Salvio, la ¨²nica alegr¨ªa

Solo un gol al final de Salvio vali¨® la alegr¨ªa del Calder¨®n. Fue un tanto que sac¨® las telara?as de la escuadra despu¨¦s de desviar un defensa ligeramente el bal¨®n. Un tanto que vali¨® la entrada y que descomprimi¨® al Atl¨¦tico, descompuesto hasta el ¨²ltimo minuto, sin ideas ni f¨²tbol, sin nada. Desgastada la efusividad que supuso la llegada de Simeone y la instauraci¨®n del contragolpe por bandera, el Atl¨¦tico es un equipo al que se le presupone gran cach¨¦ pero que juega como peque?o, sobre todo porque le quema la pelota y porque no hay manera de que retuerza a los rivales. Su f¨²tbol no es pegadizo, el ataque es ocasional y ya se festejan las faltas laterales y los c¨®rners, puro estilo ingl¨¦s. Una falta le dio un gol y una contra del Hannover, a¨²n m¨¢s abrochado y vertical en la carrera, le supuso otro. Pero Salvio enganch¨® el esf¨¦rico en la frontal tras una cesi¨®n de Falcao y valid¨® la racaner¨ªa. Fue un triunfo apretado que deja abierta la eliminatoria, pero fue, al fin y al cabo, un triunfo.

Ocurre que Atl¨¦tico ya no persigue el toque, por lo que no le queda otra que ir detr¨¢s de la pelota. Al menos contra equipos que la pretenden jugar por abajo. No fue el caso del Hannover, sin complejos con su propuesta, primaria y defensiva, que de buena gana confes¨® que el bal¨®n le interesaba bien poco, lo justo para darle un par de puntapi¨¦s y meterlo en el ¨¢rea contraria. Sin ambiciones de posesi¨®n, al cuero bien le pudieron salir chichones de los patadones que recibi¨®. La diferencia, en cualquier caso, estriba en que el Atl¨¦tico tiene algo m¨¢s que velocidad con int¨¦rpretes como Koke y Arda Turan, capaces de filtrar pases donde nadie lo imagina, y Falcao, h¨¢bil para meter el gancho y el remate en el mejor de los momentos. Es otro f¨²tbol. El que quiere Simeone y en el que dice reconocer a su Atl¨¦tico; el que por el momento no le alcanza en la Liga, pero que le va de rechupete en Europa.

Para el Hannover el juego se disfruta en un suspiro, que es el tiempo que ataca y se despreocupa del retrovisor, cuando lanza el contragolpe. El resto, armonioso en los movimientos defensivos, con marcajes al hombre puntuales, con coberturas multiplicadas, lo pasa abrigado en casa. Una apuesta que al Atl¨¦tico no le desagrad¨®, m¨¢s que nada porque juega con cuatro hombres por delante de la pelota en momentos de generosidad. Ni le va ni le viene la hoja de instrucciones del contrario; la contra es su biblia. As¨ª, acostumbrado a jugarla en vertical, no pudo cambiar de traje en el Calder¨®n. S¨ª que toc¨® atr¨¢s, c¨®modo y sin nadie que le fatigara, pero pronto lanzaba el pase largo, exigencia porque los medios no bajaban a recibirla, porque los interiores actuaban de extremos. Por eso ya no sorprende que en la primera jugada del partido el Atl¨¦tico saque del centro y contin¨²e con un zapatazo en b¨²squeda de la carrera, de una segunda jugada.

Sin ingenio ni ideas para romper las l¨ªneas germanas, el Atl¨¦tico persisti¨® en su idea. Balones colgados, pelea de Falcao, rebotes de chiripa y llegadas desde la segunda l¨ªnea por si se encuentra una joya. Apenas la hall¨®, m¨¢s all¨¢ de una contra finalizada por Adri¨¢n de disparo demasiado cruzado. Pero le bast¨® una falta cerca del c¨ªrculo central para que Gabi la calzara por debajo y para que Falcao, que est¨¢ en todas, la cazara al vuelo. Un remate a puerta, un gol. Un contratiempo menor, en cualquier caso, para el Hannover, que sigui¨® en sus trece: toda la presi¨®n en su campo, m¨¢s contragolpes y todos diluidos en la zona de tres cuartos. Todos menos uno. El que autoriz¨® Filipe Luis, que se durmi¨® en los laureles, dej¨® el hueco a su espalda y Stindl sac¨® un centro medido a la carrera de Diouf, que alarg¨® la pierna para enviar el cuero a la red.

Necesitado porque el resultado no le daba, el equipo se resisti¨® a la impotencia. Se atrevi¨® Gabi con una conducci¨®n, lo que le vali¨® un pasillo y un pase a Falcao, un remate desajustado, pero al menos una rampa para llegar al marco rival. Juanfran se desat¨® de la retaguardia y prob¨® el eslalon sin ¨¦xito. Y Koke y Arda Turan se tiraron al centro para intentar enlazar con Falcao por raso. Hasta Diego pidi¨® su cuota de protagonismo, con pases imposibles, con una chilena que quit¨® el hipo. Pero no se dio el gol y s¨ª la respuesta del Hannover con un remate de Diouf a pase de Konan Ya que a punto fue gol. Fue otra contra. Pero el cupo, por excesivo, estaba cubierto. Faltaba la segunda jugada del Atl¨¦tico. Esa que procur¨® Falcao y que revent¨® Salvio. Un gol, una victoria y una ¨²nica alegr¨ªa.