El mejor Madrid solo se dedica al f¨²tbol
El l¨ªder arrolla a una Real muy d¨¦bil con una estelar actuaci¨®n de Benzema, Higua¨ªn y Cristiano
A hombros de sus demoledores delanteros, el Madrid encontr¨® la paz tras una semana convulsa. Y lo consigui¨® a trav¨¦s del mejor remedio posible, el f¨²tbol, sin desquicios ni histerias. Aplicado ¨²nicamente en el juego, no hubo trama alguna, sin incertidumbres ni alborotos en los banquillos. Todas las despej¨® desde el inicio el l¨ªder, que no concedi¨® tregua a su rival, que lleg¨® rendido a Chamart¨ªn, mal abrigado con un pelot¨®n defensivo: cinco defensas y un ¨²nico delantero, postizo adem¨¢s, porque Agirretxe fue obligado a ser el primer escolta de Xabi Alonso. Un sistema del pasado para un equipo con jugadores de futuro, el que no parece vislumbrar su t¨¦cnico, Philippe Montanier, proclive a las tiritonas.
R. MADRID, 5 - R. SOCIEDAD, 1
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Varane, Marcelo; Xabi Alonso, Khedira, Kak¨¢; Benzema (Coentr?o, m. 76), Cristiano (Jes¨¦, m. 80) e Higua¨ªn. No utilizados: Ad¨¢n; Albiol, Sahin, Altintop y Granero.
Real Sociedad: Bravo; Cadamuro, Demidov, Mikel Gonz¨¢lez (Zurutuza, m. 44), ??igo Mart¨ªnez, De la Bella; Xabi Prieto, Aramburu, Illarmendi, Griezman; y Agirretxe (Vela, m. 58). No utilizados: To?o: Ansotegi, Rub¨¦n Pardo, Ifr¨¢n y Llorente.
Goles: 1-0. M. 5. Higua¨ªn. 2-0. M. 31. Cristiano. 3-0. M. 39. Benzema. 3-1. M. 40. Prieto. 4-1. M. 48. Benzema. 5-1. M. 55. Cristiano.
?rbitro: Turienzo ?lvarez. Amonest¨® a Mikel Gonz¨¢lez, ??igo Mart¨ªnez, De la Bella y Zurutuza.
Unos 60.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Sin contemplaciones, el Madrid tute¨® como quiso a la Real. En realidad, el Madrid, conocedor del triunfo azulgrana en Palma, solo se midi¨® a s¨ª mismo, y sali¨® m¨¢s que victorioso. La noche no aliment¨® las posibles dudas. El conjunto blanco cort¨® de ra¨ªz toda sospecha. Jug¨® con decisi¨®n, con ritmo, sin demoras, con las l¨ªneas muy juntas y al servicio de sus tres delanteros. Con su movilidad, sin posiciones fijas, Benzema, Higua¨ªn y Cristiano se abrieron paso como quisieron entre la confusa defensa visitante. Curioso, un equipo que solo quiso taparse estuvo siempre a la intemperie.Ya fuera en jugadas trenzadas, como el primer gol, una puntada entre Benzema e Higua¨ªn resuelta de forma estupenda por el argentino, o ya fuera en dos jugadas a la carrera cerradas como los ¨¢ngeles por Cristiano ¡ªque ya lleva 101 goles en la Liga y es el d¨¦cimo mejor goleador del Madrid en todas las competiciones¡ª y el delantero franc¨¦s.
Todo fue un suplicio para los realistas, especialmente para Cadamuro, que vivi¨® un calvario ante cualquier adversario que le retara. Nada inmut¨® a Montanier hasta que la lesi¨®n de Mikel al final del primer acto le hizo rectificar y rebajar su zaga a cuatro jugadores. Era tarde, pese al accidental tanto de Xabi Prieto, un remate desde fuera del ¨¢rea desviado con la cabeza por Sergio Ramos. Un mero espejismo.
El equipo madridista
M¨¢s all¨¢ de las infinitas debilidades de la Real, el Madrid metaboliz¨® el partido como se le presupone a un equipo que ha estado toda la temporada muy por encima de sus dos tropezones de la semana. Un par¨¦ntesis, por lo visto anoche en el Bernab¨¦u. Sin combustiones, solo entregado al f¨²tbol, el Madrid volvi¨® a ser un conjunto huracanado. Sometida la Real, los delanteros madridistas tiraron de su mejor repertorio. Los tres, cada uno en lo suyo, resultaron marcianos para los zagueros blanquiazules, que nunca les tuvieron en su radar.
Especial protagonismo tuvo Benzema, un ariete del ma?ana que juega con corbata, que golea y asiste, que tiene recursos en todo el per¨ªmetro del ¨¢rea. El franc¨¦s estuvo en todas, como Higua¨ªn, que tiene menos peso en el juego, pero tiene punter¨ªa y domina los espacios como pocos. Higua¨ªn llega, nunca se sabe desde d¨®nde. Y entre uno y otro, Cristiano, por s¨ª solo una manada de delanteros.
Dirigidos con tacto por Xabi Alonso, al festival del Madrid solo le falt¨® Kak¨¢, fuera de foco toda la noche. No as¨ª Varane, poco exigido, pero que siempre despierta inter¨¦s en sus contadas apariciones. Cuando le llega el turno, no hay partido en el que se equivoque. Juega con una extraordinaria solvencia para su edad, sin estridencias, bien al corte y con pie para dar vuelo al juego.
Las flaquezas
La falta de competencia del equipo vasco, cuyas debilidades quedaron a¨²n m¨¢s retratadas por el furor madridista, deriv¨® en un partido sin tensi¨®n emocional. Nunca la tuvo. La cita qued¨® reducida al inter¨¦s del Madrid por la contienda, a sus ganas por remar con ah¨ªnco hasta el final. De alguna manera, partidos as¨ª dejan paso a los jugadores, propician los ensayos. Lo hizo Karanka, se supone que por indicaci¨®n de Mourinho, y dio vuelo a Coentr?o, Sahin y Jes¨¦ en el ¨²ltimo cuarto de hora. Los dos primeros, dos futbolistas que no han cumplido con el papel por el que llegaron en verano. Al turco, etiquetado como el mejor jugador de la Bundesliga, se le supon¨ªa un actor principal, pero por unas cosas y otras no ha tenido acci¨®n. El portugu¨¦s, de plano secundario, jugador de complemento, ha tenido lagunas. Frente a la Real, los minutos les llegaron cuando el encuentro ya no ten¨ªa pulso. Para entonces ya no hubo otra noticia que la sustituci¨®n de Cristiano, que suele jugar hasta la eternidad. Le vino bien: Chamart¨ªn le despidi¨® con honores. La faena estaba m¨¢s que ali?ada. Cuando el Madrid solo se dedica al f¨²tbol, sin ataduras ni atenciones ajenas al juego, le sobran motivos para ser festejado. Su liderazgo lo corrobora. Sus goles, tambi¨¦n. No hay mejor p¨®cima. No hay mejor forma de arbitrar este deporte. L¨¢stima que el club prefiera silenciar los muchos atributos de este equipo y prefiera enfurru?arse por culpa de los fantasmas de algunos.
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