Las suertes del futbolista-torero
El de Fuengirola se comport¨® en el campo igual que los matadores en la plaza
El 27 de junio de 1989, Curro Romero cort¨® la coleta a Juanito en La Rosaleda, en M¨¢laga. Esa imagen defini¨® la carrera y la manera de interpretar el juego de un pelotero que jug¨® como nadie a ser torero en los estadios de f¨²tbol. Hubo dos Juanitos con la pelota como hubo dos personalidades de Juanito, la de su bonhom¨ªa y la temperamental que tantos arrepentimientos le caus¨®. El primer Juanito, con el bal¨®n, como los diestros, entendi¨® el f¨²tbol desde el hedonismo. Jug¨® para ¨¦l y para la grada. El otro, al final de su carrera, acab¨® en el centro del campo, en el medio de la plaza, dirigiendo los ataques desde la t¨¦cnica y la visi¨®n del juego. En ese tr¨¢nsito del extremo chup¨®n al centrocampista de pausa y pase dej¨® una estela de suertes futbol¨ªsticas que justificaron el corte de coleta que oficializ¨® al ¨²nico futbolista-torero reconocido.
¡ú El regate, el t¨²nel, el taconazo y la rabona. Terminada la temporada 1975-1976, con la que ascendi¨® al Burgos a Primera, Juanito acudi¨® a los Juegos Ol¨ªmpicos de Montreal. Espa?a perdi¨® (2-1) en su debut ante Brasil, pero el regate de Juanito, su gran arma, tuvo su primer gran reconocimiento internacional. Aquel d¨ªa, los brasile?os revivieron a Garrincha vestido de rojo. Ten¨ªa una velocidad endiablada en el arranque por la musculatura de sus piernas¡±, comenta el portero Navarro, compa?ero suyo en el Burgos y en sus primeros tiempos en el Atl¨¦tico y amigo ¨ªntimo fuera de los terrenos de juego. Rafael Gordillo le sufri¨® como rival en el Betis: ¡°Cuando explotaba la rapidez en corto, ya no hab¨ªa qui¨¦n le parara. Le gustaba jugar contra m¨ª porque yo no era de los que le arreaban¡±. ¡°Sab¨ªas el regate que te iba a hacer. Te amagaba con salir por la izquierda y se iba por la derecha a toda velocidad, pero casi siempre te lo hac¨ªa¡±, analiza Miguel ?ngel Ruiz, adversario en el Atl¨¦tico y compa?ero en el M¨¢laga. ¡°El t¨²nel y el taconazo, que hac¨ªa muchos, no lo utilizaba para humillar. Eran siempre un recurso¡±, apunta Navarro. ¡°La rabona la empez¨® a practicar en los partidos al final de su carrera. Me dec¨ªa: ¡®Cualquier d¨ªa se me va a salir la rodilla¡±, cuenta Ruiz.
¡ú El pase con el exterior y con el interior del pie. ¡°El pase con el exterior del pie se lo copi¨® a Cruyff. Era un estudioso del f¨²tbol. Yo le dec¨ªa que ese pase, con la rosca de dentro afuera, nos hac¨ªa mucho da?o a los porteros¡±, afirma Navarro. Juanito convirti¨® las jugadas a bal¨®n parado desde la banda izquierda en un martirio para los guardametas. Santillana fue el que m¨¢s se benefici¨® de esa precisi¨®n en los centros con el exterior: ¡°En las faltas desde la izquierda daba un efecto endemoniado al bal¨®n con el exterior de su pie derecho, pero, adem¨¢s, era muy vivo y muy listo. Las sacaba muy r¨¢pidamente, sin dar tiempo a la defensa contraria a colocarse. Desde la derecha centraba tambi¨¦n con mucho efecto. Eran caramelos¡±. En el final de su carrera en el Madrid y en el M¨¢laga, instalado en el centro del campo, tambi¨¦n se le ve¨ªa hacer cambios de orientaci¨®n con el exterior. ¡°Ese ¨²ltimo Juanito respond¨ªa al entrenador que siempre llev¨® dentro. Jugaba en corto y en largo. Jugaba liberado de responsabilidades defensivas y se asociaba muy bien. Todo un espect¨¢culo¡±, dice Ruiz.
¡ú El penalti y la vaselina de ¡®Juanito, el viejo¡¯. Un penalti que le marc¨® a Tacconi en el estadio Comunale de Tur¨ªn en los octavos de final de la Copa de Europa de 1986 retrata el lanzador de penas m¨¢ximas que fue. El tiro fue en la tanda de desempate y Juanito lo hizo por el medio y despacio. ¡°Fue Juanito en estado puro¡±, dice Jorge Valdano. M¨ªchel lo tiene grabado en su memoria como una obra de arte inolvidable: ¡°Era un especialista. Si la tensi¨®n era alta, se la traspasaba al portero. Hizo moverse a Tacconi para buscar la ventaja de adivinarle el lado, pero ¨¦l era eficaz tirando por el centro¡±. La vaselina fue otra suerte que le fund¨ªa con el placer de conjugar la t¨¦cnica con la inteligencia y la visi¨®n del juego. Buyo quiz¨¢s sufri¨® la m¨¢s recordada. Una par¨¢bola tan majestuosa como est¨¦tica en un M¨¢laga-Madrid: ¡°Fue un gran gol, Juanito era capaz de hacer esas cosas¡±. Navarro recuerda una que le meti¨® a D¡¯Alessandro en El Helm¨¢ntico, un lance en el que justific¨® ese apodo de Juanito, el viejo que le acompa?¨® desde que era un ni?o resabiado: ¡°En la frontal del ¨¢rea amag¨® con coger el bal¨®n con las manos. Los jugadores del Salamanca creyeron que el ¨¢rbitro hab¨ªa pitado algo y ¨¦l tir¨® la vaselina a D¡¯Alessandro. Un genio¡±.
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