El Atl¨¦tico se abre al f¨²tbol

Extendi¨® las alas el Atl¨¦tico y se abri¨® al f¨²tbol, al menos a la posesi¨®n, al ataque elaborado y al remate persistente. Hasta ahora, definido por un juego poco seductor, m¨¢s vertical y vertiginoso que de toque, al equipo le faltaba pausa para absorber el cuero y deteriorar a cualquier rival. Ante un Getafe gris¨¢ceo y deslustrado, sin embargo, tir¨® del pie de Diego y de la voracidad de los laterales, ensamblados en campo ajeno, para firmar un partido referencial y conseguir una victoria que le pone a un escal¨®n de la Liga Europa y a dos de la Champions, barata como pocas veces dado el poco tir¨®n del resto de los equipos.

Lejos de la versi¨®n taca?a de los ¨²ltimos tiempos, el Atl¨¦tico s¨ª que quiso el esf¨¦rico en esta ocasi¨®n, alegre por expresarse con el bal¨®n entre los pies, por dar carrete a jugadores como Diego y Arda Turan en el eje. Aunque un tanto perdido por la novedad, porque a los dos mejores int¨¦rpretes les sobraba un toque y les faltaba un segundo para filtrar sus asistencias de escuadra y cartab¨®n, el Atl¨¦tico conjug¨® por una vez la pelota en terreno contrario. Tiempo para el deleite del Calder¨®n, que necesita resultados pero aplaude el pase y el remate, el triunfo de la autoridad. Coyuntura dada, en cualquier caso, porque el Geta se refugi¨® en su guarida, fiado a un contragolpe que nunca lleg¨®, est¨¦ril ante la capacidad de carrera y correcci¨®n de la zaga rojiblanca, tan atenta como veloz, tan pulcra como efectiva.

Para el Getafe, que en este curso se acomoda en partidos de resultados cortos, el duelo deb¨ªa decidirse en una contra, en una segunda jugada o en un aguij¨®n a bal¨®n parado. No se dio porque su plan se redujo a los sprints de Sarabia y Gavil¨¢n, las catapultas del equipo, las aletas que sacaron centros sin receptor porque a Miku se le olvid¨® la escalera en casa. Dur¨® poco el plan, lo que tardaron Filipe Luis y Juanfran en ponerle masilla a su espalda. Bal¨®n para el Atl¨¦tico y a madurar la jugada, de nuevo reverberada por los laterales, que llegaron a tiempo a la l¨ªnea de fondo para descomponer definitivamente al rival.

Se lo trabaj¨® el Atl¨¦tico. Generosos Gabi y Mario Su¨¢rez en el despliegue, sobre todo porque su labor en ocasiones asemeja transparente, no dejaron de cerrar huecos y tapar l¨ªneas de pase, de correr por dos para que Diego y Arda Turan, en la izquierda pero siempre tirado hacia dentro, pudieran cobrar protagonismo en la zona de tres cuartos. Pero grapado el Getafe en dos l¨ªneas de la mano, sin huecos ni concesiones, a los dos artistas se les cerr¨® el camino del pase imposible, la imaginaci¨®n para destartalar el cerrojo adversario. Hasta que Juanfran y Filipe Luis, abnegados en su empe?o, se desligaron de su parcela y reventaron por el flanco. Sac¨® Juanfran un centro que Falcao no acert¨® a dirigir y lo hizo desde el otro costado Filipe Luis para que Salvio, futbolista de desconexiones y apariciones, de idas y venidas, la cazara al vuelo y la enviara a la escuadra contraria de un testarazo. Otro gol de a¨²pa para el extremo, que ya deshilach¨® al Hannover hace tres d¨ªas. Diana del Atl¨¦tico; abecedario del f¨²tbol, ese que dice que el bal¨®n va del centro a la banda, c¨®rner, remate y red.

Consternado por la sacudida, el Getafe no dio r¨¦plica alguna, m¨¢s all¨¢ de un remate de Diego Castro que no enfil¨® la porter¨ªa. Juguete roto y sin ideas, falto de ambici¨®n por ganar identidad en la parcela contraria. Nada que ver con la agitaci¨®n de Diego, que quer¨ªa el bal¨®n a todas horas; nada que ver con la incontinencia de Filipe Luis y Juanfran, laterales de rompe y rasga, con el ¨¢rea rival en el entrecejo. A Diego le atendi¨® Falcao, que se granje¨® un hueco en el lateral del ¨¢rea y sac¨® un centro al primer palo. Remate de cabeza del 22 a la barra horizontal y puntapi¨¦ a gol en el rechazo. Y al propio Falcao se la regal¨® Juanfran, en un centro que solo requiri¨® el uppercut definitivo. Juego presumido, f¨²tbol desde las alas y tres goles; otro Atl¨¦tico.