Taconazo de alivio
Un gran gol de Cristiano salva al Madrid de la mediocridad frente a un luchador Rayo (0-1)
El estadio de Vallecas debe ser el ¨²nico en toda la Primera Divisi¨®n en donde la megafon¨ªa no hace concesiones a Lady Gaga. Al margen de las grandes corrientes, la atm¨®sfera del campo es particular. Fiel al tradicional ambiente de barrio, el animador prefiere a Dylan o a Mago de Oz. Lo alienta una hinchada verdaderamente apasionada por el juego. Su equipo, el Rayo, no la suele defraudar. Contra el Madrid no hizo la excepci¨®n. Apret¨® sin tregua, pele¨® cada bal¨®n, y puso a su rival en m¨¢s dificultades de las que se hab¨ªa encontrado en meses. Los visitantes vivieron de las sobras, en plena desorientaci¨®n, m¨¢s pendientes de frenar a un adversario que se multiplicaba que de otras contingencias. S¨®lo Cristiano supo escaparse del relato. Se elev¨® por encima de la mediocridad de su equipo y se convirti¨® en el mejor con diferencia sobre el campo. Coron¨® el partido con un detalle que le retrata como figura. Un taconazo que convirti¨® en gol. El gol del partido.
Sorprendi¨® la imprudencia con que se comportaron los jugadores del Madrid. Actuaron como si tuvieran alg¨²n tipo de licencia para traspasar los l¨ªmites reglamentarios. Marcelo se encar¨® con el juez de l¨ªnea despu¨¦s de que le se?alaran por cometer una falta alevosa, Pepe incurri¨® en la violencia y Ramos, que ten¨ªa una amarilla, asest¨® un codazo en la cara a Diego Costa en el ¨¢rea de penalti. El ¨¢rbitro se hizo el distra¨ªdo ante la agresi¨®n pero acudi¨® presuroso a amonestar a Costa por protestar. El partido sigui¨® adelante a ritmo de v¨¦rtigo. Descontrolado en todos los aspectos. Las dimensiones del campo m¨¢s peque?o de Primera contribuyeron a darle a cada acci¨®n un impulso de centrifugadora. Cada rebote, cada rechace, cada robo, acab¨® en contragolpe.
Rayo Vallecano, 0 - Real Madrid, 1
Rayo Vallecano: Joel; Tito, Arribas, Pulido, Casado (Tamudo, m. 82); Javi Fuego, Movilla (Trashorras, m. 69); Piti (Lass, m. 58), Armenteros; Michu y Diego Costa.
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Pepe, Marcelo (Granero, m. 80); Khedira, Xabi Alonso, Kak¨¢ (Coentrao, m. 59); zil, Cristiano Ronaldo e Higua¨ªn (Callej¨®n, m.75).
Goles: 0-1, m.54: Cristiano Ronaldo.
?rbitro: Fern¨¢ndez Borbal¨¢n. Amonest¨® a Diego Costa, Javi Fuego y Arribas por el Rayo, y a Sergio Ramos, Casillas, Marcelo, Xabi Alonso, Coentr?o (89) y Pepe (91) por el Real Madrid. Expuls¨® a Rui Faria, ayudante de Mourinho, en el minuto 65 y a Michu por roja directa en el minuto 88.
12.400 espectadores en el Estadio de Vallecas.
La tarde empez¨® con una anticipaci¨®n de Diego Costa, protagonista de todos los alborotos. El brasile?o intercept¨® un pase de Ramos y organiz¨® un ataque con Michu. Desairado, el central regres¨® para represaliar al delantero cuando avanzaba por la banda. Costa acab¨® en el suelo. La jugada fue el pr¨®logo de un duelo largo y desigual. El que mantuvo el amenazante Costa con los intimidantes Ramos y Pepe. Fue la s¨ªntesis de un partido que el Rayo disput¨® metro a metro, con valent¨ªa y abnegaci¨®n, frente a un equipo plagado de jugadores superdotados para la marca.
Al Madrid se le atragant¨® la presi¨®n febril del Rayo. No hab¨ªa manera de que Xabi conectara con los atacantes. Movilla y Fuego siguieron alternativamente a Cristiano y Kak¨¢ para reducir al m¨¢ximo los espacios entre l¨ªneas. Los corredores se volvieron desfiladeros. S¨®lo ?zil, que recibi¨® un pase llovido desde cincuenta metros, consigui¨® revolverse en el ¨¢rea y rematar junto al primer palo. Joel, ayudado por su defensa, desvi¨® a c¨®rner. Fue el ¨²nico tiro del Madrid entre los tres palos en toda la primera parte. Las dem¨¢s ocasiones fueron producciones exclusivas de Cristiano, que dispar¨® cada vez que le cedieron un metro a menos de 50 metros de Joel.
El Rayo robaba y cambiaba de orientaci¨®n. Los jugadores practican tanto esta jugada que inevitablemente la ejecutan con precisi¨®n. En una de estas maniobras el bal¨®n acab¨® en Piti, que se hab¨ªa trasladado a la banda izquierda. Entr¨® al ¨¢rea, hizo un recorte y descarg¨® un derechazo memorable. La pelota vol¨® sobre Casillas y se estrell¨® en la parte interior de la escuadra m¨¢s lejana, rebot¨®, y sali¨® escupida sobre la l¨ªnea de gol, pasando por la espalda del portero. Muchos rayistas empezaron a festejar antes de descubrir la ilusi¨®n ¨®ptica. Supersticioso, Casillas se fue inmediatamente hacia su palo izquierdo, autor de la parada, y lo toc¨® agradecido. Hay situaciones que inspiran fe en los objetos inanimados.
El Madrid regres¨® del descanso con un punto m¨¢s de decisi¨®n. Avanz¨® unos metros y trat¨® de llevar el juego al campo contrario. A trompicones, midi¨¦ndose a Tito, logr¨® ?zil provocar un c¨®rner donde no hab¨ªa nada. Lo lanz¨® el propio ?zil al cogollo del ¨¢rea. El bal¨®n sali¨® rechazado entre una multitud de piernas. Los defensas, ante la duda, empezaron a salir. Cristiano se encontr¨® la pelota perdida. Como estaba de espaldas a la porter¨ªa no se le ocurri¨® nada mejor que darle un taconazo todo lo fuerte que le fue posible. El env¨ªo atraves¨® a ras de hierba la masa de defensores y atacantes y golpe¨® la red rodando suavemente.
El gol no fren¨® el empuje del Rayo. El Madrid, sin embargo, comenz¨® a tomar precauciones. Es el automatismo que define a este equipo cada vez que se aventaja en campo contrario. Mourinho reforz¨® la inclinaci¨®n cambiando a Kak¨¢ por Coentr?o y adelantando a Marcelo al centro del campo. Finalmente, sent¨® a Higua¨ªn y se qued¨® sin nueve. Las medidas ahondaron en los problemas del equipo para mover el bal¨®n y el Rayo comenz¨® a disponer de ocasiones para empatar. La tuvo Michu, que se qued¨® solo ante Casillas y remat¨® alto. Tambi¨¦n la tuvo Casado, cuando a la salida de un c¨®rner envi¨® un misil a la escuadra contraria. Iba adentro pero Casillas se elev¨® estirado de palo a palo para salvar la victoria.
El partido acab¨® como arranc¨®. Con el ¨¢rbitro tomando decisiones injustificables y el Rayo bombeando balones al ¨¢rea del Madrid. En el estruendoso final Michu result¨® expulsado por una falta que no cometi¨®. Sucedi¨® un par de minutos antes de que el Madrid abandonara Vallecas dando gracias a los errores ajenos y al taconazo de su h¨¦roe, Cristiano Ronaldo.
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