de perdigones, especialmente pecho, h¨ªgado y un ri?¨®n. Aquella temporada la pas¨® en blanco y luego encaden¨® una serie de lesiones que le mantuvieron dos a?os sin resultados, pero luego regres¨® a Francia y gan¨® el Tour dos veces m¨¢s.
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