Un australiano esconde a otro
El generoso Cancellara conduce a Gerrans a la victoria en San Remo, donde Freire, s¨¦ptimo, logra su d¨¦cimo ¡®top ten¡¯
?scar Freire perdi¨® su cuarta San Remo donde sab¨ªa exactamente que la iba a perder, de la ¨²nica manera que sab¨ªa que la pod¨ªa perder. Son cosas de la edad, de la experiencia, de conocer como nadie la classicissima. ¡°Cuando hablamos de ciclismo, los ciclistas entendemos de qu¨¦ hablamos¡±, suele decir Freire, de 36 a?os ya, 11 San Remos corridas, tres ganadas, 10 veces clasificado entre los 10 primeros. La de ayer, que termin¨® s¨¦ptimo, la ¨²ltima. O no. "Me han faltado piernas", concedi¨® el ciclista. "Le entiendo perfectamente", intercedi¨® Zabell; "le pasa lo que me pasaba a m¨ª en los ¨²ltimos a?os de carrera, que no tenia la velocidad de antes¡±.
Ayer -bajo el sol fresco que anuncia la primavera, una suave brisa de cara doblando las ramas de las mimosas en las cunetas de los cabos, las del cipr¨¦s de la Cipressa, los olivos del Poggio, las palmeras del Lungomare Italo Calvino, donde, tras 297 kil¨®metros de la llanura de niebla y arroz padana a los acantilados mediterr¨¢neos, como en 2008 por primera vez, entr¨® en cabeza Fabian Cancellara-, como el a?o pasado, gan¨® un australiano, pero no el mismo, Goss, sino otro, el sorprendente Simon Gerrans.
¡°Nibali atacar¨¢ donde el Santuario, a un kil¨®metro de la cima del Poggio, y luego, como baja muy bien, se lanzar¨¢ bajando¡ Eso har¨¢¡±, hab¨ªa adivinado Freire, quien, como un cazador paciente, sab¨ªa que no deb¨ªa moverse all¨ª, que deb¨ªa esperar a tener la pieza a tiro, esperar su momento. Como lo sab¨ªa Freire lo sab¨ªa todo el pelot¨®n, todos los supervivientes de una carrera fren¨¦tica que hab¨ªa perdido en el camino a Cavendish y a Petacchi, agotados, a Gilbert, ca¨ªdo. Lo sab¨ªa su equipo, el Liquigas, que con Agnoli de hombre para todo hab¨ªa preparado el golpe en la Cipressa y con un primer ataque en el Poggio. Lo sab¨ªa tambi¨¦n Gerrans, vigilante, el ¨²nico con piernas capaces de alcanzar de entrada a Nibali cuando este hizo explotar la carrera; lo sab¨ªa Cancellara, el ¨²nico con motor suficiente para en dos pedaladas cerrar el hueco unos metros m¨¢s tarde. Los dem¨¢s, como Freire, esperaron a recuperarse, a organizar la caza. A cruzar los dedos ya casi desesperanzados: no tem¨ªan a Nibali, no tem¨ªan a Gerrans, tem¨ªa a Cancellara, quien una vez que se ha puesto en movimiento no mira para atr¨¢s: sus ataques no tienen marcha atr¨¢s pues ya de salida superan el punto de no retorno. As¨ª, engullendo las motos que intentaban abrirles paso ya en la via Aurelia, con Gerrans a rueda ¨Caunque una vez le dio un relevo-, con Nibali a rueda, Cancellara condujo al tr¨ªo, generoso, para ceder ante el punch inevitable del australiano en la ¨²ltima recta."Cancellara no ha corrido para ganar, sino para ser segundo¡±, se?al¨® Freire. Pero no tiene otra forma de entender el suizo, le lleve adonde le lleve: en 2010 a ganar todas las grandes cl¨¢sicas del Norte; en 2011 a quedar segundo, en 2012, por ahora, tambi¨¦n.
Gerrans, de 31 a?os, buen motociclista tambi¨¦n como todos los australianos, es un oportunista con buen final y habilidad, como comprobaron Egoi Mart¨ªnez y Jos¨¦ Luis Arrieta cuando les levant¨® la etapa alpina de Pratonevoso en el Tour de 2008, pero que en el cara a cara ha sucumbido dos veces este a?o ante Valverde en finales en repecho, tanto en el Down Under como en la Par¨ªs-Niza. Cancellara, claro, era otro rival.
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