Tremendo partido, tremendo Cristiano
El Madrid, muy exigido, vence a un Betis valiente como pocos gracias al mazo del delantero luso
No tiene freno el Madrid, que salv¨® en Sevilla un combate tremendo en el que el Betis le exigi¨® de lo lindo. El equipo de Mourinho se vio obligado a jugar como el campe¨®n que ya se le presupone. Con el martillo de Cristiano y la pericia de Casillas, el l¨ªder sali¨® fortalecido por una victoria que no fue un tr¨¢mite. El Betis no se resign¨® a su te¨®rico papel de comparsa y se comport¨® como un gigante. Propuso un reto cara a cara y llev¨® al l¨ªmite a su rival. Pero este no tiene rendici¨®n. Y cuenta con Cristiano Ronaldo, para el que no hay registros imposibles. Ni humanos siquiera. En el Villamar¨ªn, otra vez, result¨® capital.
BETIS, 2 - R.MADRID, 3
Betis: Fabricio; Nelson, Dorado, Paulao, Nacho; Be?at, Salva (Santa Cruz, m. 73), Iriney (Ca?as, m. 75); Jefferson Montero, Jorge Molina (Pozuelo, m. 65) y Rub¨¦n Castro. No utilizados: Castro; Isidoro, S¨²per y Juanma.
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Khedira, Xabi Alonso; ?zil (Benzema, m. 88), Kak¨¢ (Granero, m. 75), Cristiano; e Higua¨ªn (Callej¨®n, m. 78). No utilizados: Ad¨¢n; Albiol, Varane y Lass.
Goles: 1-0. M. 9. Molina. 1-1. M. 24. Higua¨ªn. 1-2. M. 52. Cristiano. 2-2. M. 54. Montero. 2-3. M. 73. Cristiano.
?rbitro: Iturralde Gonz¨¢lez (por lesi¨®n, fue sustituido tras el descanso por el cuarto ¨¢rbitro, Sagu¨¦s Oscoz). Amonestados: Kak¨¢, Iriney, Higua¨ªn y Arbeloa.
Benito Villamar¨ªn: 51.563 espectadores.
Equipo taurino como es, el Betis se descara con los grandes. No retrocede. Juega con la vista al frente y con la idea de da?ar al poderoso no solo en su ataque, sino tambi¨¦n en su defensa. Frente al Madrid, no fue una excepci¨®n, con el riesgo que eso supone ante un adversario que tira confetis cuando el oc¨¦ano se abre, cuando los partidos son una noria. El Betis acept¨® la cita de principio a fin y Jefferson Montero fue su bandera de salida. El ecuatoriano, un velocista de primera, se encar¨® una y otra vez con Marcelo, al que hizo pasar la primera parte de la noche en vela. Con este zurdo por la derecha, Mel abri¨® la v¨ªa ofensiva de los suyos y baj¨® la persiana al costado por donde puja el lateral del Madrid, la orilla por la que se al¨ªa con Cristiano. Eso s¨ª, a la primera aventura de Marcelo, ya en el segundo acto, lleg¨® el 31? gol del portugu¨¦s en la Liga. Y ya luego el 32?. ?Y los que le faltan! Un marciano.
Con Montero a la corneta y bien plantados los b¨¦ticos, lleg¨® pronto el gol de Jorge Molina. Nacho esprint¨® con Arbeloa y asisti¨® en el balc¨®n del ¨¢rea a Rub¨¦n Castro. El delantero verdiblanco domestic¨® la pelota tras un control en el que la amortigu¨® con un involuntario codazo. Sosegado el bal¨®n sin que Iturralde advirtiera la ilegalidad, Castro dio hilo a Molina, que llegaba por el centro, y el ariete emboc¨®.
El equipo andaluz se descara
La diana no produjo mutaci¨®n alguna en el Betis, que nunca fue taca?o. Con sus cuatro futbolistas ofensivos (Sevilla, Castro, Molina y Montero), mantuvo el mismo guion. Un paisaje poco habitual para el Madrid, acostumbrado a que sus rivales se enclaustren con un gol y sin ¨¦l. Y, al mismo tiempo, una bendici¨®n. El Betis siempre le dej¨® campo abierto. Como el Madrid no es un equipo de tr¨¢nsito, se jug¨® las habichuelas a la carrera. As¨ª se deleita. Rajado el medio campo, donde Mel se basta con Iriney y Be?at, inmensos ambos, el Madrid encontr¨® aire como le gusta. En un suspiro, ?zil cit¨® a Higua¨ªn a la carrera. Paulao rompi¨® el fuera de juego y, con el turbo encendido, El Pipita barren¨® la pelota. Un golazo, el 17? del argentino.
Con una falta directa al larguero lanzada por Sevilla y desviada de forma milagrosa por Casillas, se cerr¨® el vertiginoso primer tiempo. Tanto, que fue demasiado para Iturralde, que est¨¢ a un paso de la jubilaci¨®n. Una descarga en un muslo le dej¨® en la enfermer¨ªa en el descanso. El cuarto ¨¢rbitro, Gorka Sagu¨¦s Orkoz, de Segunda B, al que Chendo y Karanka hab¨ªan dado tertulia en la banda, tom¨® el silbato. Como le sucediera al primer espada, tampoco se enter¨® de una mano de Xabi Alonso con 2-2 que, con raz¨®n, reclamaron los locales como penalti. Ni en el ¨²ltimo minuto de unas posibles manos de Marcelo y Sergio Ramos.
El ¨¢rbitro no vio una posible doble mano en el ¨¢rea madridista en la jugada final
En la reanudaci¨®n tampoco hubo sosiego. El duelo fue a¨²n m¨¢s desatado, con Marcelo ya desabrochado de Montero, con el Madrid sin riendas y el Betis a lo suyo, de acuerdo con un golpe por golpe que con los madridistas suele ser demoledor. Casillas y Fabricio no tuvieron paz. Los dos equipos consensuaron que el encuentro era cosa de las delanteras. Y as¨ª fue, con las ¨¢reas invadidas sin demora, con Cristiano y Montero como principales animadores. Anot¨® el primero y le respondi¨® el segundo, que en un c¨®rner se aprovech¨® de una indecisi¨®n de Arbeloa, un defensa fiable, de los que no se complican la vida, pero al que anoche le dio por intentar gobernar la pelota con el pecho. El mal despeje permiti¨® a Jefferson marcar su primer tanto en la Liga.
En un partido tan fren¨¦tico nadie como Cristiano para ponerle el broche. Solo Messi en todo el universo tiene su pegada. Siempre con el mazo a punto, le cay¨® un rechace de Fabricio tras un saque de esquina cabeceado por Ramos. Con Cristiano no hay fogueo y el Betis sucumbi¨®. Ya no tuvo remedio. Casi nadie lo tiene ante este Madrid disparado hacia el t¨ªtulo. Pocos se le encarar¨¢n como este Betis, vencido solo por la grandeza de su hidalgo rival. Un adversario que tiene hambre y fuego y que, con el par¨¦ntesis del Bar?a, no encuentra quien le resista en la Liga desde septiembre. Ins¨®lito.
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