El candidato del AVE
El Atl¨¦tico de ¡®Ciudad Real¡¯ se enfrenta en Madrid al reto de crear afici¨®n entre los j¨®venes
Suena el silbato que marca el final del entrenamiento. Los jugadores se encaminan al centro de la cancha y forman una media luna en torno a Talant Dujshebaev. El entrenador arenga al equipo. Manos juntas. Apenas se oye un murmullo hasta que alguien grita ¡°?Atleti!¡±. Nada deber¨ªa tener de extra?o esta imagen. Una m¨¢s de una sesi¨®n preparatoria del Balonmano Atl¨¦tico de Madrid. Salvo que la secuencia sucede a 200 kil¨®metros de la capital y bajo una pancarta que reza Hoy y siempre, B. M. Ciudad Real.
La tela, como la que hay a su derecha con un expresivo A por ellos, la colocaron para animar en un partido de las categor¨ªas inferiores del equipo, pero no deja de reflejar el complejo a?o de transici¨®n que viven los rojiblancos. El club hered¨® a principios del verano el mejor conjunto mundial de la ¨²ltima d¨¦cada, el Balonmano Ciudad Real: 27 t¨ªtulos en nueve a?os. El plantel sigue entren¨¢ndose en el Quijote Arena, contin¨²a haciendo vida en la localidad manchega, es el mismo que se disputa con el Barcelona la Liga Asobal, uno de los favoritos para ganar la Liga de Campeones o la Copa del Rey. La misma rutina para Jos¨¦ Javier Hombrados, Alberto Entrerr¨ªos, Kiril Lazarov¡ Salvo que ahora visten otros colores. Salvo que para jugar como locales tienen que desplazarse ahora a 200 kil¨®metros de distancia.
¡°La sensaci¨®n es que todav¨ªa no ha habido un cambio verdadero. Llegar¨¢ el curso que viene, cuando nos entrenemos y hagamos vida social en Madrid. Entendemos que es una situaci¨®n transitoria. Como es novedosa, lo llevamos bien. No nos resentimos en lo deportivo¡±, explica Hombrados, portero. Sin buscarlo, ha visto c¨®mo a sus 39 a?os se ha convertido en el capit¨¢n del club del que siempre fue seguidor y en el que debut¨® como profesional antes de que desapareciese en 1994.
Cada vez que toca jugar en Vistalegre, el equipo se desplaza a Madrid en el AVE por la ma?ana. Lo habitual es que regrese a Ciudad Real tambi¨¦n en el tren de alta velocidad, pero si el partido acaba tarde ha de hacerlo en autob¨²s: tres horas. ¡°Al principio, te hace gracia, ilusi¨®n. De momento, lo hemos llevado bien. Pero claro que estoy preocupado por la acumulaci¨®n de viajes¡±, concede Dujshebaev. ¡°Lo estar¨ªa mucho m¨¢s si fuese la temporada que viene, despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos¡±, matiza el entrenador, para muchos el mejor jugador de la historia, quien recalca: ¡°Hay que ver las cosas desde una perspectiva positiva, desde la de que somos unos privilegiados, desde la de que cobramos al d¨ªa... No todos pueden decir lo mismo¡±. Sin ir m¨¢s lejos, los jugadores del Antequera, al que el Atl¨¦tico venci¨® el pasado fin de semana (23-32), llevan sin cobrar desde noviembre.
El club de f¨²tbol aporta 900.000 euros al de balonmano, ahogado por la crisis
De nada sirvieron los t¨ªtulos, que colocaron a la localidad manchega, de 70.000 habitantes, en la ¨®rbita mundial del balonmano. Ni siquiera tener el ¨²nico pabell¨®n de Espa?a, el Quijote Arena, levantado expresamente para este deporte. La asfixia econ¨®mica se ceb¨® con el club, que vio c¨®mo se iba quedando sin patrocinadores y sin subvenciones y era incapaz de afrontar los casi cuatro millones de euros de presupuesto. Lo vio claro el Atl¨¦tico. El club del Manzanares aporta 900.000 euros y cede su nombre y su imagen, aunque el cuadro de balonmano funciona de forma independiente.
Un breve paseo sirve para hacerse una idea de lo que supuso el Balonmano Ciudad Real. Camisetas enmarcadas cuelgan de las paredes de los bares junto a bufandas y banderas que celebran los t¨ªtulos de los ¨²ltimos a?os. El orgullo por el pasado se mezcla con la frustraci¨®n por el presente. Algunos seguidores, los menos, siguen yendo a Madrid a ver al equipo. M¨¢s por cari?o a un bloque que por sentimiento por unos colores. ¡°Es l¨®gico, hemos cambiado de camiseta. Es normal que alguien no sienta como suyo al nuevo equipo si no tiene un lazo previo con el Atl¨¦tico o con Madrid. Yo no puedo echar en cara eso¡±, admite Hombrados.
Hemos cambiado de camiseta. Es normal que alguien no sienta como suyo al nuevo equipo si no tiene un lazo previo Hombrados
¡°A los indignados de verdad les digo: ¡®Lo siento mucho por vosotros¡¯. A cada uno le puedo pedir perd¨®n personalmente. Pero tambi¨¦n es verdad que pasamos de tener el pabell¨®n lleno a que viniesen 1.500 aficionados, siempre los mismos. Ellos deben entender que, si ma?ana no te van a pagar, tienes que ir a buscarte la vida. Si hubi¨¦semos tenido 5.000 socios, patrocinios en los ¨²ltimos a?os..., seguramente esto no habr¨ªa pasado¡±, argumenta Dujshebaev, que lleg¨® a Ciudad Real como jugador en 2001 y entrena al club desde 2005.
La respuesta hasta ahora ha sido positiva. En lo que va de temporada han batido el r¨¦cord de asistencia a un partido de balonmano en Espa?a dos veces: contra el Bar?a, en la final de la Supercopa (11.963 espectadores) y en la Liga (12.743). Aunque en el resto de los partidos de la Liga la asistencia ha decrecido notablemente, en la Champions nunca ha bajado de los 3.500 espectadores. ¡°Hay que tener en cuenta que jugamos en un pabell¨®n con un gran aforo. A veces parece que no hay nadie y, sin embargo, en otra cancha estar¨ªamos hablando de llenazos¡±, dice Dujshebaev.
Ahora miran adelante en Madrid, donde la cultura del balonmano se diluy¨® despu¨¦s de que el Atl¨¦tico suprimiera la secci¨®n en 1992 y desapareciera tras dos a?os de traves¨ªa en el desierto en Alcobendas. Poco a poco, la vitrina de trofeos del estadio Calder¨®n va desempolvando las copas que Luis¨®n Garc¨ªa, Cecilio Alonso y compa?¨ªa lograron en los a?os ochenta y los primeros noventa.
La nueva llama est¨¢ encendida. Pero Dujshebaev pide paciencia: ¡°La gente que viene a vernos es la que vio entonces al Atl¨¦tico. Los j¨®venes no vienen porque durante casi 20 a?os el balonmano no ha existido en Madrid. Como a¨²n seguimos aqu¨ª [en Ciudad Real], no podemos hacerles llegar que en Madrid existe balonmano de primer¨ªsimo nivel¡±.
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