Otra gran rebeli¨®n del Basilea

En el f¨²tbol, la alegr¨ªa del modesto es irreverente con el orden establecido. Las cuatro estrellas estampadas sobre la escarapela del Bayern como s¨ªmbolo de sus conquistas en la Copa de Europa le recordaban al Basilea el principio de jerarqu¨ªa; un grande de Europa en su coqueta olla de Saint Jakob. Un hervidero at¨ªpico e inesperado en la tranquila Suiza. Enfrente, una leyenda que derribar como ya lo fue el Manchester United en la fase de grupos, su primera gran v¨ªctima en esta edici¨®n de la Liga de Campeones. El Bayern va camino de ser la segunda.

Tendr¨¢ el equipo de Heynckes que remontar en M¨²nich ante un equipo que no teme, que despliega su din¨¢mico f¨²tbol sin complejos. Se mira el ombligo lo justo cuando ataca. Por el ¨¢rea de Neuer aparec¨ªan cinco o seis jugadores cada vez que llegaba. No tuvieron sus futbolistas ning¨²n respeto por el Bayern. Lo maltrataron. Le arrancaron las estrellas a sustos, a fuerza de zarandearlo con un torrente de ocasiones y f¨²tbol.

Se rebel¨® el Basilea despu¨¦s de recibir un par de avisos iniciales. Un desmarque de Mario G¨®mez a la espalda de sus centrales y un mano a mano de Rib¨¨ry que resolvi¨® pleno de reflejos Sommer. Luego, aconteci¨® la gran rebeli¨®n local con un tic de equipo muy trabajado que sabe a qu¨¦ juega: vio un agujero y por all¨ª hizo suyo el partido.

La fina pierna izquierda de Shaquiri interpret¨® que Lahm iba arriba, pero que no volv¨ªa. Por all¨ª empez¨® a percutir sin miramiento alguno el lateral Steinhofer lanzado por el joven suizo.

Un cabezazo de Dragovic dio en el palo y poco despu¨¦s Streller revent¨® el larguero tras una incursi¨®n del coreano Park por la izquierda, otro que entendi¨® que la pelota iguala si se sabe qu¨¦ hacer con ella.

El Basilea se electriz¨® en su envalentonamiento. Envolvi¨® al Bayern en un tiroteo que le acogot¨®. Meti¨® al equipo alem¨¢n en un partido que quiso jugar sin miedo, a dos porter¨ªas, al pim, pam, pum. Se salt¨® el tacticismo especulativo que suele reinar en las eliminatorias de Champions. Jug¨® el partido como si fuera el ¨²nico de la eliminatoria. Tuvo un premio justo.

No le import¨® al equipo de Vogel citarse con su hist¨®rico contrincante en las ¨¢reas. Ese envite depar¨® como consecuencia una noche de porteros. Si no hubo m¨¢s goles fue porque Sommer y Neuer se agrandaron cada vez que fueron exigidos.

Se desfigur¨® el equipo de Heynckes con ese vaiv¨¦n que le sac¨® los colores. Ech¨® de menos a Schweinsteiger para domar el partido, para frenarlo con la pausa que demandaba la vertiginosa y descarada propuesta suiza. Qued¨® el Bayern entregado a los culebreos individuales a pierna cambiada de Robben y Rib¨¨ry y a la potencia de Mario G¨®mez. No se entendi¨® la suplencia de M¨¹ller. Todav¨ªa menos cuando hizo acto de presencia como sustituto de Rib¨¨ry y los dos primeros balones que toc¨® generaron sendas ocasiones

Lo mismo hizo Zoua para regalarle el gol a Stocker. Otros dos que saltaron al campo sin complejos para rubricar otra gran rebeli¨®n del Basilea. Alegre, plena de f¨²tbol descarado.